Las piscinas en España relucen bajo un sol de buenas perspectivas
Hay más de 1,3 millones de estas instalaciones en el país, unas 2.000 empresas que facturan por encima de los 1.600 millones de euros


La piscina es ese lugar en el que casi todo el mundo sonríe al estar en el bordillo”, relata Anabel Vázquez, en su libro Piscinosofía (Libros del K.O., 2023). Esos agujeros en el suelo llenos de agua, explica la escritora, en la mayoría de los casos son rectangulares y “a su alrededor se genera un campo magnético de ligereza y alegría”. En España, es un sector que va viento en popa: atraviesa una etapa de dinamismo gracias a un aumento sostenido de la demanda tanto en espacios privados como en instalaciones de uso colectivo.
“Cada vez hay más gente que quiere disfrutar de ellas”, asegura Agustí Ferrer, director general de la Asociación Española de Profesionales del Sector de la Piscina (Asofap). El año pasado, se entregaron más de 30.000 nuevas instalaciones en el país, un récord según la patronal. “La actividad es especialmente intensa en las regiones con más días de sol o altas temperaturas, como Andalucía, Comunidad Valenciana, Madrid y Cataluña”, agrega Ferrer.
El 73% de las piscinas se encuentra en Andalucía, Comunidad Valenciana, Murcia, Cataluña y Madrid
España cuenta con un importante parque de piletas repartidas entre viviendas particulares, complejos residenciales, hoteles, spas, clubes deportivos, parques acuáticos y espacios municipales. Se estima que en todo el país existen más de 1,3 millones de piscinas, lo que sitúa a España como el cuarto mercado mundial y el segundo en Europa, según las cifras de Asofap. El 73% del total se encuentra en Andalucía, Comunidad Valenciana, Murcia, Cataluña y Madrid, lo que confirma el peso de estas comunidades en el desarrollo del negocio, que tuvo una facturación en 2024 superior a los 1.600 millones de euros y que da empleo a unas 40.000 personas.
Desde la experiencia del mantenimiento y gestión de instalaciones, las perspectivas se leen con cierta cautela. Aunque el sector mantiene una tendencia general al alza, el ritmo de incremento es moderado. “El mercado muestra signos de crecimiento, pero este avance es lento”, indica Teresa Mayoral Rodríguez, directora general de Olaqua Piscinas. “Actualmente, está estabilizado y prevemos que se mantenga estable durante 2025”, pronostica la experta. Las empresas de mantenimiento, comenta, se enfrentan a varios retos. Entre ellos, la necesidad de reducir costes, mejorar la fiabilidad de los equipos, garantizar el rendimiento y seguridad, y hacer cumplir las normativas vigentes.
Pero también tienen como desafío la escasez de personal y su digitalización para intentar mejorar la eficiencia operativa. De cara al futuro, el mercado nacional presenta buenas perspectivas, avanza Miguel Messias, gerente general Iberia & Latam de Fluidra. Ello se debe al gran parque instalado, así como el atractivo de España a nivel turístico. “Las piscinas desempeñan un papel clave”, afirma Messias. Fluidra, en el primer trimestre de 2025 elevó su beneficio un 29%, hasta los 48 millones de euros.

La falta de personal y la digitalización son los principales retos del negocio
“Cada año, la base global de piscinas sigue creciendo gracias a la construcción de nuevas instalaciones”, avanza Messias. No solo ocurre en España, sino también a escala internacional. El sector, añade Ferrer desde la patronal, enfrenta dos grandes desafíos. El primero es avanzar en la digitalización y la automatización, con el objetivo de optimizar el uso de agua y energía.
“En la actualidad, los propietarios tienen soluciones asequibles para ello, que cada vez demandan más. Esto explica que hoy las piscinas apenas consumen el 1% del agua suministrada en el país”. El segundo reto está en la profesionalización del negocio, clave para garantizar la sostenibilidad de las instalaciones. La asociación consiguió que el Gobierno aprobara el Certificado Profesional de Mantenimiento de Piscinas, que será obligatorio a partir de enero de 2026 para todos los profesionales que realicen labores de mantenimiento tanto en instalaciones públicas como privadas.
“Debemos confiar las piscinas únicamente a aquellos que están oficialmente acreditados para este trabajo, porque es esencial para la seguridad de los bañistas y para la sostenibilidad ambiental”, recomienda Ferrer.
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