El sector de la ingeniería apuesta por el concurso restringido para la contratación pública
La intención es reducir la importancia de los criterios económicos en las licitaciones FIDEX cree que es imprescindible adaptarse a los marcos europeos en la materia
Los ingenieros lo tienen claro. Los criterios económicos a la hora de adjudicar un contrato con el sector público no deberían pesar tanto, siendo necesario reforzar la preponderancia de las cualidades técnicas de la empresa. Esto es, al menos, lo que opina el Foro para las Ingenierías (FIDEX), que agrupa a las once principales ingenierías españolas.
Aprovechando la reforma de la Ley de Contratos del Sector Público, en trámite parlamentario, FIDEX ha puesto de manifiesto las necesidades de mejorar los criterios, fijando como base que los servicios de carácter intelectual no deben contratarse nunca con preponderancia de los criterios económicos, tal como se refleja en la Directiva Europea de Contratación Pública. Esta directiva, que lleva un año de retraso en su transposición, tiene que ser el marco que corrija el actual modelo en el que el precio siempre tiene más peso en las adjudicaciones, de forma que en los pliegos de condiciones de las licitaciones se establezcan fórmulas de adjudicación en las que predominen los criterios técnicos y se elimine la temeridad de las ofertas.
Para FIDEX es imprescindible que se marque un límite en el peso que tienen los criterios económicos en los concursos, siendo lo idóneo un 20%. Como ejemplo de la lejanía de este máximo en España, citan entidades dependientes del Ministerio de Fomento o de Agricultura, aunque señalan que ADIF, que hasta hace unos meses daba al precio un peso del 75% en las adjudicaciones, ha rectificado recientemente reduciéndolo hasta el 51%. En el otro extremo, se encuentra AENA, que contrata mediante subasta pura y dura y sólo exige un mínimo de acreditación técnica.
La solución propuesta
FIDEX tiene claro que debe haber un cambio de modelo, sobre todo en materia de mecanismos de contratación. Destacan el empleo del concurso restringido para proyectos cuyo presupuesto sea superior a 300.000 euros que, aun contemplado en la ley, nunca se emplea. Este concurso restringido parte de una primera fase de selección de entre 4 y 8 empresas de acuerdo a criterios objetivos (experiencia, capacitación técnica, equipos humanos, solvencia…) para, en una segunda fase, adjudicar el contrato a la empresa cuya oferta sea la que obtenga la mejor valoración, donde el criterio precio no debe sobrepasar nunca el mencionado 20%.
La ventaja que más destacan es el estudio en profundidad de las ofertas recibidas, que tras pasar la primera fase en la que se evalúa a la empresa, quedan en ocho. Este reducido número hace que la administración contratante pueda centrarse en todos los aspectos y ser más rigurosa. Según el director general de FIDEX, Fernando Argüello, “las ingenierías pedimos simplemente que España trasponga la Directiva Comunitaria fielmente, de acuerdo a lo que consideramos las tablas de la ley en la contratación de la ingeniería. Ya vamos mal de tiempo, pues la nueva Ley debería haberse aprobado en abril de 2016, y la situación puede agravarse si la ley que surja tras el debate parlamentario no cumple con estos mandamientos para poner fin a la ingeniería low cost y a las subastas, que provocan posteriores sobrecostes, imprevistos, retrasos e incidencias en la ejecución de las obras y su posterior explotación. Dinero y riesgos que pagamos y asumimos todos los españoles”.