El colegio profesional más grande de Europa elige decano
Cinco candidatos se postulan para dirigir el Colegio de Abogados de Madrid Este miércoles 13 de diciembre 77.000 abogados están llamados a las urnas
El próximo 13 de diciembre, los abogados de la capital de España tienen una cita. Se celebran las elecciones para elegir nuevo decano y renovar la junta de gobierno del Colegio de Abogados de Madrid (ICAM). La campaña, que arrancó el pasado mes de octubre, ha sido la más convulsa que se recuerda, con duras acusaciones cruzadas entre candidaturas y una tensa confrontación que se ha hecho patente tanto en el debate que organizó el ICAM entre los candidatos, como en las redes sociales, especialmente activas en las últimas semanas en la promoción de las diferentes listas.
El ICAM es el colegio profesional más grande de Europa, con un total de 77.000 colegiados, de los cuales 42.000 son ejercientes y algo más de 34.000 son no ejercientes. Pero el número de abogados que acuden a votar ha rondado siempre un escueto 10% -el récord se alcanzó en los últimos comicios, que lograron congregar ante las urnas al 13,9% del censo-. Lo que supone que con unos pocos miles de votos puede decidirse el futuro de la abogacía madrileña para los próximos cinco años.
Entrevistamos a los cinco candidatos que se presentan con candidatura completa. Todos ellos explican cuáles son sus principales propuestas y sus compromisos en caso de resultar elegidos este miércoles.
Javier Íscar: "Hay que seguir acercando el Colegio a los colegiados"
La de Javier Íscar es considerada la candidatura continuísta, la que seguirá el legado de su antecesora, Sonia Gumpert. Actualmente es diputado tercero en funciones del ICAM.
¿Cuáles son las tres propuestas estrella de su programa?
La transformación digital, que va a suponer un antes y después en la forma de comunicar el Colegio con los colegiados. Insistir en un centro de formación de excelencia, dirigido por los propios abogados. Y seguir acercando el Colegio al colectivo con medidas que aglutinan al colectivo como el desarrollo de la Ley Orgánica del Derecho de Defensa, eso permitirá recoger el secreto profesional, el deber de confidencialidad abogado-cliente, que será ampliable, por supuesto a los abogados de empresa, que son un poco los grandes perjudicados.
¿Qué es lo que más urge cambiar en el ICAM y qué es lo que hay que mantener?
Hay que mantener, sobre todo, la forma de gestionar y el cambio en la forma de hacer Colegio, a través de las secciones, de las ferias de empleo, de los congresos... Hay que hacer la profesión más digna, subiendo los seguros de responsabilidad civil, reformando los lugares donde los abogados tenemos que estar, las salas de togas, y haciendo que nuestra profesión sea más reconocida y reconocible. Lo que urge cambiar es el desapego histórico de los abogados con la institución, seguir recuperando el terreno con los colegiados. Ya hemos conseguido un cambio de tendencia que va a hacer que el colegiado querrá colegiarse incluso si fuera voluntario. Y, por supuesto, seguir reivindicando el turno de oficio.
¿Cuáles serán las líneas rojas que no cruzará en caso de ser elegido?
Lo fundamental: jamás el decano va a recibir retribución alguna directa o indirectamente por ser decano, ni aceptará proposiciones de instituciones terceras con intereses en el ICAM. Tampoco permitirá poner delante de la institución o de la profesión valores ajenos a la ética o la deontología. El decano tiene que defender, por encima de todo, la profesión y lo que eso significa tanto en su relación con los ciudadanos como en la relación con los colegiados, tiene que ser un ejemplo.
¿Qué va a hacer para que el decano del ICAM tenga mayor voz ante las instituciones?
Ya se ha conseguido. Pongo en valor que el ministro de Justicia haya recibido a las cinco candidaturas en campaña, significa que para él quien vaya a ser decano es importante. La única forma para que el ICAM tenga voz ante el Ministerio, la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento y en la UE, además de con jueces, fiscales, letrados de la Administración de Justicia y la Agencia Tributaria, es que quien sea decano se remangue y se entregue al colectivo. Por eso vamos a hacer un congreso de jueces, fiscales y letrados de la Administración de Justicia con los abogados, para que veamos qué fórmulas hay que abrir para que la relación sea más amable y eso redundará en beneficio de los ciudadanos.
¿Qué medidas van a tomar para dar prestigio a la abogacía madrileña?
Creo que el prestigio está recuperado en un alto porcentaje. Las instituciones están diciendo que se ha notado esta manera distinta de gobernar. Siempre hay trabajo por hacer y para eso es importante un colectivo unido. Siendo constantes en la reivindicación, eso se ha notado en unos logros por decenas en estos últimos cinco años y eso es mérito del trabajo. Los éxitos no están en las instituciones, sino en quienes las gobiernan.
José María Alonso: "El ICAM debe ser un referente ante las instituciones"
José María Alonso es socio de Baker McKenzie y dirigió la firma en Madrid hasta que, hace unos meses, decidió presentarse a estas elecciones. Fue parte de la junta de gobierno del ICAM cuando Antonio Hernández-Gil era decano.
¿Cuáles son las tres propuestas estrella de su programa?
Cerrar convenios de colaboración para la creación de comisiones mixtas del Colegio con Ministerio de Justicia, CGPJ, Fiscalía, Abogacía General del Estado, Agencia Tributaria y reguladores, para analizar e intervenir en la producción legislativa y para garantizar que el ejercicio del derecho de defensa sea respetado. Incorporar al Colegio las mejoras prácticas del mercado en formación, búsqueda de empleo y gestión del conocimiento, todo ello, si es posible, de forma gratuita y, en todo caso, a costes muy reducidos. Y recuperar las subvenciones a los jóvenes durante los tres primeros años en las primas del seguro médico, para potenciar la fortaleza de MUSA y conseguir una reducción de las primas a los mayores de 65 años.
¿Qué es lo que más urge cambiar en el ICAM y qué es lo que hay que mantener?
Lo que más urge es que el ICAM sea un referente frente a las instituciones y la sociedad civil, con una voz potente y respetada. También integrar y ocuparse de los jóvenes, que han estado desatendidos. Es necesario, además, reformar el estatuto, especialmente en materia de democratización y participación, y recuperar la excelencia en todas las actuaciones del ICAM. Lo que hay que mantener y fomentar es el trabajo que se ha hecho en relación con el turno de oficio, que está bien encaminado, pero que hay que insistir en materia de ajustes de las retribuciones y en materia de formación. Me parece bien el tema de los seguros que se han ofrecido a los colegiados, si bien tienen que revisarse todos los gastos en materia de intermediación que se han producido durante este período de tiempo y que me parece que encarecen las primas que paga el Colegio como tomador. Todo lo demás me parece que está bastante mal hecho.
¿Cuáles serán las líneas rojas que no cruzará en caso de ser elegido?
Faltar a la transparencia y a la más absoluta ética en la gestión del Colegio. Destinar recursos a gastos superfluos e innecesarios. Faltar a la ética en todas y cada una de las actuaciones del Colegio.
¿Qué va a hacer para que la figura del decano del ICAM tenga mayor voz ante las instituciones?
Que sea tratado como un igual por las demás instituciones del Estado. En ese sentido voy a ser absolutamente intransigente, y para eso hay que tener una trayectoria profesional y una posición a lo largo de una vida porque no todo se gana con potestas, sino con autoritas.
¿Qué medidas van a tomar para dar prestigio a la abogacía madrileña?
Ser absolutamente excelentes en todo lo que hagamos. En la atención al colegiado, en la utilidad de los servicios, la presencia no sólo frente a las instituciones, sino, en general, en la sociedad civil con todos los operadores del sector económico.
Nicolás González-Cuéllar: "Debe ser obligatorio decir el origen de los fondos en campaña"
Nicolás González-Cuéllar, penalista y catedrático de Derecho Procesal, se postula como candidato con el Movimiento 24.2. Quiere dar voz a la abogacía en proyectos legislativos y fomentar la transparencia.
¿Cuáles son las tres propuestas estrella de su programa?
Que sea obligatorio hacer público en las campañas electorales el origen de los fondos, con una limitación de los mismos y con la prohibición de que las entidades que aporten fondos a los candidatos tengan trato o contrato con el Colegio durante el mandato de la junta de gobierno que hayan apoyado. La supresión del período de espera de tres años para el ingreso de los jóvenes recién incorporados al turno. Proponemos un sistema de inicio de la actividad del turno mediante prácticas retribuidas, al igual que sucede con jueces y fiscales en prácticas, con la asistencia de abogados veteranos en condición de tutores, que puedan ayudar en su formación a los recién incorporados en sus turnos y en sus asistencias. Y, en materia de apoyo a la dignidad y la eficacia en el ejercicio de la función de defensa del abogado, limitar el tiempo de espera del abogado en las diligencias judiciales a un tope máximo pasado el cual pueda dedicarse a otra tarea y establecer en las oficinas judiciales espacios propios del Colegio para el estudio de los autos.
¿Qué es lo que más urge cambiar en el ICAM y qué es lo que hay que mantener?
Debe cambiar radicalmente la arbitrariedad en la gestión del personal y en la contratación. El ICAM es una corporación de derecho público y se debe de regir por el criterio de máxima objetividad, con una relación de puestos de trabajo pública y accesible, que defina las funciones de cada puesto, la capacidad técnica requerida y la retribución que se le dedica, cosa que la junta de gobierno saliente ha venido negando a los colegiados con el burdo pretexto de que afecta a la Ley de Protección de Datos, cuando no se trata de publicar nombres de personas sino una información que puede y debe ser difundida. En cuanto a lo que hay que mantener, el esfuerzo que, gracias a nuestro candidato a vicedecano Ignacio Gordillo, se ha producido en materia de formación con más y mejores cursos, sin privatizar la formación y entregarla a un ente privado.
¿Cuáles serán las líneas rojas que no cruzará en caso de ser elegido?
Por supuesto, la ley, nuestros estatutos y la colocación del Colegio al servicio del interés de los componentes de la junta de gobierno o de entidades privadas porque ni tenemos compromiso con ninguna, ni nos parece legalmente correcto ni ético hacerlo.
¿Qué va a hacer para que la figura del decano del ICAM tenga mayor voz ante las instituciones?
Realizar una campaña electoral y una gestión desde la transparencia y la objetividad y, sobre todo, poner interés en los asuntos de reforma legal o interpretación normativa que afectan a la posición de la abogacía como profesión y a nuestra misión de servir al Estado de Derecho y a la convivencia a través de la defensa y del asesoramiento legal para la prevención y la resolución de conflictos. Yo tengo una gran experiencia en la participación en proyectos de reforma legislativa porque gobiernos de distinto signo han pedido mi colaboración en distintas reformas procesales y siempre he pensado que el ICAM -y, en general, la abogacía institucional- ha estado ausente en el debate de las ideas que sirven de germen a las leyes que luego se aprueban.
¿Qué medidas van a tomar para dar prestigio a la abogacía madrileña?
Son transversales a todas las decisiones que adoptaremos cuando los compañeros colegiados nos otorguen su confianza. Cumplir dos principios sencillos: transparencia e integridad. No esconder ninguna información y actuar con honradez.
Manuel Valero: "Bajaremos las cuotas gradualmente a los colegiados"
Manuel Valero es el candidato a las elecciones del 13D de más edad, abogado del turno de oficio por vocación y ex vicedecano del Colegio. Firme defensor del turno de oficio, se presenta a estas elecciones tras su paso por la Junta de Gobierno saliente, donde fue vicedecano y tesorero.
¿Cuáles son las tres propuestas estrella de su programa?
En primer lugar congelar las cuotas, con una bajada lineal durante todo el mandato. Eximiremos de su pago los dos primeros años de colegiación y a partir de los 70 años. Con las reducciones planteadas, hasta el cuarto año no se pagará la cuota ordinaria. En segundo lugar, reformar los Estatutos para instaurar una democracia integral, que favorezca la participación de los colegiados, sobre todo en la gestión. Hasta ahora solo existe la posibilidad de hacer proposiciones en las Juntas Generales, y queremos que los colegiados puedan hacer más propuestas a la Junta de Gobierno. Actuaremos con transparencia, por lo que los acuerdos de la Junta serán publicados (respetando la protección de datos). En último lugar, vamos a apoyar a los jóvenes, con préstamos de iniciación sin intereses para el establecimiento del primer despacho, a los mayores, aumentando las prestaciones de la obra social, y a los abogados del turno de oficio, dignificando su labor en retribución y tratamiento (que no haya injerencias o mal trato por parte de jueces y magistrados). Queremos acabar con la precariedad de la profesión y vigilaremos la contratación de abogados de empresa, becarios, etcétera.
¿Qué es lo que más urge cambiar en el ICAM y qué es lo que hay que mantener por encima de todo porque está bien?
Hay que mantener las cosas que se han hecho bien, algunas a iniciativa mía, por ejemplo, el servicio de atención al colegiado o la biblioteca, las bases de datos, publicaciones legislativas a bajo precio. Lo que hay que cambiar: es básica la modificación de los Estatutos, que están anclados en el pasado, para lograr más participación de los colegiados, que tienen la sensación de que el colegio solo se interesa por ellos para que paguen las cuotas. Queremos desterrar del colegio la filosofía mercantilista actual, instaurando una gestión austera para conservar los recursos del colegio (en la anterior legislatura se han malgastado once millones de euros). Por otro lado haremos un colegio de servicios adaptado a la problemática y necesidades de cada sector o grupo profesional, lo que implicará muchos cambios. Vamos a hacer una investigación o análisis de la sectorialización, y de acuerdo con esta sectorialización vamos a hacer un colegio de servicios, adaptado a la problemática de cada grupo. Estamos decididos a que el colegio sea un foco de oportunidades profesionales, formando e informando (por ejemplo en el caso reciente de cláusulas suelo) por lo que habrá un Observatorio de oportunidades profesionales. Además, potenciaremos el servicio de mediación y nuestra Corte de Arbitraje. Además, para favorecer la conciliación, incluiremos un servicio de guardería en el colegio.
¿Cuáles serán las líneas rojas que no cruzará en caso de ser elegido?
Nunca permitiría que se beneficiara un grupo por intereses puramente mercantiles, que se utilice el colegio como negocios particulares.
¿Qué va a hacer para que el decano del ICAM tenga mayor voz ante las instituciones, teniendo en cuenta que es la entidad con más colegiados de Europa?
Recuperar la voz fuerte del colegio en defensa de la profesión, de la dignidad de la abogacía y del Estado de Derecho. Me comprometo a defender lo que es justo y equitativo, ante cualquier instancia, sea el ministro de Justicia o el presidente de la Comunidad de Madrid. Por ejemplo, le planteamos al ministro que Lexnet fuera opcional, porque con él perdemos mucho tiempo.
¿Qué medidas van a tomar para dar prestigio a la abogacía madrileña?
En primer lugar tener una presencia pública, necesitamos comunicar a la sociedad qué es la abogacía y qué misión cumple, es decir, tener una política de comunicación que consideramos prioritaria. Y, por supuesto, implicarnos en los comunicados que hagan falta referentes a la defensa del Estado de Derecho. Una cosa muy importante es que la abogacía debe ser consultada cuando haya un proyecto de ley que afecte a la profesión. Por ejemplo, respecto a la proposición de ley de modificación de la condena en costas, tenemos una cosa clara: el principio del vencimiento es sagrado.
Luz Elena Jara: "No privatizaremos los servicios que ofrece el Colegio"
Luz Elena Jara, abogada nacida en Perú, lleva ejerciendo desde hace casi 30 años en España, especialista en derecho de extranjería, es la candidata a decana que propone la Asociación Libre de Abogadas y Abogados (ALA).
¿Cuáles son las tres propuestas estrella de su programa?
La primera medida es defender la democratización del Colegio, promover que las colegiadas y colegiados participen y que no sólo unos pocos grandes despachos sean quienes estén en la dirección del colegio. También vamos a fomentar la plena transparencia, facilitando el acceso a toda la información sobre la actividad del colegio: sus actas, estadísticas, informes legales y el reparto de su presupuesto. En tercer lugar, pero no menos importante, aplicaremos la ley de igualdad, la perspectiva de género transversal en el colegio, fomentando la paridad. Asimismo, atenderemos las necesidades de las colegiadas, para que puedan acudir al propio colegio en caso de ser víctimas de discriminación, acoso o violencia de género.
¿Qué es lo que más urge cambiar en el ICAM y qué es lo que hay que mantener por encima de todo porque está bien?
Hay que cambiar los estatutos para fomentar la participación y la transparencia del colegio y procurar que el colegio defienda los intereses de todas las abogadas y los abogados, no sólo de los grandes despachos. De hecho, el movimiento asociativo en la abogacía se constituye cuando ve que el colegio no le representa y no le defiende. En los últimos cinco años el colegio ha intentado modernizar lo que no se había cambiado en 400 años, se ha hecho un primer cambio, aunque sigue habiendo muchos intereses de por medio que hacen que sea muy complicado un cambio mayor.
¿Cuáles serán las líneas rojas que no cruzará en caso de ser elegido?
La privatización de los servicios del colegio, es algo que nunca haremos. Entendemos que servicios como la la justicia gratuita, el turno de oficio, el derecho a la formación o el derecho a las becas para la abogacía joven, son servicios públicos que ofrece el colegio y no deben privatizarse.
¿Qué va a hacer para que el decano del ICAM tenga mayor voz ante las instituciones, teniendo en cuenta que es la entidad con más colegiados de Europa?
La decana tiene una labor fundamental, es necesario reunirse con todos los grupos parlamentarios, con los decanos de los juzgados y con los decanos de otros colegios de abogados y de procuradores. A todos ellos les hemos hecho llegar las reivindicaciones de nuestra candidatura y nos ha sorprendido que han tomado nota y nos han indicado que en muchas ocasiones eran realidades que no conocían. La labor de la decana es llevar las reivindicaciones diarias de toda la abogacía y exigir de la Administración los presupuestos adecuados. Aunque para ello es imprescindibble conocer de primera mano las necesidades de las colegiadas y colegiados sino muy poca representatividad vas a tener. Sabemos que existen los canales para ello, de hecho desde la Asociación libre de abogadas y abogados (ALA) lo hacemos desde hace años.
¿Qué medidas van a tomar para dar prestigio a la abogacía madrileña?
La dignidad de la abogacía es algo muy preocupante para nosotros. Esta falta de reconocimiento viene entre otras cosas, porque la opinión pública no percibe la defensa de los derechos como un servicio público esencial como la educación o la salud, aunque sí lo es, porque si no defiendes tus derechos no existe justicia. La ciudadanía tiene que entender que el derecho al acceso a la justicia en igualdad de condiciones, es fundamental. Para dignificar la profesión hay que darla a conocer, explicando casos concretos de defensa de derechos en temas que preocupan a la sociedad como son la violencia de género, la trata de personas, las ejecuciones hipotecarias o las cláusulas nulas, asuntos en los que todo el avance jurisprudencial ha surgido desde la abogacía de a pie que ha impulsado directamente estas causas.