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Los activos privados se acomodan en las carteras más abultadas

Valoran su descorrelación con los mercados cotizados y su protección ante la inflación. Ha crecido la gama de productos, incluyendo los semilíquidos

Es uno de los datos más significativos en los últimos informes publicados sobre grandes patrimonios y family offices, el vehículo preferido por estos para gestionar su dinero: los activos no cotizados ocuparán cada vez más importancia en las carteras. Estos inversores valoran ventajas asociadas a los mercados privados, como son la descorrelación con mercados bursátiles, la protección frente a la inflación, menores niveles de volatilidad o el acceso a la inversión en activos reales.

“En general, está demostrado que incorporar activos privados de buenos gestores y añadas [año en el que un fondo capta la inversión] mejora y eleva la frontera eficiente de las carteras y su perfil de rentabilidad y riesgo a medio plazo”, concluye Jesús Amador, responsable de asesoramiento independiente de banca patrimonial de Bankinter.

También José de Alarcón, director comercial de Andbank España, ve que los activos privados ganan peso y que en la selección de inversiones de los grandes patrimonios ya se habla de destinar un 15% o 20% de la cartera en ellos, frente al 5% o 10% del que se estimaba antes de pandemia. “Y en los últimos meses hemos visto una especial aceleración de esta tendencia”, remarca. Por su parte, José Manuel Villamor, director del departamento de Wealth Management de A&G, comenta que “la desintermediación llegó hace tiempo para quedarse, lo que ha provocado una mayor gama de productos, una mejora de la cultura financiera y un apetito por el sentimiento de cercanía sobre lo que se invierte”.

“Está ganando mayor protagonismo la deuda privada e inversión en infraestructuras”, indican en Andbank

“Vemos mayor diversificación en los activos alternativos en los que se invierte. Históricamente, el peso se concentraba en private equity y real estate y en los últimos años está ganando mayor protagonismo la inversión en deuda privada y en infraestructuras”, apunta José de Alarcón. Diferente visión tiene el director general de Urquijo Gestión, Jaime Hoyos, que señala cómo “en los últimos dos años, el inmobiliario ha ganado peso de forma significativa en una gran mayoría de clientes”. También Marta Campello, socia y gestora de Abante, nota apetito por este tipo de inversión, “sobre todo porque estamos viendo cómo el mercado inmobiliario otra vez está viviendo un cierto bum y parece que nadie se quiere quedar fuera”.

En cuanto a BBVA, en los últimos 24 meses han observado un cambio claro en la asignación de activos de los grandes patrimonios españoles, marcado por tres tendencias principales: mayor disciplina en la preservación de capital, recuperación del interés por la renta fija y la búsqueda de diversificación real a través de activos alternativos. Belén García-Moya, directora de asesoramiento y altos patrimonios de BBVA Banca Privada en España, explica que este tipo de clientes ha reequilibrado sus carteras incorporando mayor peso en deuda pública, bonos grado de inversión y emisiones corporativas de alta calidad, y sofisticando su exposición a renta variable.

En Abante resaltan que “no tienes que convivir con el valor liquidativo diario, que produce mucha ansiedad”

“El foco se ha desplazado hacia compañías de calidad, con generación de caja sostenible y exposición a temáticas estructurales: inteligencia artificial, transición energética, salud y demografía”, detalla. Además, cree que los grandes patrimonios continúan aumentando la exposición a activos privados, infraestructuras y real estate especializado (logístico, residencial en alquiler, centros de datos…). “Estos activos aportan diversificación, descorrelación y acceso a oportunidades que no están disponibles en mercados cotizados”, añade García-Moya. Además, recuerda que en los últimos meses “ha crecido notablemente la oferta de estructuras semilíquidas que permiten acceder a estrategias de private markets con ventanas periódicas de liquidez”.

Para Campello, los grandes inversores “son bastante aversos al riesgo en lo que tiene que ver con la volatilidad que cotiza en los mercados y suelen preferir destinar esta parte más oportunista a las inversiones de capital riesgo”. En su opinión, los activos privados “resuelven una incomodidad porque no tienes que convivir con el valor liquidativo diario, que sabemos que es algo que produce mucha ansiedad e incertidumbre. Además, hemos visto una explosión en la presencia de grandísimos fondos de private equity que antes no estaban accesibles para gran parte de los inversores españoles y que ahora sí, y también hay un cierto interés por aprovechar esto”.

Así crece el interés

  1. Inmobiliario. Según los datos extraídos del estudio Descubriendo al family office español, elaborado por OpenWealth, el multifamily office del grupo CaixaBank, y finReg360, firma especializada en regulación, consultoría y fiscalidad financiera, las inversiones de las oficinas familiares mantienen un sesgo inmobiliario, “con un 24% de sus carteras invertido en este sector, por encima del 18% de otras familias europeas”. Como tendencia a futuro, este estudio concluye que las familias prevén incrementar su exposición a renta variable, a activos inmobiliarios y a vehículos de private equity en detrimento de las posiciones de renta fija, “probablemente anticipando un escenario próximo de moderación de tipos de interés”, se indica en las conclusiones.
  2. Apreciación. El último informe anual de Barclays Private Bank sobre mercados privados revela que el 79% de los inversores de alto patrimonio tiene intención de aumentar sus carteras en activos de capital privado, deuda privada, infraestructura, bienes raíces y capital riesgo, en comparación con el 73% en 2024. Además, casi la mitad de quienes aún no han invertido afirman que tienen la intención de entrar en este mercado. De hecho, este trabajo constata que el 91% de los encuestados considera este tipo de activos como una fuente de apreciación de capital a largo plazo, y el 89% como una valiosa herramienta de diversificación.
  3. Medio ambiente. “Aunque de forma menos mediática que hace unos años, la sostenibilidad continúa integrándose de manera natural en las carteras, priorizando fondos con métricas robustas y procesos claros”, aclara Belén García-Moya, directora de asesoramiento y altos patrimonios de BBVA Banca Privada en España.

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