Cómo crear una cartera de fondos de inversión de bajo coste

Myinvestor, EBN, Openbank, Renta 4 o Singular Bank tienen supermercados de fondos con gran oferta de indexados

Daniel Grill (Getty Images/Tetra images RF)

Invertir nunca ha sido tan accesible y barato. La irrupción de los fondos de inversión indexados ha permitido al gran público acceder a vehículos ultra-diversificados, con comisiones reducidísimas y realizando muy pocas gestiones. Las carteras de fondos que replican índices de Bolsa o de bonos se han convertido en una forma ideal para tener una exposición a la evolución de los mercados financieros mundiales, sin tener que complicarse la vida.

En España, hasta hace unos años, los únicos fondos disponibles eran los llamados productos de gestión activa, en los que un experto se dedica a analizar compañías y países para luego decidir qué acciones o bonos comprar y vender. Y cuál es el momento idóneo. La evidencia académica ha demostrado que en la mayoría de los casos este tipo de gestión activa genera peores rentabilidades que los fondos pasivos, que tan solo se dedican a replicar la evolución de un índice y tienen comisiones extremadamente bajas.

Por ejemplo, el fondo Fidelity S&P 500 Index sigue la evolución de un índice que reúne a las mayores compañías de Estados Unidos. ¿Su coste? Un 0,06% anual. Alguien con 10.000 euros podría estar invertido en todas esas empresas (Apple, Microsoft, Amazon...) por solo 60 euros al año. En el caso del fondo de Bolsa norteamericana de Bestinver, los costes anuales son del 2%, por lo que el inversor con 10.000 euros tendrá que pagar 200 euros al año. Si el gestor bate al índice no hay problema, pero en la mayoría de los casos eso no es así. Especialmente en Bolsa de EE UU.

El primer fondo indexado que se lanzó en España, el ING Direct Fondo Naranja Ibex 35, se empezó a vender hace 20 años. Durante mucho tiempo, el banco de origen holandés fue la única entidad en ofrecer este tipo de productos de inversión de bajo coste. Y aún así, tampoco tenía unas comisiones tan baratas. Cobraba un 1% anual, que era la mitad de lo que se pagaba en otros fondos de Bolsa española.

Ahora, todos los bancos tienen sus propios fondos indexados y, sobre todo, han surgido muchas plataformas que permiten acceder a una miríada de fondos que replican índices. Los grandes jugadores en este tipo de vehículo de inversión son BlackRock (a través de la marca iShares), Vanguard y Amundi.


¿Cómo diseñar la cartera?

El banco EBN es una de las entidades que tiene una oferta muy completa de fondos indexados. Víctor Ferraz Carrizo, responsable del supermercado de fondos, explica que para diseñar una cartera adecuada “el cliente debería pasar un sencillo test Mifid que determine su perfil de riesgo y así poder definir la asignación de activos”. Una persona muy conservadora tendrá que tener un mix de fondos donde predominen los de bonos, mientras que las más agresivas tendrán sobre todo Bolsa.

Para Ferraz Carrizo, un perfil más osado podría tener en cartera “fondos que repliquen la evolución del índice de Bolsa mundial, como el MSCI World que reúne 1600 compañías de 23 países desarrollados”. También puede incorporar un fondo que invierta en países emergentes, como China, India o Brasil. Sería igualmente imprescindible tener un fondo que replique al índice estadounidense S&P 500. “Los inversores más sofisticados también pueden incorporar un vehículo especializado en compañías de pequeña capitalización o un indexado tecnológico”, explica el experto.

Para los inversores más moderados, predominarán sobre todo los fondos bonos. Indexa Capital, que realiza un servicio especializado en gestión de carteras de fondos indexados, asigna a sus clientes más prudentes un 91% de renta fija. Casi la mitad de la inversión va a fondos de deuda soberana europea y de deuda soberana estadounidense. En este último caso, con la divisa cubierta, para no depender de la fluctuación del dólar. Otro 30% son fondos con deuda de compañías europeas y estadounidenses.

Hay otras opciones incluso más sencillas. Vanguard tiene disponible un vehículo, el Total Bond Market, que permite de una tacada tener exposición a 10.256 bonos diferentes, tanto de países como de empresas.


¿Dónde comprar los fondos?

Muchos bancos anuncian que tienen supermercados de fondos, pero es habitual que la oferta de indexados sea muy limitada y que las entidades prioricen los fondos propios y los fondos de terceras gestoras en los que cobran una comisión por comercializarlos.

Afortunadamente, en los últimos años han surgido varias plataformas más independientes que permiten acceder a un gran catálogo de fondos de gestión pasiva. Myinvestor, el neobanco controlado por Andbank, tiene una amplísima oferta. También EBN, Renta 4, Singular Bank, IronIA (de Diaphanum) y Openbank (filial online de Banco Santander) disponen de oferta de fondos indexados.

En este último caso, la entidad incluso tiene diseñadas una serie de carteras modelo para que el cliente, después de hacer la perfilación, pueda establecer qué fondos en concreto debe comprar, y en qué proporción. Así, la cartera modelo Tokio, la más agresiva, tiene un 22,7% de Bolsa europea (a través del iShares Europe Equity), un 47% de Bolsa norteamericana (a través de dos fondos de Amundi) y así hasta un total de 12 fondos distintos para diferentes clases de activos. Los costes totales de la cartera son del 0,42%. La cartera intermedia, París, recomienda 13 vehículos diferentes, con un coste total del 0,46%.

Hay que recordar que el principal factor de generación de rentabilidad es una adecuada asignación de activos. Por eso es tan importante asesorarse bien sobre cuál es la mejor composición. Cada firma suele tener sus propios criterios. Algunas incluyen una pequeña exposición a oro, otras buscan vehículos para tener una cierta inversión en el sector inmobiliario, y otras defienden las bondades de los bonos ligados a la inflación.

Normalmente, el proceso de contratación es relativamente sencillo. Una vez adquiridos estos fondos indexados, el supermercado se encarga de la custodia de esos vehículos y de remitir al cliente los informes trimestrales o los balances de gastos.


¿Qué gastos hay?

La comisión más evidente es la de gestión. La entidad que ha lanzado el fondo, ya sea Fidelity, Amundi o Pictet, va cobrando por ir replicando fielmente el índice de bonos o acciones. Normalmente, un fondo indexados cobra entre un 0,06% y un 0,3% anual. Ese cargo se realiza directamente dentro del vehículo, por lo que el dueño del fondo no suele percatarse de que está pagando a la gestora. Además, también se paga una pequeña comisión de custodia, que suele ser un 0,1%.

Ahora bien, muchos de los supermercados de fondos realizan un cargo extra en concepto de “comisión de depositaría de fondos”. Por ejemplo, en el caso de EBN esta es del 0,3% anual, que se añade a las comisiones propias de fondo y que cobra la gestora. Igual que Selfbank, la plataforma de fondos de Singular Bank. En cambio, otras plataformas, como Opebank o Myinvestor no cobran esa comisión de custodia.

Como hay muchos clientes a los que les impone el tener que construir su propia cartera de fondos indexados, en los últimos años han surgido muchas propuestas de gestión discrecional. Indexa Capital, Finizens, o los mencionados Openbank y Myinvestor, ofrecen ese servicio. En este caso, hay una comisión extra por la labor de diseñar las carteras y rebalancearlas cuando suben o bajan de precio ciertas clases de activos.


¿Cómo y cuándo invertir?

Diversos estudios han demostrado que, una vez tomada la decisión de invertir, lo mejor es hacerlo de golpe. Estar fuera de los mercados financieros implica un coste de oportunidad que no compensa. Una vez que se tiene la cartera, lo ideal es seguir haciendo aportaciones periódicas, sin tratar de predecir la evolución de los mercados financieros.

“Una labor que deberá realizar la persona que decida crear su propia cartera de fondos indexados es realizar rebalanceos, aumentando la participación de los activos que se han quedado rezagados y rebajando la de aquellos que se han revalorizado mucho”, apunta Ferraz Carrizo.


La vía de los ETF

Aunque en España los fondos convencionales son los más utilizados para la gestión pasiva, en otros países no es así y el vehículo más extendido es el fondo cotizado (ETF, por sus siglas en inglés). El problema aquí es que este activo se considera equiparable a las acciones, por lo que cuando se quiere pasar de un ETF a otro hay que vender y tributar por las plusvalías obtenidas. En los fondos normales, en cambio, se puede hacer traspaso de uno a otro sin peaje fiscal. Algo clave cuando hay que rebalancear las carteras de fondos indexados.

Ignasi Viladesau es director de inversiones de Myinvestor y responsable de sus carteras gestionadas. El directivo explica que una de las limitaciones de los fondos indexados “es que no llegan a tantos activos como los ETF que te permiten, por ejemplo, invertir con facilidad en los mercados de materias primas y en los mercados monetarios”.

En cualquier caso, ya sea con ETF o con fondos indexados, el pequeño cliente tiene ahora la oportunidad de estar invertido en miles de compañías y países de todo el mundo, a golpe de clic y con unos costes bajísimos.

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