Bodega Sommos: alma de Somontano y vanguardia tecnológica
Entre los Monegros y los Pirineos se alza la majestuosa y singular bodega de Somontano, que en apenas una década elabora la gama de vinos Colección y factura 10 millones de euros
La singularidad es una de las señas de identidad y una constante en la corta vida de Bodega Sommos, fundada en 2014 en la Denominación de Origen Protegida (DOP) Somontano, en Barbastro (Huesca). Por fuera, destaca el vanguardista edificio que la cobija, inspirado en el emblemático pico Cotiella, una de las mayores moles del Pirineo aragonés, que roza los 3.000 m de altura. Una obra de arte que está reconocida como una de las diez maravillas arquitectónicas del mundo por de The Drinks Business.
Su llamativa belleza exterior no sacrifica un ápice de la funcionalidad con que está diseñada la bodega por dentro. Toda la elaboración de los vinos se lleva a cabo gracias a la fuerza de la gravedad, debido a los 27 metros de profundidad a los que está excavada la cava, otra peculiaridad.
Una tercera es que las viñas de Bodega Sommos son vendimiadas a la luz de la luna, cuando la temperatura es baja. De este modo, se pueden recolectar los frutos con sus propiedades intactas.
Y entre tanta particularidad hay que sumar una más, su gama de vinos Colección. Gracias a la diversidad que brinda la DOP Somontano, Sommos es capaz de producir una variedad de caldos que representa los diferentes suelos, microclimas y altitudes que se dan en esta DO.
La penúltima cualidad de esta bodega es su decidida apuesta por la tecnología de vanguardia y la I+D+i.
Quien va desgranando una por una todas las características de Sommos es Diego Mur, su director de marketing. “La alta tecnología y la innovación se convierten en el punto diferencial de la bodega. El principal objetivo no es otro que trabajar con mimo y cuidado la materia prima”, añade.
Sus poderes y cifras
Sommos cuenta, entre otras innovaciones, “con prensa neumática vertical; robot cartesiano porta ovis (depósitos colgados de una grúa puente que coloquialmente se conocen como objetos volantes identificados) y multiplicador de levaduras para seleccionar nuestros propios fermentos autóctonos”, explica el portavoz.
Los viñedos con tres zonas diferenciadas y el capital humano con toda una cohorte de expertos del mundo del vino “son nuestros mayores tesoros”.
Mur recuerda como los inicios de la bodega “fueron difíciles y no llegaron a buen puerto por la crisis de 2008. Esta bodega fue fundada por un grupo riojano en 2002 bajo el nombre de Irius; en 2014, el grupo cárnico aragonés Costa, con un fuerte compromiso por la inversión local y un proyecto a largo plazo, la adquiere por administración concursal; aprovecha el edificio, todas las infraestructuras y viñedos que había y le cambia el nombre y la marca a Sommos”.
Unos viñedos excepcionales con unas 350 hectáreas en propiedad, repartidas en tres zonas diferenciadas, que permiten reflejar en los vinos de Sommos “la diversidad de la DOP Somontano gracias al cultivo de cepas de bajo rendimiento”, destaca Mur.
Apenas una década después de su fundación, cuentan con una plantilla de 50 personas, facturan en torno a los 10 millones de euros anuales, “superaremos esa cifra este año”, adelanta Mur, y cerraron 2022 con 9,5 millones. Están presentes en una treintena de países, fundamentalmente de Europa y Asia, y sus exportaciones suponen el 20% de su producción.
Elaboran 24 tipos de vinos, el 50% de las referencias son tintos, el 46% blancos y el 4% rosados, lo que se traduce en 3,2 millones de botellas anuales.
El mundo del vino, “como tantos otros sectores, ha evolucionado mucho, si antes las bodegas hacían un tinto, un blanco y un rosado; un crianza y un reserva, ahora esto ya no vale. Hoy es un mundo mucho más abierto en el que trabajamos sin dogmas, para lo cual hay que tener mucha capacidad de innovación”, destaca Mur.
Sommos se define como “la nueva ola del Somontano” donde la experiencia de su enólogo y su director de producción en mercados más jóvenes, como Chile, “les permite liberarse de corsés y dogmas y tener más amplitud de miras y eso nos capacita también para aprovechar la diversidad y versatilidad del Somontano”, argumenta.
Una tierra “muy peculiar entre el desierto (los Monegros) y la nieve (Pirineo), lo que nos permite elaborar muchos tipos de vinos por la diversidad de altitudes, microclimas y pendientes, y es nuestro valor añadido”.
Son de los primeros en vendimiar y eso se justifica porque “buscamos unos vinos con un carácter muy fresco y una muy buena acidez, en los blancos; en los tintos buscamos jugosidad, no hacemos vinos pesados. Nosotros trabajamos sin dogmas, probamos y si nos gusta, lo elaboramos”.
La gama Colección es la joya de la bodega, son vinos monovarietales, de producción limitada y un estilo único; el lote está formado por cinco tintos y cuatro blancos y se venden a un precio de entre 11 y 35 euros.
A medio plazo, Sommos pretende consolidarse en el mercado nacional e incrementar la exportación para diversificar el negocio.
Viñedos singulares entre el desierto y la nieve
Rey de reyes. El principal viñedo es la finca Torresalas, de 155 hectáreas. En el centro de la misma está la bodega, rodeada, pues, de un mar de cepas de chardonnay, gewürztraminer y tempranillo que gozan de diferentes exposiciones solares sobre suelos ricos en yesos y sales.
Colección. A los pies de la sierra de Guara está la finca Montesa, parcelas de calcisoles y arcillas con casi 100 hectáreas de secano donde cultivan merlot, syrah y cabernet sauvginon con mimo y delicadeza para la elaboración de la gama de vinos Colección.
Altitud. El viñedo de Güel es una zona agreste rica en conglomerados y fósiles. Se cultiva sauvignon blanc, garnacha blanca y se plantan nuevos viñedos a 1.000 metros de altura.
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