La patronal pide “moderación” al futuro Gobierno y exige que cesen los ataques a las empresas

La CEOE y Cepyme hacen un llamamiento a la paz social ante la posibilidad de que Sánchez vuelva a ser presidente

.Pablo Monge

La resistencia de la izquierda en las elecciones de este 23J ha dejado abierta la posibilidad de que Pedro Sánchez vuelva a formar Gobierno, si bien corre el riesgo de depender del apoyo de los partidos nacionalistas e independentistas. Del lado de la derecha, la victoria del candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha sido tan corta que ni siquiera con los diputados de Vox, UPN y Coalición Canaria alcanza la mayoría necesaria para gobernar. Ante este escenario, la patronal ya ha movido ficha y ha exigido al futuro Gobierno que “cesen definitivamente los ataques que han venido sufriendo las empresas desde el ámbito institucional”. Así se lee en el comunicado publicado este lunes, en el que la CEOE y Cepyme reclaman moderación y también piden que se ponga en valor a las empresas españolas, pues son las “generadoras del progreso social y económico” del país.

Se trata de una petición que el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, ha repetido en distintas ocasiones a lo largo de estos casi cuatro años de legislatura; la última vez una semana antes de las elecciones, cuando aseguró que “últimamente, los empresarios estaban sufriendo una campaña de acoso”. “A veces nos recuerdan a países de algún otro continente o a gobiernos realmente no democráticos”, lamentó en alusión a las críticas recibidas en el último año por parte de la ministra de trabajo, Yolanda Díaz, y otros miembros del Gobierno.

Pocas veces la temperatura de las conversaciones entre los empresarios y la Moncloa ha sido tan alta. Por lo general, el máximo representante de la CEOE ha evitado el choque directo con los gobiernos pese a las evidentes diferencias ideológicas. Sin embargo, el perfil de Garamendi lo ha llevado a la confrontación incluso con el PP -como demostró su choque con el entonces presidente de la formación, Pablo Casado-. Por eso no es de extrañar que con este Gobierno de coalición, en el que Unidas Podemos y otros partidos de izquierda participaron activamente en la gestión, hubiera más de un conflicto.

Ahora todo apunta a que este equilibrio de fuerzas se repetirá, con el añadido de que en esta ocasión Sánchez requerirá de todo el arco parlamentario -excluyendo a PP y Vox- para legislar. Esto implica unir fuerzas tanto con PNV y Junts, de tendencia más conservadora, como con Bildu y Esquerra, partidos de izquierda e independentistas. Conscientes de esto, la CEOE y Cepyme han vuelto a pedir “responsabilidad” a los partidos políticos para que se “puedan alcanzar aquellos acuerdos que garanticen el mayor nivel de estabilidad posible y también la moderación necesaria para garantizar la buena marcha de la economía y la paz social”.

En estos comicios el PSOE ha quedado como segunda fuerza política, con 122 diputados. Junto a Sumar obtendría 153 diputados, que si se suman a ERC, Bildu, PNV y BNG se quedan en los 172. En cualquier caso, siguen necesitando la abstención de los siete diputados de Junts, formación que avanzó al poco de conocerse los resultados definitivos que no hará presidente a Sánchez “a cambio de nada”. Este, sin embargo, ha asegurado este lunes que no prevé una repetición electoral pues está seguro de que se “encontrará la fórmula de la gobernabilidad”.

Las disputas

Hay una larga lista de diferencias entre la patronal y el Gobierno. La última de ellas fue en este mes, cuando Garamendi cargó contra el observatorio de márgenes empresariales creado por el Ejecutivo con el objetivo de “mantener la competencia efectiva en los mercados y una distribución justa de las rentas”. “La clase política debería preocuparse por las cuentas del Estado y dejar a las empresas trabajar”, dijo el presidente de la patronal.

Antes de este encontronazo, la CEOE abandonó la negociación para la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), lo que ocasionó el descontento del Ministerio de Trabajo. En esa ocasión, Díaz le pidió a las empresas “estar a la altura del país” y aseguró que no era comprensible que “las grandes corporaciones, con beneficios históricos, no revaloricen con igualdad de criterios los salarios a los trabajadores de estas empresas”. La noticia de que Garamendi había obtenido un incremento salarial del 3% este año, hasta los 380.000 euros, solo tensó más la relación entre ambas instituciones.

Yendo más atrás, se observa que la reforma laboral ha sido, en realidad, el único momento en el que la patronal y el Gobierno consiguieron lograr un acuerdo, pues los empresarios también rechazaron la segunda fase de la reforma de las pensiones. “Cuando se trae una propuesta que crees que no es buena para tu país, nuestra obligación es decir que no”, afirmó Garamendi en en esa ocasión en referencia a la propuesta presentada por el ministro de Inclusión, José Luis Escrivá.

A estos desencuentros también se ha sumado la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), que en la misma línea que la CEOE, ha emitido un comunicado recordando que el tejido empresarial necesita una “estabilidad jurídica, económica y social”, por lo que pide “la responsabilidad de todas las fuerzas parlamentarias para que se puedan llegar a acuerdos que garanticen” estas condiciones. La organización ha admitido que, aunque el bipartidismo “vuelve a cobrar fuerza”, son los partidos minoritarios los que tienen la llave para conformar un nuevo gobierno, lo que deja un panorama incierto a la hora de poner en marcha una nueva legislatura.

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