Polonia, un nuevo corazón industrial que empieza a latir al este de Europa
El país muestra las mejores cifras macroeconómicas del bloque, impulsadas por los servicios y la industria. Sin embargo, los enfrentamientos entre los dos principales políticos podrían complicar que mantenga los niveles de crecimiento en los próximos años


Mientras que Alemania y Francia luchan por reavivar sus economías, un nuevo corazón industrial empieza a latir al este del río Oder. Se trata de Polonia, un gigante inesperado que viene superando a casi todos los Estados comunitarios en materia de crecimiento. De hecho, los expertos pronostican que el aumento real del PIB del país se mantenga a mediano plazo, con más de un 3% anual tanto en 2025 como en 2026, lo que refleja una positiva evolución económica pese a los obstáculos fiscales y geopolíticos. No obstante, advierten de que el Gobierno de Varsovia aún tiene desafíos que superar, entre ellos, la profunda división política y la polarización.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) sitúa su previsión de crecimiento para el PIB de Polonia en torno al 3,2% para 2025 y el 3,1% para 2026, mientras que agencias como Scope Ratings calculan que esta cifra podría alcanzar el 3,5% y el 3,7%, respectivamente. Estas proyecciones son significativamente superiores a las de la mayoría de las economías europeas. En esta línea, un informe reciente de EY enfatiza que Polonia y España siguen registrando mayor crecimiento que países como Alemania e Italia, que continúan rezagados. En concreto, se espera que la eurozona en su conjunto crezca solo un 1,2% en 2025. Alemania lo hará apenas un 0,2%; Francia, un 0,7%, y España, el 2,9%.
No obstante, la exrepública soviética no es solo una de las economías que más crecerá en los próximos años, sino que también cuenta con un porcentaje de desempleo anormalmente bajo, que ronda el 3,2% (el tercero más pequeño de la región). En la UE solo le superan Malta y Eslovenia, ambas con 2,9%, mientras que España, uno de los países que le desafía en crecimiento, tuvo una tasa del 10,3% en agosto de este año.
Crecimiento
Pero ¿a qué se debe este avance de la economía polaca? En resumen, se podría atribuir al florecimiento de los servicios y al crecimiento de la industria. “Polonia está experimentando un auge en su sector de servicios empresariales, con una rápida expansión de los centros de servicios compartidos, las tecnologías de la información y la externalización profesional, lo que está impulsando un fuerte crecimiento del empleo y las exportaciones”, explica a CincoDías Jakob Suwalski, analista principal para Polonia del equipo de deuda soberana y sector público de Scope Ratings.
Entre los sectores industriales, destacan varios. La industria automotriz, incluida la electromovilidad, muestra un fuerte dinamismo. “A pesar de los problemas en la cadena de suministro global, el sector se está recuperando. Polonia se está convirtiendo en un centro europeo clave para la producción de baterías para vehículos eléctricos, con empresas como LG Energy Solution y Northvolt”, indica Paweł Majtkowski, analista de mercados de eToro, a este diario. Como dato, los principales destinos de los productos polacos son otros países comunitarios, que absorben cerca del 75% de sus envíos (siendo Alemania su principal socio con cerca del 21%).
Majtkowski subraya que el país de Chopin y Marie Curie también es uno de los principales productores europeos de electrodomésticos como refrigeradores, lavadoras y lavavajillas, un pilar fundamental de su perfil exportador. Asimismo, la industria alimentaria, orientada también a la exportación, sigue prosperando en la UE. Además, recuerda que el sector de la defensa es otro que está en auge. “El aumento del gasto militar, tanto nacional como dentro de la OTAN, está impulsando la demanda. Firmas estatales como PGZ están incrementando la producción y las exportaciones”, agrega el analista. En los últimos años, Polonia ha elevado su gasto en defensa hasta el punto de ocupar el primer lugar en la OTAN en cuanto al porcentaje del PIB que destina a este rubro, que actualmente ronda el 4,5%.
“Polonia está ganando terreno en competitividad y productividad en toda la región. Si bien aún se encuentra por detrás de la República Checa en productividad laboral, supera a sus pares en tamaño de mercado, flujos de inversión y dinamismo económico. Chequia continúa liderando en productividad gracias a su integración con la industria alemana y a la eficiencia de su producción. Sin embargo, la economía diversificada de Polonia depende menos de un solo sector, una ventaja clave sobre economías más pequeñas de la UE como Eslovaquia o Hungría”, apuntala Majtkowski.
Cabe mencionar que esta bonanza también se está viendo reflejada en el consumo. De acuerdo a un informe reciente de JP Morgan, las ventas minoristas en Polonia aumentaron un 6,6% interanual en septiembre de 2025, acelerándose con respecto al crecimiento del 3% interanual en agosto y la subida del 4,8% interanual en julio. “En términos reales, las ventas minoristas totales crecieron un 6,4% interanual, impulsadas por el sólido dinamismo del segmento minorista no alimentario, con un desempeño particularmente fuerte del sector textil, que registró un alza del 20,5% interanual”, indican desde la entidad financiera.
Fondos e inversión
Otro de los grandes factores que han catapultado a Polonia son las ayudas que llegan desde el exterior. El país es uno de los mayores beneficiarios de los Fondos de Cohesión y Recuperación de la UE, y aún le quedan por recibir alrededor de unos 18.000 millones de euros en subvenciones del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia que dinamizarán su inversión pública.
“Decenas de miles de millones de zlotys [la moneda polaca]están entrando ahora en la economía real. Estos fondos se destinan principalmente a inversiones públicas en infraestructura, energía, digitalización y transición ecológica. Además, Polonia sigue haciendo un uso eficaz de los fondos estructurales de la UE. Un resultado visible es la red de autopistas, que se ha expandido significativamente con la ayuda de los fondos de cohesión. Los pagos directos a la agricultura también desempeñan un papel importante, impulsando la competitividad y apoyando la transformación del sector”, comenta Majtkowski.
En detalle, el plan de recuperación y resiliencia de Polonia, que incluye una amplia gama de medidas de inversión y reforma, se financiará con 59.800 millones de euros, de los cuales 34.500 millones corresponden a préstamos y 25.300 millones, a subvenciones.
En el ámbito privado, en el último año varias empresas globales han anunciado grandes inversiones en Polonia, destacándose fundamentalmente el sector tecnológico y de infraestructuras. Microsoft, por ejemplo, ha comprometido alrededor de 1.000 millones de euros en proyectos de inteligencia artificial y transformación digital en el país. Intel también planea una importante inversión de 4.600 millones para construir una planta de semiconductores, posicionando a Polonia como un centro clave para la producción tecnológica en la UE.
Según las fuentes consultadas, estas apuestas buscan aprovechar la ubicación estratégica del país, su economía creciente y sus recientes esfuerzos para crecer en sectores tan relevantes actualmente como la logística, la energía verde y la tecnología avanzada. En total, el primer ministro, Donald Tusk, anunció que las inversiones en Polonia para 2025 podrían superar los 155.000 millones de euros, con el objetivo de liderar en áreas clave como inteligencia artificial y energías renovables.
Obstáculos
En esta línea, el estancamiento político constituye el principal riesgo para las perspectivas polacas de crecimiento a medio plazo. En agosto, Karol Nawrocki, el candidato ultraconservador y euroescéptico, fue elegido como presidente; algo que supone un revés para el Gobierno de Tusk, de corte más europeísta y de derecha liberal (en Polonia, el jefe de Estado es el presidente y el jefe de Gobierno es el primer ministro).
Recientemente, ambos bandos se vieron enfrentados respecto a una iniciativa que busca investigar el nombramiento de miles de jueces durante el Gobierno del partido Ley y Justicia (al que pertenece Nawrocki), un proceso que tanto los tribunales polacos como los europeos consideraron irregular y que menoscaba la independencia judicial. A pesar de esto, las fuentes consultadas opinan que el consenso político en torno a la aplicación de las reformas y las inversiones acordadas en el marco del PNRR (Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia de Polonia, por sus siglas en inglés) parece seguir intacto.
“El PNRR incluye reformas estructurales destinadas a mejorar la productividad y la sostenibilidad fiscal. Se están llevando a cabo iniciativas, como la digitalización de la administración tributaria, que probablemente mejorarán tanto el entorno empresarial como los ingresos públicos. La continuación de los esfuerzos de reforma, especialmente los destinados a la acumulación de capital humano, será crucial para mantener el crecimiento a largo plazo”, ponderan desde Scope
En cualquier caso, las fuentes consultadas están de acuerdo en que el crecimiento del país no está garantizado, y que tan rápido como llegó podría estancarse. “Polonia sigue superando a la mayoría de sus pares de la UE. Sin embargo, no debemos olvidar la tendencia general. Hace tan solo 15 años la economía polaca crecía a un ritmo del 10% anual. Después llegó al 5% y ahora ronda el 3%. Esta desaceleración refleja un desafío estructural a largo plazo. Polonia debe mantener tasas de crecimiento superiores al 3% para evitar caer en la llamada trampa de los ingresos medios”, acusa Majtkowski.
Dicho esto, el Gobierno de Varsovia también debe seguir atento a la evolución de la guerra en Ucrania, ya que se perfila como uno de los países más vulnerables de la OTAN ante una posible agresión rusa. En esta línea, los expertos concuerdan en que cualquier complicación geopolítica podría complicar las aspiraciones polacas de convertir a su país en una de las principales economías de la región.

