_
_
_
_

El caso Moshiri: cómo ganar mil millones de dólares, comprar un club de fútbol y perderlo casi todo

El inversor británico-iraní, Farhad Moshiri, llegó al Everton FC en 2016 causando un gran revuelo

Una mujer pasea delante del Goodison Park, en Liverpool, estadio del Everton FC que será sustituido por el nuevo Everton Stadium, aún en construcción
Una mujer pasea delante del Goodison Park, en Liverpool, estadio del Everton FC que será sustituido por el nuevo Everton Stadium, aún en construcciónJason Cairnduff (REUTERS)

La llegada de Farhad Moshiri al Everton FC en 2016 causó gran revuelo. Para los aficionados del club británico, el empresario llevaba la vida estereotipada de un propietario rico con un hobby caro. Viajaba en tren desde Londres a Liverpool y se relacionaba con ellos antes de los partidos, pero como residente en Mónaco también era un usuario habitual de un jet privado. Moshiri tenía los ingredientes perfectos: pasión por el fútbol y dinero para gastar.

Ocho años después, el inversor británico-iraní abandona el club de la Premier League tras gastar unos 1.000 millones de dólares. En lugar de un legado de éxito, el Everton se convirtió en sinónimo de disfuncionalidad.

El fútbol está repleto de historias aleccionadoras de inversores aparentemente astutos que pierden fortunas en un deporte cuyo modelo financiero hundiría a casi cualquier negocio. Sin embargo, pocos están en la misma liga que Moshiri.

El empresario, de 69 años, se ha quedado con una fracción de lo que invirtió tras vender el club de Liverpool a Dan Friedkin, un multimillonario dueño también de la AS Roma cuya familia hizo una fortuna vendiendo Toyotas y que es el último empresario estadounidense en entrar en el fútbol inglés.

La venta del club de fútbol ha puesto el foco en la relación de Moshiri con Alisher Usmanov, un magnate ruso sancionado y fuente de gran parte de la riqueza de Moshiri. Usmanov cree que Moshiri le debe cientos de millones de dólares, según dos personas cercanas al empresario. Moshiri cree que sus deudas están saldadas. La pareja no se habla desde febrero de 2022, cuando el presidente ruso Vladimir Putin envió sus tropas a Ucrania.

“Los fans del Everton pensarán en la era de Farhad Moshiri como una lección de por qué el dinero no siempre compra el éxito”, señaló Giulia Bould, periodista que sigue al club en la radio local de BBC Merseyside Sport.

No estaba destinado a ser así. El Everton es uno de los clubes más famosos de Inglaterra, aunque no ha ganado un trofeo desde 1995.

Nuevo estadio

El equipo de fútbol de Liverpool acaba de terminar la construcción de un estadio de última generación frente al mar, que podría duplicar con creces los ingresos por día de partido y ayudar a estabilizar las finanzas del club en los próximos años. Pero el dinero de Moshiri se agotó. Se ha recurrido a una variedad de prestamistas no solo para mantener a los constructores en el lugar del estadio, sino también para cubrir los costes diarios de funcionamiento de un club de fútbol.

El Everton se ha estado ahogando en deudas. Friedkin pagará a Moshiri menos de 50 millones de dólares por su participación en el clun, según personas cercanas a la operación.

Moshiri, que no ha sido acusado de ninguna irregularidad ni ha sido sancionado en relación con sus negocios con Usmanov, declinó hacer declaraciones. El equipo de negociación de Friedkin analizó si Moshiri estaba vinculado a Usmanov y la conclusión fue incluir términos que limitan lo que Moshiri puede hacer con las ganancias de la operación.

Pero para aquellos que vieron el declive del Everton durante la última década, quedan preguntas sobre la mesa. Cómo Moshiri se hizo amigo del multimillonario ruso y la manera en que se convirtió en propietario de uno de los clubes de fútbol más grandes del Reino Unido.

“Moshiri tiene una deuda con su conciencia”, dijo Usmanov en declaraciones por correo electrónico a Bloomberg. “Sobre cuánto dinero debe, es un asunto entre él y yo. No veo ninguna razón para discutirlo en los medios”.

Auge del empresario

En 1979, Moshiri y su familia se encontraban en Londres, entre los miles de iraníes que huyeron de Teherán durante la Revolución Islámica. Era un hombre tranquilo de unos veinte años, conocido por ser un financiero competente, capaz de convertir estructuras financieras complejas en acuerdos fáciles.

Un amigo de la familia, Masoud Alikhani, contrató a Moshiri a mediados de los años 90 para trabajar en Middlesex Holdings, una pequeña firma de inversión que quería hacer negocios en Rusia. Empezaron a trabajar un contrato para vender acero fabricado por Oskol Electrometallurgical Kombinat (OEMK), una planta que era propiedad de Usmanov. El acuerdo resultó muy rentable y Usmanov, que ya era un inversor en Middlesex, puso a Moshiri a trabajar en operaciones cada vez mayores, incluida una participación en la siderúrgica británica Corus.

La relación siguió siendo la misma: Usmanov proporcionaba el dinero, Moshiri ayudaba con las finanzas y los acuerdos. Usmanov dijo que estaba interesado en invertir en otras industrias, incluidas empresas tecnológicas como Facebook y Groupon. Moshiri le desaconsejó hacerlo, ya que prefería consolidar inversiones en la industria minera y metalúrgica. Usmanov ignoró a Moshiri en cada ocasión.

Independientemente de los límites de la influencia de Moshiri sobre Usmanov, en 2008 se le dio acceso a una participación del 10% en Gallagher Holdings. Usmanov controlaba Metalloinvest, una cartera ahora significativa de activos mineros y metalúrgicos que incluía OEMK, a través de Gallagher. Se convirtió en la puerta de entrada a una riqueza significativa.

En 2012, Metalloinvest valía al menos 16.000 millones de dólares, lo que valoraba la participación de Moshiri en un mínimo de 800 millones de dólares. Esa suma aumentó aún más un año después, cuando Gallagher Holdings se reestructuró en USM Holdings, una sociedad de con sede en las Islas Vírgenes Británicas. USM Holdings poseía los activos de minería, tecnología, telecomunicaciones y medios de comunicación de Usmanov, y estaba valorada en 29.000 millones de dólares.

Negocios rusos

Sobre el papel, Moshiri se convirtió en un multimillonario, al obtener una participación del 10% en USM Holdings. Lo que hizo rico a Moshiri fueron los dividendos y las bonificaciones de los activos de Usmanov. Después de que USM Holdings se trasladara a Rusia en 2018, reveló que solo en 2019 y 2020 pagó a los propietarios alrededor de 1.000 millones de dólares en dividendos.

Moshiri recibió hasta 1.000 millones de dólares por trabajar con Usmanov a lo largo de los años, cantidad más que suficiente para financiar su desafortunada ambición deportiva. Sin embargo, todavía necesitaba pagar la diferencia de valor entre su participación en Gallagher y la más valiosa USM Holdings.

La mayor parte de esta diferencia se cubrió con “condonaciones de deuda o pagos de cuasi deuda mediante instrumentos financieros”, dijo Ivan Streshinsky, quien fue director ejecutivo de USM Holdings hasta que entraron en vigor las sanciones en 2022. Hasta el 80% de la deuda de Moshiri fue cancelada, según un portavoz de Usmanov.

No es que la disputa importara cuando Usmanov estaba construyendo su imperio. En aquel entonces, los dos veían partidos de la Premier League y trataban de averiguar cómo entrar en la sala de juntas del Arsenal Football Club.

Tanto Usmanov como Moshiri eran fanáticos del fútbol y solían ver los partidos mientras hablaban por teléfono y hacían apuestas de miles de libras sobre quién marcaría el siguiente gol. El plan era tomar el control del Arsenal adquiriendo participaciones de accionistas más pequeños, de forma muy similar a cómo Usmanov acumuló su riqueza en Rusia. Para otro multimillonario ruso, Roman Abramovich, comprar el Chelsea en 2003 por 140 millones de libras (177 millones de dólares) y convertirlo en uno de los mejores equipos del mundo le dio acceso a la élite política y cultural de Londres. Usmanov vio su oportunidad de hacer lo mismo con el rival de la ciudad, el Arsenal.

Esta vez, Moshiri era un inversor por derecho propio, junto con Usmanov. Pero cuando el ruso adquirió una participación en el Arsenal cercana al 15% en 2007, el multimillonario estadounidense Stan Kroenke compró una participación del 10% y se convirtió en un postor rival por el control.

Usmanov y Moshiri se embarcaron en una batalla con Kroenke. Pero su intento de tomar el control del equipo londinense fracasó. En 2011, Kroenke obtuvo una participación mayoritaria y comenzó un viaje de 10 años para comprar las acciones de los socios restantes. Usmanov se negó a vender y fue excluido del club.

Mientras continuaba la lucha con Kroenke, Moshiri vendió su propia participación del 15% en el Arsenal a Usmanov por alrededor de 200 millones de libras y utilizó el efectivo para comprar el 49,9% del Everton por 87,5 millones en 2016.

El Everton era un equipo fuerte, que recientemente había gastado un récord del club de 28 millones de libras para fichar al delantero Romelu Lukaku del Chelsea. El club había terminado la temporada en la mitad superior de la tabla de la Premier League. Los primeros días de propiedad de Moshiri estuvieron llenos de esperanza para el Everton. También fue parte de un consorcio que compró el famoso Royal Liver Building de Liverpool y trasladó a la plantilla del Everton a las oficinas.

Moshiri pronto empezó a proporcionar financiación, pagando inicialmente las deudas del Everton con un préstamo sin intereses de 80 millones de libras. A diferencia de Abramovich en el Chelsea -que hizo limpieza, instaló su propio equipo y rápidamente ganó el primer título de la Premier League del club en 50 años- Moshiri mantuvo en sus puestos a gran parte de la dirección del Everton. Bill Kenwright, que vendió la mitad de su participación del 26% a Moshiri, siguió como presidente. Según empleados del club durante su mandato, Moshiri no logró hacer valer su autoridad sobre el Everton.

Nuevos jugadores

Acostumbrado a encontrar formas de ahorrar dinero para Usmanov, Moshiri ahora estaba a cargo de las finanzas, lo que permitió un gasto masivo en nuevos jugadores. El Everton siempre había sido un club cuidadoso en el mercado de fichajes, a menudo cubriendo los gastos vendiendo estrellas a equipos más grandes. Después de la llegada de Moshiri, el equipo de Liverpool gastó más de 500 millones de dólares en jugadores en solo cuatro años.

Usmanov, mientras tanto, permaneció en un segundo plano. USM Holdings se convirtió en uno de los principales patrocinadores del Everton en 2017. No tardó mucho en sentirse descontento con el rendimiento de Moshiri.

“He declarado en repetidas ocasiones que no poseía una participación en el Everton, ni directa ni indirectamente, ni tomaba ninguna decisión sobre sus operaciones o gestión”, afirmó Usmanov. “Pero me interesaba el rendimiento del club como accionista de las principales empresas patrocinadoras que invirtieron en la compra de los derechos de denominación del nuevo estadio del club”.

El club quedó en el puesto 12 en la temporada 2019/2020, su peor posición en 16 años. Carlo Ancelotti, ahora en el Real Madrid CF y uno de los entrenadores más exitosos de todos los tiempos, llegó y se fue. Lo mismo hicieron otros entrenadores. El Everton gastó más y empeoró, y los últimos cuatro años fueron una lucha por la supervivencia en la Premier League.

En enero de 2022, Moshiri había aumentado su participación en el Everton al 94%. Pero Kenwright, que ahora solo poseía un pequeño porcentaje, siguió siendo presidente. Moshiri también estaba financiando el nuevo estadio.

Inicialmente se estimó que costaría 500 millones de libras, pero las estimaciones actuales superan con creces los 800 millones.

Moshiri y Usmanov seguían colaborando y hablaban casi todos los días. Durante la pandemia de la Covid-19, Usmanov incluso hizo que le enviaran joyas de lujo al apartamento de uno de los familiares directos de Moshiri. Todo esto se paró en el mes siguiente, cuando Usmanov fue sancionado por la Unión Europea. Usmanov dijo que Moshiri simplemente “desapareció”.

En marzo, el gobierno del Reino Unido anunció la congelación total de los activos de Usmanov y USM Holdings, junto con una serie de otros empresarios, incluido el propietario del Chelsea, Abramovich.

Moshiri renunció a la junta directiva de USM unos días después. En 2023, Usmanov y sus socios expulsaron a Moshiri de la lista de propietarios de USM, según documentos judiciales. BDO, auditor de Everton desde hace mucho tiempo, dimitió en 2022 después de que entraran en vigor las sanciones. Un portavoz de BDO se negó a hacer comentarios.

Necesidad de capital

Los clubes de fútbol son empresas ávidas de capital. Incluso los equipos mejor gestionados de la Premier League pierden dinero cada año. La pandemia, combinada con el nuevo estadio, paralizó las finanzas del Everton. Al final de la temporada 2022/23, la deuda neta había aumentado a 330 millones de libras. A esas alturas, Moshiri también había invertido 450 millones de libras a través de un préstamo sin intereses de Bluesky Capital Limited, una empresa con sede en la Isla de Man.

También parecía que el amor de Moshiri por el fútbol lo había abandonado. Rara vez se le veía en los partidos y empezó a pedir una serie de préstamos para mantener a flote al Everton. En mayo de 2023, un grupo de inversores liderado por MSP Sports Capital prestó al Everton más de 100 millones de libras para ayudar a pagar a los constructores del nuevo estadio con capacidad para aproximadamente 53.000 espectadores.

La situación era desesperada. En 2023, el grupo 777 Partners, con sede en Miami, prestó al Everton 200 millones de libras como parte de un acuerdo para adquirir el equipo. Pronto surgieron dudas de la Premier League sobre la idoneidad de 777 Partners, un grupo con una cartera ecléctica que incluye sellos discográficos, empresas de financiación de la aviación y participaciones en una colección de equipos de fútbol más pequeños.

Ese mismo año, los problemas del Everton en el campo también empeoraron. El mal desempeño se vio agravado por las autoridades deportivas que penalizaron al club por incumplir sus normas financieras. La reducción de puntos empujó al equipo hacia el furgón de cola de la Premier League.

A mediados de 2024, el acuerdo con 777 Partners se había derrumbado. El multimillonario estadounidense Friedkin surgió entonces como un comprador más creíble. Al igual que Moshiri, Friedkin planea devolver al Everton a los primeros puestos de la Premier League. Encerrado en Mónaco, Moshiri tendrá más tiempo para ver a su equipo de fútbol favorito, el Manchester United FC.

“Creo que el Everton podría haberse convertido en un equipo muy exitoso”, dijo Usmanov. “Parafraseando un dicho del fútbol: la pelota es redonda, pero Moshiri tuvo mala suerte. Creo que sobreestimó sus habilidades como propietario de un club”.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Archivado En

_
_