El Santander explora lanzar una ‘stablecoin’ con otros nueve grandes bancos internacionales
BNP Paribas, Citigroup, Barclays y UBS forman parte de esta iniciativa, que se centrará en las principales divisas del G7
La carrera por las stablecoins acaba de empezar. Las entidades financieras pisan el acelerador y empiezan a explorar su incursión en el mundo cripto, no solo ofreciendo compraventa de activos digitales, sino también emitiendo sus propias monedas estables. Banco Santander se ha sumado a esta carrera y se ha unido a otras grandes entidades internacionales como Goldman Sachs Group, Deutsche Bank y Bank of America para explorar el lanzamiento de una moneda estable y las funcionalidades del dinero tokenizado y de la tecnología blockchain en el mundo de los pagos.
Este consorcio de grandes bancos, que incluye también a BNP Paribas, Citigroup, Barclays, UBS, MUFG Bank y TD Bank Group, estudia la emisión de un activo respaldado integralmente por reservas y disponible en blockchain públicas. De acuerdo con un comunicado conjunto, el proyecto se enfocará en las principales divisas del G7: dólar estadounidense, euro, yen, libra esterlina y dólar canadiense. Estas entidades están en contacto con los reguladores y los supervisores de cada mercado relevante para desarrollar el proyecto. “El objetivo de la iniciativa es evaluar si una nueva propuesta a nivel industrial podría brindar los beneficios de los activos digitales y potenciar la competencia en el mercado“, reconocen.
No es la única iniciativa de este tipo. Hace unas semanas, CaixaBank, ING y UniCredit anunciaron que lanzarán, junto a otros seis bancos europeos, una moneda estable respaldada por el euro en la segunda mitad de 2026. El activo permitirá pagos y liquidaciones casi instantáneos, de bajo coste y disponibles las 24 horas del día y siete días a la semana, incluyendo transacciones transfronterizas, pagos programables, mejoras en la gestión de la cadena de suministro y liquidación de activos digitales como valores y criptomonedas, según detallaron. El consorcio ha optado por constituirse en los Países Bajos, donde solicitará la licencia como institución de dinero electrónico y estará supervisado por el banco central neerlandés.
El BBVA, en cambio, anunció la semana pasada que está trabajando en solitario en ampliar su oferta cripto y que estudia prevé su propia stablecoin en 2026. Fuentes de la entidad han explicado a este periódico que esta iniciativa se enmarca en el proyecto piloto que el banco anunció el pasado otoño con Visa: el gigante de pagos lanzó una plataforma para que las entidades financieras emitieran tokens respaldados por dinero fiduciario. El banco vasco aseguró que iba a adoptar esta plataforma para crear tokens en la red blockchain pública de Ethereum.
Las stablecoins, activos digitales vinculados a una moneda tradicional como el euro o el dólar, están atrayendo cada vez más el interés de las entidades financieras, al representar un mercado en constante crecimiento de más de 300.000 millones de dólares. Si bien hasta ahora se utilizan principalmente en los mercados de criptomonedas para comprar otros activos, como reserva de valor estable o para protegerse de la volatilidad, los usuarios empiezan a utilizarlas como medio de pago o para transferencias, especialmente las transfronterizas, al ser una alternativa mucho más barata y rápida que los sistemas de pago tradicionales. Según estimaciones de Bloomberg Intelligence, podrían utilizarse para más de 50 billones de dólares en pagos anuales para 2030.
En este entorno, y con la regulación cripto en marcha tanto en Estados Unidos como en Europa, los bancos están experimentando las funcionalidades de la tecnología blockchain para su aplicación en el ecosistema de pagos y la tokenización. De hecho, varias instituciones financieras están explorando otras formas de pagos basadas en blockchain, como los depósitos tokenizados.
Mientras la gran banca acelera su incursión en este mercado, los supervisores muestran cautela. El Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés) se está moviendo para prohibir las stablecoins emitidas conjuntamente en el bloque y en otras jurisdicciones (conocidas como monedas estables multiemisión), ante temores de que los riesgos puedan traspasar fronteras de manera impredecible.
