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Los bares, un oasis ante el apagón: “Cerramos porque se acabó hasta la cerveza caliente”

El fallo eléctrico hizo que algunos comercios en los que se vendían radios, velas o baterías, repuntaran en sus ventas. Todas las transacciones se completaron en efectivo

Unas personas toman algo en un bar a semi oscuras en Madrid, este lunes.

Andrea Dimitrov (Rumanía, 38 años), quien atiende a la clientela en la Cervecería Hevia, en inmediaciones de Ciudad Lineal, se sintió contrariada durante el apagón. “Yo estoy acostumbrada a esto [a los cortes de luz de su país]. Pero no entiendo a la gente que ha salido a beberse hasta el agua de los floreros”, comenta. En redes sociales circularon decenas de vídeos en los que se veía a los madrileños tomando cerveza en la calle durante el apagón que vivió toda España por más de 10 horas.

Dimitrov cuenta que el día de ayer fue muy bueno en comparación con otros. “Cerramos a las 22, pero no por la electricidad, sino porque se nos acabó todo, hasta la cerveza caliente”, comenta. A los clientes de este bar no les amilanó la espesa oscuridad que descendió sobre Madrid pasadas las 21. “Es curioso porque la gente tenía miedo, se sentía una tensión peor que cuando el covid. Supongo que buscaron un refugio en la compañía de los otros y en el alcohol”, concluye. Solo funcionaba el pago en metálico, pero esto no fue un obstáculo: “Parecía que todos habían sacado el efectivo que tenían en casa”, comenta el dueño de un kebab en la misma calle. “Solemos cerrar a medianoche, pero ayer la gente seguía viniendo a por un kebab. Tenían hambre. Finalmente, cerramos a las 2 de la mañana”, explica.

Las pequeñas tiendas de alimentación y bazares fueron otros de los grandes beneficiados por la falla eléctrica. A estos establecimientos llegaron personas que hacían cola para comprar velas, pilas, linternas, radios y hornillos; lo que resultó una ventaja competitiva para ellos. En los cinco locales de este tipo que hay en las cercanías del metro de Ciudad Lineal no había este martes ni pilas ni radios. Los estantes estaban medio vacíos y en las neveras solo quedaba alguna que otra botella de agua. “Ya no tengo ni siquiera velas”, se lamentaba el dependiente de una de ellas.

Junto a los bazares, las ferreterías hicieron su agosto. Emilio García, dueño de una de ellas en la Calle de Alcalá, a la altura del número 432, reconoce que cerró pasado el mediodía, pero que volvió a abrir a las 17, tras preguntar a las personas que hacían fila en los bazares qué querían comprar. “Todos respondían prácticamente lo mismo: pilas o linternas”, destaca. En solo dos horas vendió todas las linternas y las baterías de las que disponía en el local, así como las estufas a gas. “Me preguntaron hasta por transistores, pero no tengo. Ya he pedido más suministro de linternas y pilas, pero solo llegarán hasta la próxima semana”, relata.

El apagón afectó a los negocios de forma dispar. En el Centro Comercial Alcalá Norte los restaurantes fueron unos de los más perjudicados. El dueño del local La Casera, ubicado en el último piso del recinto comercial, dejó de servir los 140 almuerzos que, de media, vende un lunes cualquiera. “Hoy tuvimos que tirar alimentos que perdieron la cadena de frío”, reconoce. Otros dos establecimientos de restauración tampoco ofrecieron su servicio. “Solo facturamos lo cocinado antes de las 12, como siete platos”, comentó uno de los camareros del restaurante peruano Ají Limón. En sus cercanías, otro local seguía cerrado a mediodía de este martes, sin visos de movimiento que indicaran una próxima apertura.

En la planta del sótano del centro comercial, otros comercios se vieron afectados desde el primer minuto del apagón. En la Pollería David Escudero tuvieron que guardar las carnes en los refrigeradores que tienen detrás del mostrador. A la cadena de frío se sumó un inconveniente técnico: todas las persianas metálicas con las que aseguran las tiendas de este recinto comercial son eléctricas. Raquel Palomino Díaz, que atiende el local de aperitivos Is & Ra, cuenta que una vez la seguridad del centro comercial avisó del cierre, todos ayudaron a que unos y otros pudieran cerrar. “Tuvo que pasar un técnico a desactivar no sé qué cosa magnética para que las persianas se pudieran bajar. Yo ayudé al de los pollos y a los de la carne”, cuenta.

El día de trabajo se había terminado, pero la travesía para algunos estaba lejos de acabar. Como para Jangbu Sherpa, dueño del local de comida china ‘Ya ya’, quien tuvo que caminar 5 horas para llegar a su casa. Hoy, aunque ya prepara todo para ofrecer almuerzos, admite estar “agotado por la caminata de ayer”.

Devuelta al combustible fósil

El suministro eléctrico está restablecido casi por completo. Pero el susto ha hecho muchos que no se fíen del todo y ahora depositan su confianza en los combustibles fósiles, como el diesel o el gasoil. Varios surtidores del centro de Madrid han recibido una mayor afluencia de clientela este martes por la mañana, informan sus trabajadores. Uno de ellos, detrás de la caja registradora, asegura que “este día ha sido de mucho jaleo”. “Desde las ocho de la mañana ha estado todo lleno”, explica. Fuera, un hombre ataja la puerta de la maletera con una mano y con la otra sostiene la manguera y llena tres bidones con gasolina.

En las filas de los surtidores se cruzan tanto quiénes quieren prevenir una nueva falla eléctrica, como a los que simplemente les toca llenar el tanque. Mientras espera, Sara López asegura que es un gran alivio que su coche sea híbrido. “Vivo fuera de Madrid y hoy quiero llegar a casa sin problemas; ayer no lo pude cargar, no me quiero imaginar como sería tenerlo solo eléctrico”, afirma. Otro cliente a la cola, que prefiere no compartir su nombre, explica que decidió llenar el tanque unos días antes del puente “por si las moscas”. Por su lado, el empleado de otra estación de servicio dice que “algunas personas están como locas, cargan diesel para prevenir, porque tienen miedo a quedarse varados. Mucha gente me ha dicho ´yo no lo saco nunca, pero ahora vengo por si acaso´”, añade.

Las estaciones de combustible, así como el resto de los servicios, han regresado a la normalidad este martes. Pero, algunas “sufren secuelas”, asegura Fran, que atiende una estación de Repsol. Pasado el mediodía, este martes, les avisa a todos los que se aproximan a pagar por combustible que el sistema se está reiniciando, por lo que no pueden recibir cobros hasta dentro de un par de horas. “Es un respiro, mi compañera lleva sin parar desde que ha abierto a las seis de la mañana”, asegura.

Moeve, antigua Cepsa, anunció en un comunicado por X este martes por la mañana que la actividad en la mayor parte de sus estaciones de servicio ya había regresado a la normalidad. La misma compañía, que cuenta con una red de unas 1.700 estaciones de servicio entre España y Portugal, anunciaba tres horas después del apagón este lunes que cerraba las puertas de todos sus establecimientos sin generador propio. Muchas otras firmas del sector hicieron lo mismo debido a que los surtidores se encontraban inoperativos y sin sistemas de cobro electrónico.

La falta de alternativas para quiénes buscaban reponer el tanque durante las horas sin suministro eléctrico, causó caos en las pocas gasolineras con grupo electrógeno autónomo. Tal fue el caso del único establecimiento operativo en Sevilla, ubicado en una de las calles más céntricas de la capital andaluza, según informó Eva Saiz. En las primeras horas de la tarde de este lunes la estación sufrió cierto colapso al impedir el acceso a los vehículos particulares por estar repleta de coches de policía, ambulancias y camiones de bomberos.

El combustible, además de alimentar los motores de los vehículos particulares de una gran parte de la población, ha permitido que los servicios básicos, como los hospitales, se mantengan durante el apagón gracias al uso de generadores. Por este motivo, la búsqueda de carburante después de la falla eléctrica no se ha limitado únicamente a la ciudadanía. El Ejecutivo Vasco ha decidido adquirir gasoil para reponer lo consumido en las pasadas horas, según ha anunciado el Gobierno de Pradales este martes. Sostiene que ha decidido hacer un acopio adicional de combustible, para hacer frente a situaciones extraordinarias como las que se vivieron este lunes en todo el país.

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