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Las claves del boom de la industria de defensa en Europa para 2023

Los fabricantes de equipos y vehículos militares de la región han constatado el despegue del precio de sus acciones en Bolsa, pero no todas las empresas del sector se han visto beneficiadas de la misma manera

Militares ucranianos de la 1.ª Brigada Independiente de Tanques cerca de la ciudad de Vuhledar en primera línea
Militares ucranianos de la 1.ª Brigada Independiente de Tanques cerca de la ciudad de Vuhledar en primera líneaLISI NIESNER (REUTERS)
Luis Alberto Peralta

El sector de la defensa europeo se encuentra en el centro de la atención de los inversores tras un año de conflicto en Ucrania. Los precios de los títulos de empresas que producen ve­hícu­los y equipamiento para el campo de batalla han despegado en el último año. Por ejemplo, el gigante de la aeronáutica Airbus acumula una subida en Bolsa del 10,4% desde la invasión de Ucrania, mientras que las acciones de otras compañías del sector como Thales, Leonardo y Rheinmetall se han revalorizado un 10,6%, un 35,6% y un 35,2%, respectivamente, en el mismo periodo.

En enero, Francia informó de que planea asignar 400.000 millones de euros a gastos de defensa entre 2024 y 2030, frente a los 295.000 millones del periodo 2019-2025. El canciller alemán, Olaf Scholz, poco después de la invasión rusa a Ucrania hace un año, anunció un fondo especial por valor de 100.000 millones de euros para financiar la reconstrucción del ejército del país en los próximos años. Incluso si Rusia no hubiera aumentado las preocupaciones de seguridad de Europa al invadir Ucrania, la consultora McKinsey proyecta que el gasto europeo en defensa se habría incrementado en un 14%. Ahora, sus analistas anticipan que el gasto puede llegar a elevarse hasta en un 65% entre 2021 y 2026, ascendiendo a los 488.000 millones de euros.

No obstante, los especialistas consultados para este reportaje aclaran que, a pesar del incremento de la inversión programada por Bruselas para el sector, la industria no necesariamente cambiará en el corto plazo. Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano, explica a CincoDías que, desde la crisis de 2008, Bruselas está buscando apoyar con inversión en innovación e investigación para el sector privado. “Este año hay un acuerdo de que en 2023 se dedicarán unos 200.000 millones de euros entre todos los países socios. Esto se corresponde con el compromiso de los miembros de la OTAN que algunos países ya superaron”, afirma.

Bruselas busca también impulsar las compras conjuntas. El 19 de julio de 2022, la Comisión Europea presentó una propuesta de reglamento por la que se establece el refuerzo de la industria europea de defensa a través de una ley común de contratación pública (Edirpa). No obstante, Sofía Besch, investigadora de Carnegie Endowment for International Peace, opina que estas iniciativas no necesariamente tendrán un gran impacto, debido a las barreras burocráticas y el tiempo limitado de acción.

Por ejemplo, si bien Edirpa tiene acceso a un presupuesto total de 500 millones de euros desde finales de 2022 hasta 2024, las compras tienen que ser realizadas por un consorcio de al menos tres Estados miembros de la Unión Europea, lo cual puede limitar su efectividad. En esta línea, Arteaga aclara que el incremento de fondos no necesariamente implica compras o de producción en el sector a largo plazo.

Municiones

La contienda no ha impactado por igual en todo el sector. Diversas fuentes del sector coinciden en que ha sido el segmento de las municiones el único en el que se ha creado mayor demanda de manera efectiva. Esto se debe principalmente al agotamiento de los inventarios por los envíos al ejército ucraniano.

“Lo que ha ocurrido es que, como hay una guerra, hay más dinero, pero la mayoría se va a investigación y desarrollo de nuevas tecnologías. La economía de defensa se ha ido adaptando muy a la baja en las últimas décadas, porque Europa estaba en paz. Ahora se puede ampliar la capacidad de producción, pero Europa tiene que decidir cómo actuará para garantizar la autonomía estratégica y decidir si a los fabricantes les conviene a largo plazo”, comenta Arteaga.

Así, la agencia Bloomberg adelantó recientemente que Unión Europea propondrá un plan de tres vías para proporcionar municiones a Kiev. La propuesta exige transferencias inmediatas de municiones, en particular, rondas de artillería de 155 milímetros desde los inventarios regionales. Así, se destinarán 1.000 millones de euros para reembolsar a los Estados miembros que envíen munición de sus propias existencias con una tasa favorable de hasta en 90%.

En este contexto, el fabricante alemán Rheinmetall ha vuelto a ser el centro de atención, tras ganar la licitación alemana para el envío de munición de 35 milímetros a Ucrania. La empresa se está consolidando como uno de los grandes ganadores del último año, ya que al acuerdo mencionado se suman la expectativa por el posible envío de tanques Leopard al frente (otro de sus productos estrella que produce junto a Krauss-Maffei Wegmann). Además, el 28 de febrero anunciaron que suministrarán sistemas de reconocimiento automatizado a Kiev por encargo del Gobierno alemán. Según la empresa, recibirán una cantidad de “dos cifras” de millones de euros.

Aeronáutica

Arteaga dice que hay una diferencia entre las empresas que fabrican municiones y las que fabrican vehícu­los como Airbus. Según el experto, para que la demanda de la guerra se traslade de manera efectiva a estas firmas, tendría que pasar más tiempo. Los países europeos tendrían que renovar flotas y no hay certeza de que la guerra se vaya a prolongar tanto como para afectar al sector en el largo plazo o acarrear un alza de la capacidad de producción.

En contraste, desde PwC aseveran que probablemente el sector crezca de manera “implacable” durante la próxima década, alineado con el alza del gasto de defensa a nivel mundial, que por primera vez ha alcanzado los 2.113 billones de dólares (unos 1.980 billones de euros). “Es casi seguro que se avecina una era de demanda elevada y sostenida en la industria aeroespacial militar. Si bien aún no se pueden mapear los contornos precisos del aumento, la industria recordará la invasión rusa de Ucrania como un momento en la historia de la aviación militar tan decisivo como cualquiera de las guerras mundiales del siglo XX”.

En 2022, los pedidos de Airbus Defence and Space alcanzaron los 13.700 millones de euros y los ingresos en esta división subieron un 11%. No obstante, los principales productos que la empresa entregó a países de la OTAN fueron aviones de transporte de cargas pesadas y de reabastecimiento aéreo, que si bien pueden ser utilizados para operaciones tácticas, no están fabricados específicamente para el combate.

Airbus, también anunció en enero que ha firmado un contrato con el Ministerio de Defensa belga para proporcionar servicios de comunicaciones tácticas por satélite durante un periodo de 15 años. Los belgas emplearán la tecnología de la empresa a bordo de un satélite comercial de telecomunicaciones fabricado también por la compañía. Así, según Eric Even, director de marketing y ventas de connected intelligence en Airbus Defence and Space, se proyecta poder ofrecer un nuevo servicio de comunicaciones desde 2024 a los países europeos y aliados de la OTAN como posible ramificación de este acuerdo.

La gran apuesta por el Eurodrone


El Eurodrone es un programa de defensa europeo impulsado por cuatro naciones clientes (Alemania, Francia, Italia y España). Consiste en un sistema no tripulado diseñado para volar en espacio aéreo no segregado. Tras la firma de un contrato en febrero de 2022, Airbus suministrará a estos Gobiernos con 20 sistemas en total, aunque repartidos de forma diferente entre los clientes. Cada sistema se compone de tres aviones (drones) y dos estaciones de control en tierra.
Se calcula que el proyecto ha costado a las naciones unos 7.100 millones de euros. Bruselas también ha contribuido, puesto que en 2019 anunció financiamiento específico para su desarrollo por 100 millones de euros.
Airbus cuenta a su vez con tres subcontratistas principales europeos: Dassault Aviation en Francia, Leonardo en Italia y Airbus Defence and Space SAU en España. En esta línea, se proyecta que pueda generar hasta 7.000 trabajos vinculados a la tecnología en su sector. 

Cabe destacar que en 2023 los Estados europeos sí han anunciado compras de nuevos aviones de combate. De hecho, países como España e Italia han expresado su interés por adquirir los aviones de combate Eurofighter Typhoon, producidos por Airbus. Por su parte, el gigante de la defensa italiana, Leonardo, comunicó en enero que suministrará de 18 helicópteros adicionales al Ministerio de Defensa de Austria por valor de 304 millones. Esta adquisición se suma a otra realizada en 2022, para llegar a un total de 36 helicópteros militares suministrados por la firma a los austriacos. Leonardo también llegó a un acuerdo similar con Polonia en julio de 2022 por 32 helicópteros y una inversión de unos 1.720 millones por parte de los polacos

Alemania, por su parte, ha preferido mirar afuera y aprobó en diciembre destinar 10.000 millones de euros para comprar 35 aviones de combate F-35A Lightning II de la empresa estadounidense Lockheed Martin. Curiosamente, Rheinmetall anunció en febrero que ha firmado un acuerdo con Lockheed Martin y Northrop Grumman para fabricar y suministrar fuselaje central del F-35 desde el país germano.

Innovación

Las empresas tecnológicas europeas que trabajan con la industria de defensa están obteniendo cantidades récord de financiación tras la embestida rusa. De hecho, el Fondo de Defensa de la Unión Europea otorgó 1.200 millones a 61 proyectos de investigación y desarrollo de defensa el año pasado. Asimismo, la OTAN lanzó su Acelerador de Innovación en Defensa, que invertirá 1.000 millones en nuevas empresas.

“Tenemos que considerar que hay algunas áreas del avance tecnológico donde el mundo civil es más avanzado, típicamente inteligencia artificial, big data, simulación. Pero hay amenazas como las armas hipersónicas o de energía directa que no son civiles, Debemos invertir en ellas como industria”, dijo la semana pasada Alessandro Profumo, CEO de Leonardo, durante un foro de Atlantic Council,

En este contexto, la empresa de defensa francesa Thales anunció en febrero que planea contratar a 12.000 nuevos trabajadores este año, Alrededor del 40% de los reclutas trabajarán en investigación y desarrollo, en áreas que incluyen IA, ingeniería de software, ciberseguridad y biometría, según informó la compañía en un comunicado. De las 12.000 contrataciones, 5.500 se realizarán en Francia y 3.340 en el resto de Europa, incluido el Reino Unido.

Pero el financiamiento para la innovación en defensa no viene solo desde el sector público. A finales de 2021, una empresa de inversión dirigida por el fundador de Spotify, Daniel Ek, invirtió 102,5 millones de euros en Helsing.AI, una firma de inteligencia artificial que proporciona análisis de datos del campo de batalla. Asimismo, en octubre de 2022, Project A, Sanno Capital y el multimillonario Peter Thiel invirtieron 17,5 millones de dólares en Quantum-Systems GmbH, una compañía de drones que desarrolla estaciones de acoplamiento que permiten cargar y desplegar vehículos aéreos no tripulados sin operadores humanos.

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