La Airef enmienda la reforma de pensiones por disparar el déficit y no asegurar la sostenibilidad
Los cambios elevarán el déficit público en 1,1 puntos del PIB en 2050 y en otro punto en 2070 y harán crecer la deuda hasta el 186%
La reforma de las pensiones que acaba de culminar el Gobierno de España, con el ministro José Luis Escrivá a la cabeza, es insuficiente para asegurar la sostenibilidad del sistema y amenaza con disparar el gasto público. Quien lo dice es la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), el organismo que monitoriza las políticas del Ejecutivo y que presidió en su fundación el actual titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. La Airef, en esencia, asegura que los gastos adicionales en los que incurrirá el sistema prácticamente duplicarán el incremento de ingresos previsto. Por ello, los cambios impulsados por el Ejecutivo en 2021 y 2023, cuando se aprobaron la primera y la segunda parte de la reforma, elevarán el déficit público en 1,1 puntos del PIB en 2050 y en otro punto allá por 2070, disparando la deuda hasta el 186% del PIB.
Los datos se recogen en el último informe del auditor público, presentado este viernes. La reforma de las pensiones, de un lado, permitirá elevar los ingresos públicos en 1,3 puntos de PIB gracias a medidas como el incremento de las cotizaciones sociales adicionales de los tramos máximos. Sin embargo, el aumento no será suficiente para cubrir un gasto que se elevará en 2,4 puntos debido a medidas como la revalorización automática con el IPC.
En el escenario base que plantea el organismo presidido por Cristina Herrero, la población en España alcanzará 50,3 millones de habitantes en 2050 y 52,1 millones en 2070, un aumento demográfico que se debe principalmente al dinamismo de la migración. Pese a ello, en paralelo se producirá una transformación profunda de la estructura por edades debido al envejecimiento poblacional y a la caída de la natalidad, algo que llevaría la tasa de dependencia al 51,4% y el 45,9% en 2050 y 2070, respectivamente, frente al 26,6% actual. En el mismo escenario, los ingresos aumentarían su peso sobre el PIB en ausencia de ciclos económicos en la proyección hasta alcanzar el 44,7% en 2050 y el 45,6% en 2070, desde el 43,5% en 2021. Pero los gastos también crecerían hasta alcanzar un máximo del 53% del PIB en 2058 para estabilizarse posteriormente hasta el 52,6% en 2070.
En este contexto, y sin medidas de política económica ni reglas fiscales, el envejecimiento podría llevar la deuda pública al 186% del PIB en 2070 y el déficit al 7% del PIB ese mismo año. El gasto en pensiones empezaría a acelerarse especialmente a partir de 2035, alcanzando un máximo en 2049 del 14,8% del PIB para las pensiones del sistema de Seguridad Social y del 16,3% incluyendo pensiones no contributivas y de clases pasivas. Posteriormente, una vez se atenúen las presiones del envejecimiento, el gasto descendería hasta situarse en 2070 en el 13,4% y el 13,9% respectivamente.
Por ello, la autoridad fiscal considera necesario “abrir un proceso de reflexión, tanto en el conjunto de la sociedad como a nivel interno en cada administración”, sobre cómo afrontar los retos de la sostenibilidad de las administraciones públicas. La celebración a lo largo de este año de diferentes procesos electorales “no debe ser un obstáculo en este proceso, sino todo lo contrario”, afirma el organismo, que propone articular una estrategia fiscal nacional a medio y largo plazo con la participación de todos los niveles de la administración y que contemple una reforma integral del marco fiscal nacional para garantizar la sostenibilidad del sistema.
La Airef considera que la presión que ejercerá el envejecimiento sobre las cuentas públicas y, en particular, sobre el gasto en pensiones y el gasto sanitario debe llevar a profundizar en el análisis y evaluación, así como del efecto de las reformas que se implementen. En el caso de las pensiones, se deben estudiar las reformas y la evolución del sistema tanto desde la perspectiva de su incidencia en el gasto futuro y la sostenibilidad, como desde la suficiencia, contributividad y equidad intergeneracional.
Cabe recordar que la reforma de las pensiones, pactada entre el Gobierno y los sindicatos y rechazada por la patronal, es uno de los hitos cruciales que permitirán el próximo tramo de ayudas de los fondos europeos para la recuperación. El desembolso previsto, el cuarto que llegará desde Bruselas, ronda los 10.000 millones de euros y está sujeto al cumplimiento de 58 hitos, entre ellos cuatro directamente ligados a la reforma de las pensiones.
Tras conocerse el informe del auditor público, el ministro Escrivá ha explicado que “lo importante” son las recomendaciones que la Airef hace el Gobierno, unas sugerencias que el titular de Seguridad Social ha calificado de “absolutamente razonables y sensatas”. El ministro, de hecho, no ha interpretado el documento como una crítica, sino como algo “positivo”, ha explicado en declaraciones recogidas por Europa Press.
También ha destacado que algunos de los escenarios que recoge la Airef en su análisis, y que permiten proyectar los niveles de riqueza nacional y de empleo en el futuro, van a quedarse “desfasados” por los efectos de la reforma laboral y del aumento de la productividad. Otros de los estados que contempla la autoridad fiscal, ha defendido el ministro, sí coinciden con los previstos por el Gobierno.
Tres escenarios
En efecto, explica la Airef en su informe, este escenario hipotético no tiene en cuenta otros fenómenos más allá del demográfico, como el cambio climático, los avances tecnológicos o la aplicación de las reglas fiscales. Son factores, añade, que “con certeza incidirán sobre el crecimiento y las cuentas en ese horizonte temporal”. Por ello, el organismo que dirige Cristina Herrero también plantea otros tres estados alternativos.
En el primero, se plantea un crecimiento económico medio anual de tres décimas superior al escenario base. En este caso, el gasto en pensiones se reduciría hasta el 13,5% del PIB en 2050, 1,3 puntos inferior al escenario base. De manera más general, el déficit público se moderaría alcanzando un máximo del 5,4% en 2053. En el segundo planteamiento se pone sobre la mesa un marco de reglas fiscales que obliga a los países de la UE a asumir compromisos de gasto, teniendo que destinar un ajuste de entre 0,32 y 0,43 puntos de PIB al año para ello.
En el tercer escenario se plantean cambios en la evolución de los ingresos y gastos. De manera ilustrativa, una reducción estructural del déficit, vía ingresos o gastos, de un punto adicional desde 2027 supondría una reducción de 25 puntos de PIB de deuda en 2050 y 47 en 2070. En el sentido opuesto, un incremento estructural del déficit, vía ingresos o gastos, de un punto adicional desde 2027 supondría un incremento de 25 puntos de PIB de deuda en 2050 y 47 en 2070.
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