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Cambio y oportunidad o cómo las pérdidas pueden convertirse en ganancias durante la crisis del Covid-19

La transformación va a ser la tónica general de nuestro trabajo de aquí en adelante

Getty Images

Y, en apenas unas semanas, nuestra vida tal y como la conocíamos ha saltado por los aires. La crisis del coronavirus ha llegado para alterar nuestras rutinas y maneras de proceder en su sentido más amplio; desde nuestros pequeños hábitos domésticos hasta las prácticas más complejas en el ámbito empresarial. Todo ha cambiado. Y nuestra capacidad de adaptación y anticipación serán claves para afrontar el mayor momento de incertidumbre de los tiempos modernos.

Así lo estamos viviendo, de hecho, los miembros de los consejos de administración y directivos de las pequeñas, medianas y grandes empresas que conforman el tejido productivo de nuestro país. Como ha asegurado la consejera independiente de Cellnex y Gestamp en la Escuela de consejeros del IESE, "en apenas unos días hemos pasado de protagonizar una cultura de trabajo muy presencial, donde se medía a menudo la contribución y la entrega de los empleados por las horas que pasaban en la oficina, a un sistema de teletrabajo, donde prima la confianza y la responsabilidad de cada uno”.

La situación nos ha obligado a crear en tiempo récord comités de crisis, ágiles, reducidos e integrados por los máximos representantes de las compañías, así como por las personas clave desde el punto de vista del negocio e incluso especialistas en material legal para definir los distintos campos y propuestas de actuación en cada caso.

Y todo ello no estaba previsto en nuestros mapas de riesgos ni en las sesiones anuales donde se revisan los planes de contingencia y los posibles impactos que pueden sufrir nuestras compañías a corto, medio o largo plazo. Jamás habríamos contemplado esta situación que, por su magnitud y carácter anómalo, excede cualquier tipo de previsión. Si bien es cierto que, cuando todo ello está previamente trabajado la reacción es mucho más inmediata, tal y como ha apuntado el consejero Independiente de Mercedes-Benz Financial Services y Nueva Pescanova en las formaciones online del IESE.

Así, en las últimas semanas, inevitablemente, han cambiado las prioridades en nuestros consejos, también su estructura, su funcionamiento o su frecuencia. Ahora, la salud, la seguridad y el bienestar de nuestros empleados, socios y proveedores han pasado a ser la gran preocupación de las empresas. Por eso, los protocolos de actuación se han basado en la protección de nuestros trabajadores y en la comunicación interna como arma de cohesión y organización de los equipos.

El libro financiero ha pasado a un segundo plano, aunque no menos importante, pues en estos tiempos se ha hecho esencial para la viabilidad del negocio un estudio minucioso que determine los ingresos previstos, los posibles retrasos en los cobros o pagos a proveedores.

Al igual que asegurar la continuidad del negocio y las actividades. Está siendo fundamental en estos días revisar los planes de negocio, pero no haciendo meramente un análisis pormenorizado de qué medidas excepcionales hay que tomar, sino también sobre qué oportunidades pueden surgir en este momento de cambio para adelantarse a las necesidades de los clientes que también han mutado con este virus.

Porque ya nos ha enseñado algún popular escritor que “las pérdidas pueden convertirse en ganancias”. Y, nada más lejos de la realidad, en estos momentos de auténtica transformación, las circunstancias nos han obligado a aprender a marchas forzadas, organizando eficientes comités de crisis, manteniendo una comunicación constante y a distancia con los miembros de nuestro equipo, con clientes, con proveedores, con la administración e incluso con instituciones financieras. También analizando los riesgos en el corto plazo, pues la situación es tan cambiante que exige que nuestra capacidad de acción-reacción sea ahora mucho más dinámica.

Hemos mejorado protocolos, procesos y sistemas. Y lo hemos hecho rápido y conciliando al mismo tiempo nuestra situación familiar y laboral. Nos hemos adaptado a velocidad de vértigo a un nuevo escenario, que afecta tanto a nuestra manera de trabajar como de relacionarnos. Y ahí la transparencia y humanidad en todo un despliegue de comunicación digital se ha posicionado como base de la confianza hacia nuestros empleados, nuestros partners e inversores, asumiendo la dirección corporativa este liderazgo en medio de una situación crítica.

Y ¿qué viene a partir de ahora? Más y más cambios que nos obligan a no acomodarnos, a adelantarnos, a prepararnos, a compartir prácticas de gestión de éxito y a ser más creativos en la toma de decisiones. Porque la transformación va a ser la tónica general de nuestro trabajo de aquí en adelante. Y esa es también la cultura que debemos empujar desde los consejos, porque el cambio es también una oportunidad de crecimiento ante, quizás, uno de los retos más difíciles que tenemos ahora por delante: superar la pandemia sanitaria y económica que ha traído y trae consigo el Covid-19, mal llamado coronavirus.

Cristina Amor, directora corporativa de comunicación, asuntos públicos y relación con inversores; exconsejera de Global Satellite Technologies (GST).

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