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La dependencia europea crece en las importaciones relacionadas con la energía verde

Los analistas advierten de que la UE estaría generando otra vulnerabilidad a su modelo energético por la gran dependencia que tiene de los productos chinos, que son necesarios para consolidar los planes de desarrollo tanto en la energía solar como en la eólica

Luis Alberto Peralta
Un empleado en el Parque Industrial Fotovoltaico de Dunhuang, en la provincia de Gansu, China
Un empleado en el Parque Industrial Fotovoltaico de Dunhuang, en la provincia de Gansu, ChinaTingshu Wang (REUTERS)

Otra vulnerabilidad crece en el sector energético Europeo, pero esta vez viene de las renovables. Los expertos advierten de que la autonomía estratégica de la región está en riesgo por la profunda dependencia que se ha generado de los proveedores chinos en el campo de la energía solar (actualmente el 97% de los paneles solares en la región provienen de allí). Este avance también se ve reflejado en la balanza comercial: en 2023, la UE importó paneles solares por valor de 19.700 millones de euros y China fue, con diferencia, el mayor proveedor con un 98% del total, según las cifras más recientes de Eurostat.

“Prácticamente, todos los paneles que se colocan en Europa provienen de China. El problema es que estos son bienes que tienen vida larga y Europa perdió la ventaja que tenía. A pesar de que hay planes, esta cuota es prácticamente imposible de recuperar, y tal vez habría que concentrarse en otros sectores”, apunta Diego Rodríguez, catedrático de Economía de la Universidad Complutense e investigador asociado de Fedea, preguntado por CincoDías.

La Comisión Europea informa de que la capacidad de generación solar de energía en la UE alcanzó los 260 GW en 2023, y se espera que esta cifra alcance el objetivo de 600 GW para 2030, (es decir, se va a más que duplicar). En este contexto, el dominio de Pekín sobre este sector puede suponer un revés para la búsqueda de la independencia energética en la región.

“La rápida pérdida del mercado de energía solar fotovoltaica de la UE a manos de China a principios de la década de 2010 hizo que las empresas de la UE perdieran un mercado estratégico. Este hecho es un duro recordatorio de la necesidad de que la Unión formule una estrategia sólida que proteja sus intereses en el sector de la energía eólica y evite un declive similar de su posición competitiva”, expresa un informe publicado recientemente por el Consejo de la Unión Europea. En 2013, Bruselas intentó imponer gravámenes adicionales contra los paneles solares chinos, pero la medida no perduró.

El último informe anual de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), confirma que el dominio global de Pekín en este sector se mantendrá: “Para 2030, se espera que China mantenga más del 80% de la capacidad de fabricación mundial para todos los segmentos de fabricación de energía fotovoltaica”, indican. La entidad también detalla que otro factor relevante es el coste, ya que la fabricación de módulos fotovoltaicos en Estados Unidos o la India cuesta actualmente dos o tres veces más que en China.

“Los chinos tienen algo bueno que es la planificación. En términos de cartas, apostaron por cambiar un trío de bastos por un trío de ases. Han pasado de la vestimenta, los electrodomésticos y el mobiliario a las placas solares, las baterías y los coches eléctricos, con el objetivo de formar parte del sueño de la transición verde que es atractivo para todo el mundo”, comenta a este periódico Félix Valdivieso, director del IE China Center de IE University a CincoDías.

En este contexto, Valdivieso agrega que parte del éxito chino tiene que ver con el hecho de que el Gobierno de Xi Jinping se centró en desarrollar su industria verde antes de desescalar la producción con energías contaminantes; algo que les dio la posibilidad de perfeccionar esta industria y ejecutar sus planes sin comprometer su suministro energético. Un análisis de Rystad Energy también sugiere que, hasta la fecha, el gasto total de China en energía solar y eólica ha superado al del resto del mundo, pasando de 150.000 millones de dólares en 2020 a casi 400.000 millones de dólares en 2023.

De hecho, los expertos consultados coinciden en que el papel del Estado para ganar cuota de mercado está siendo clave en este campo como ya lo fue para lograr liderar a nivel global en la movilidad verde. “La dominación de China en determinados componentes como las placas y baterías tiene que ver con sus potentes políticas gubernamentales. Esto también se ha visto recientemente en los automóviles eléctricos. Su ventaja competitiva consiste en la producción mucho más barata mediante un sistema amplio de subvenciones y ayudas de diverso tipo”, explica Rodríguez.

En abril, la Comisión Europea anunció una investigación sobre estos subsidios a los paneles fotovoltaicos chinos. La empresa china Shangai Electric habría sido beneficiada con, como mínimo, cuatro millones de euros en ayudas estatales para participar de un proyecto en Rumanía.

¿También la eólica?

La preocupación por el avance de China se está extendiendo al sector de las turbinas eólicas. Por el momento, solo el 1% de las turbinas en Europa provienen de este país, y están concentradas en los parques eólicos marinos. No obstante, empresas como Goldwind, Ming Yang o Shangai Electric están penetrando en países como Francia, Grecia, Rumanía y Bulgaria. Asimismo, estas empresas van ganando cuota a nivel global a firmas como Siemens, complicando el desarrollo del sector en la región.

De hecho, un informe reciente de la IEA señala que la disminución de la cuota de mercado global de las empresas de la UE puede atribuirse a la competencia de China, que es el productor con los costes más bajos en todas las tecnologías limpias. En esta línea, desde la entidad recuerdan que los costes de fabricación de turbinas en las instalaciones de Estados Unidos y la UE son entre un 70% y un 130% más altos por unidad de producción en comparación con los de China.

Asimismo, desde la IEA destacan que los costes de producción europeos son elevados debido a la naturaleza intensiva en materiales de fabricación (entre ellos, las materias primas estratégicas), que representan alrededor del 60% de los costes totales. “China se beneficia de un amplio suministro de materias primas y de unos costes laborales más baratos que los fabricantes de la UE”, revela el informe de la IEA.

“Se espera que la energía eólica alcance el 50% de la matriz eléctrica de la UE en 2050, por lo que este sector se convertirá en una de las principales fuentes de energía de la UE, desempeñando un papel central en la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles y la mejora de la seguridad energética. Sin embargo, el sector eólico de la UE encara importantes desafíos, incluida la fuerte dependencia de China para las materias primas críticas y los imanes permanentes, que son componentes clave. Estos insumos son vitales para la fabricación de turbinas eólicas y han reducido drásticamente los costos de la energía eólica”, indica un informe actual del Consejo de la Unión Europea.

El documento también advierte de que la dependencia de la UE de los materiales chinos ahora supera su dependencia anterior del gas ruso, y actualmente la Unión importa el 100% de sus elementos de tierras raras de China, en comparación con el 45% de su gas de Rusia antes de la invasión de Ucrania.

“China es actualmente el mayor fabricante de turbinas eólicas del mundo, con un 60% de la capacidad de producción global. Europa y Estados Unidos, que durante mucho tiempo dominaron el mercado eólico, representan el 19% y el 9%, respectivamente. China domina la cadena de suministro de energía eólica, ya que proporciona entre el 70 y el 80% de los componentes básicos y refina casi el 100% de los minerales críticos necesarios para construir turbinas”, advierte un informe reciente del think tank estadounidense CEPA.

Materias primas

Así, cabe mencionar que el gigante también se ha posicionado como líder indiscutible en la producción y sobre todo en el tratamiento de minerales estratégicos, que son fundamentales para la fabricación de productos generadores de energía renovable. De hecho, el país actualmente refina alrededor del 76% del cobalto global y el 64% del litio. De manera aún más impresionante, el gigante asiático procesa alrededor del 91% del grafito y el 92% de las tierras raras a nivel mundial, según la IEA.

“No creo que se pueda hacer mucho respecto a las materias primas, salvo desarrollar nuestros productos de alta gama. Es como en el chocolate. El cacao se produce en América Latina, pero son los belgas y suizos los que lo transforman. No habría que centrarse en estos productos, sino en su transformación”, asegura Valdivieso

En esta línea, la UE también iniciado negociaciones con los EE UU para posibles cooperar en el suministro de estas materias primas, con el objetivo de promover las cadenas de suministro occidentales para los elementos utilizados en los distintos productos asociados a la transición energética. “La celebración de un acuerdo entre la UE y los Estados Unidos sobre minerales críticos otorgaría a la UE el mismo estatus que los socios del acuerdo de libre comercio de los Estados Unidos en virtud de la Ley de Reducción de la Inflación de los Estados Unidos, lo que permitiría a las empresas de la UE competir en igualdad de condiciones con los competidores estadounidenses y mundiales en el mercado estadounidense”, expresa un análisis reciente de Szymon Kardaś, investigador del think tank alemán ECFR.

Kardaś también resalta que Francia, Alemania y Suecia también se han unido a la Sustainable Critical Materials Alliance, una asociación fundada por Canadá para enfocada en el procesamiento sostenible de estos elementos y el reciclaje, así como en las cadenas de suministro de minerales críticos. Asimismo, recuerda que en 2020, se creó la European Raw Material Alliance dentro de la propia UE, orientada a garantizar un “acceso confiable a materias primas sostenibles, materiales avanzados y experiencia en procesamiento industrial”.

Respuesta

En el marco de su campaña por ganar mayor resiliencia energética, la Comisión Europea está implementando políticas para intentar potenciar estos sectores. En febrero de 2023, la Comisión adoptó el Plan Industrial del Pacto Verde para mejorar la competitividad de la industria de cero emisiones netas de Europa y acelerar la transición a la neutralidad climática. Como parte de este Plan, la Comisión anunció tres medidas legislativas clave para crear un entorno regulador propicio para las industrias de cero emisiones netas: la Ley de la Industria de Cero Emisiones Netas, la Ley de Materias Primas Críticas y una reforma del diseño del mercado de la electricidad. “Todas estas medidas están en marcha en la UE. En particular, la UE tiene ahora en vigor un nuevo reglamento, la Net-Zero Industry Act, que tiene por objeto fortalecer las capacidades nacionales de fabricación de tecnologías limpias clave, incluso mediante procedimientos acelerados de concesión de permisos para proyectos y nuevos criterios de sostenibilidad, resiliencia, ciberseguridad y otros criterios cualitativos en los procedimientos de contratación de tecnologías limpias y subastas para el despliegue de energía renovable”, indica una portavoz de la Comisión Europea.

No obstante, los analistas no están convencidos de que este trabajo sea sencillo. “Europa tiene que reaccionar porque se está quedando atrás. Esta es una llamada de atención que se ha producido hace mucho tiempo, pero ahora la tenemos delante y es una situación inmanejable”, indica Félix Valdivieso. “Mario ­Draghi y Enrico Letta han dado una serie de recomendaciones en dos informes y ahora hay que ejecutarlas. Habrá que ver si la Unión Europea es capaz”, añade el experto.

En el caso particular de los paneles solares, una portavoz de la CE ha destacado que el Ejecutivo comunitario creó la Alianza Solar en 2022 para acelerar las inversiones y ampliar rápidamente la fabricación de productos y componentes solares fotovoltaicos innovadores en Europa. “La Alianza respaldó el objetivo de alcanzar 30 GW de capacidad de fabricación europea comprometida para 2025, en toda la cadena de valor”, detalla la portavoz.

Recientemente, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también anunció la adopción de un nuevo Pacto Industrial Limpio. “El enfoque estará en apoyar y crear las condiciones adecuadas para que las empresas alcancen nuestros objetivos comunes. Esto significa simplificar, invertir y garantizar el acceso a suministros de energía y materias primas baratos, sostenibles y seguros”, ha indicado la portavoz del ejecutivo comunitario a CincoDías.

Asimismo, Von der Leyen también ha prometido impulsar una ley de aceleración de la descarbonización industrial. “Esto canalizará la inversión en infraestructura e industria, en particular para los sectores de uso intensivo de energía. Apoyará a los principales mercados europeos para el desarrollo, la producción y la difusión en la industria de tecnología limpia. También ayudará a acelerar los procesos de planificación, licitación y permisos relacionados”, afirman desde Bruselas.


Triplicar la capacidad renovable mundial está al alcance, pero se necesitan mejoras políticas

Se prevé que la capacidad renovable mundial alcance casi 11.000 gigavatios en 2030, lo que marca el camino para alcanzar el objetivo de triplicarla. China, Europa, India y Estados Unidos proporcionan colectivamente el 80% de la capacidad instalada total en todo el mundo.

En el caso de China, aborda los desafíos de integración de la red y las empresas instalan sistemas solares fotovoltaicos distribuidos a un ritmo más rápido, mientras que en Europa y Estados Unidos los Gobiernos reducen los largos plazos de obtención de permisos y estimulan la inversión en nueva capacidad de red y activos flexibles para desbloquear un mayor despliegue. En India, las políticas que encaran desafíos como la adquisición de terrenos, los tiempos de espera para la conexión a la red y la débil salud financiera de las empresas de distribución de energía generan un crecimiento adicional.

El gran potencial de energías renovables que aún no se ha explotado en las economías emergentes y en desarrollo se puede materializar si se mejoran las políticas. Los elevados costes de financiación reducen el atractivo económico de las energías renovables en la mayoría de estos mercados.

Otros retos importantes son la deficiente infraestructura de la red y la falta de visibilidad sobre los volúmenes de las subastas. Las medidas para reducir los riesgos, como la creación de entornos normativos estables con objetivos claros a largo plazo, pueden ayudar a liberar capacidad adicional. En los países con exceso de capacidad de combustibles fósiles y contratos a largo plazo, los responsables de las políticas podrían considerar la posibilidad de renegociar los contratos de energía y combustibles inflexibles y acelerar la eliminación gradual de las plantas de combustibles fósiles.


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