Enrique Fayos, ganador del premio José María Cervelló de Derecho de los Negocios
El galardón, convocado por IE Law School y ONTIER, premia su trabajo 'Rompiendo el techo de cristal: desequilibrio de género en las juntas directivas españolas'
Enrique Fayos es el ganador del XIII Premio José María Cervelló de Derecho de los Negocios, entregado el pasado martes en el Aula Magna de IE Law School. Su trabajo Rompiendo el techo de cristal: desequilibrio de género en las juntas directivas españolas, fue elegido como el más completo por los miembros del jurado que falla el premio. Asimismo el jurado decidió conceder un accésit a Irene Miguel Sanz y Alberto Escobar.
Es la decimotercera edición de unos premios que nacieron para honrar la memoria de José María Cervelló, emprendedor y pionero en el desarrollo de la abogacía internacional en España. El galardón consiste en una dotación económica de 30.000 euros, donados por ONTIER, para fomentar el estudio y la investigación jurídica, así como para facilitar el acceso a los programas LLM del IE Law School a personas que carecen de los recursos económicos necesarios.
Durante el acto de entrega, Enrique Fayos comenzó agradeciendo el galardón y comentó que “este premio me permite emprender nuevos caminos para ampliar mi formación en el extranjero”. En un evento en el que se habló de humanidad, libertad, igualdad y feminismo, el ganador quiso reivindicar el compromiso de José María Cervelló en esos ámbitos, destacando su labor humanística, “ninguna de estas palabras tendría sentido sin mencionar a José María Cervelló, que encarna valores como la lucha por la libertad, vital para cualquier jurista”.
Parafraseando a Cervelló comentó que "un jurista tiene que luchar por la defensa de la libertad poniendo el foco ante situaciones injustas y discriminatorias".
Por último se refirió a todas las mujeres trabajadoras que luchan por romper ese techo de cristal que oprime y ralentiza el reconocimiento de la mujer en nuestra sociedad.
En el acto también participaron Javier de Cendra, decano de IE Law School; Pilar Galeote, directora de la Cátedra José María Cervelló; Adolfo Menéndez, counsel de ONTIER y cotitular de la Cátedra José María Cervelló; Elisa Pérez, catedrática de Derecho Internacional Privado de la UNED, y Cristina Camarero, socia de Ontier.
Rompiendo el techo de cristal
Pilar Galeote destacó la relevancia del tema de este año: la igualdad, al ser un tema jurídico con un enfoque humanista claro. Partiendo de la teoría de la justica de John Rawls, destacó la importancia que para todos debe tener la justica como suma de liberta e igualdad. Terminó recordando a todos, que “hablar de igualdad y libertad implica que no debemos olvidar nunca la responsabilidad que tenemos todos como ciudadanos, como seres humanos, como sociedad”.
Adolfo Menéndez comenzó su intervención mencionando la vocación de la catedra y el compromiso que José María Cervelló le transmitió sobre la calidad de la enseñanza y la investigación del derecho. "Sin el derecho no hay libertad ni hay convivencia, José María tenía muy claro el papel social de los juristas, abogados con criterio y valor para defenderlo cuando el entorno es complejo"dijo sobre la figura y la responsabilidad de los juristas. Finalizó destacando el compromiso permanente en buscar la excelencia en todo lo que se hace.
Cristina Camarero por su parte agradeció el trabajo de todos los participantes del premio y, respecto a la progresiva evolución del papel social de la mujer durante las últimas décadas quiso destacar que "en mi experiencia profesional no he vivido ese techo de cristal, ONTIER siempre me ha apoyado y me ha permitido conciliar la vida personal con la profesional".
Elisa Pérez, en su intervención realizó un repaso histórico de la condición social de la mujer y su evolución durante los últimos 30 años. Varias décadas de progresivo cambio en el que con cada victoria, el techo de cristal caía en mil pedazos, un techo que volvía a reconstruirse, pero cada vez más fino. Finalizó alentando a todas las mujeres jóvenes a que “jamás se den por vencidas, y que siempre tengan claro que ese techo de cristal puede atravesarse”.