Escrivá se da ahora margen hasta marzo para cerrar la reforma de pensiones
El ministro intenta cerrar esta semana el apoyo de los grupos parlamentarios y de los interlocutores sociales, aunque los empresarios no parece que vayan a respaldar los cambios
El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones trabaja para cerrar la segunda y más polémica fase de la reforma de pensiones en este mismo mes de febrero. Si bien, su titular, el ministro José Luis Escrivá ha precisado este lunes en Bruselas, tras entrevistarse con el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, que la aprobación de estos nuevos cambios en el sistema de pensiones podría retrasarse al inicio del mes de marzo.
“Estamos trabajando para que podamos hacerlo este mes. Puede ser este mes o los primeros días (de marzo). Pero estamos muy cerca de cerrar el proceso, sinceramente”, señaló Escrivá en lo que supone un nuevo posible retraso de esta reforma, aunque sea solo en unos días, que se uniría a los aplazamientos ya registrados hasta ahora, ya que el Gobierno se comprometió inicialmente con Bruselas a cerrar esta segunda fase antes de finalizar 2022.
La dificultad de aprobación del texto radica, sobre todo, en la posible ampliación de 25 a 30 años el periodo, eliminando las 24 peores mensualidades (con ello se tendrían en cuenta 28 años cotizados para fijar la base reguladora sobre la que calcula la pensión). Podemos y otros socios parlamentarios del Gobierno están radicalmente en contra de esta ampliación, si bien Escrivá pretende mantenerla. En las últimas negociaciones, se baraja también incluir en este documento de 120 páginas elevar más los ingresos, creando un complemento de solidaridad en forma de recarga de las cotizaciones máximas, que se sumaría a la sobrecotización ya existente del Mecanismo de Solidaridad Intergeneracional (MEI) --aprobado en la primera fase de la reforma-- y a una nueva ampliación de las bases máximas en torno al 30% en 25 años. A cambio, se mejorarán las lagunas de cotización, de las mujeres en mayor medida.
Para Escrivá “quedan muy pocos flecos” e “igual hay que esperar unos días más (para su aprobación), pero sinceramente lo justifica lo que está en juego, estar unos días más mejorando el texto y la reforma”. Dicho esto, también quedaría por cerrar el apoyo parlamentario suficiente a esta reforma, algo que, según fuentes de la negociación, es lo que aún tiene que cerrar el equipo de Escrivá. Asimismo, está pendiente el visto bueno final de los agentes sociales, que probablemente llegará por parte de los sindicatos, pero no desde el lado patronal, que rechazan los nuevos sobre costes empresariales incluidos en esta segunda fase de la reforma.
Esta reforma está ligada al desembolso de los 10.000 millones de la cuarta entrega de fondos europeos. En concreto, este tramo de ayudas depende de la ampliación del número de años para el cálculo de las pensiones, de la puesta en marcha del mecanismo de equidad intergeneracional y del incremento de la base máxima de cotización, así como de un documento con nuevas proyecciones que garanticen la sostenibilidad del sistema a largo plazo.
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