Las ‘stablecoins’ dominan las transacciones ilícitas en el mundo cripto

Estos activos representaron un 63% del volumen de actividad fraudulenta, incluidas estafas, lavado de dinero, financiación del terrorismo. Los fondos robados aumentaron un 21% a nivel interanual, hasta los 2.200 millones, según Chainalysis

Representación del bitcoin.Jirapong Manustrong (Getty Images/iStockphoto)

En los últimos tiempos más inversores particulares e institucionales han entrado en el mundo cripto. El repunte del precio de los activos digitales, especialmente del bitcoin, y el apoyo por parte de figuras públicas como Donald Trump, lo ha convertido en un instrumento de inversión mainstream. No obstante, aunque Europa ha adoptado su primera regulación del sector con MiCA y EE UU se encamina a establecer otra, el ecosistema, en el que durante años se escuchaba sobre todo hablar de estafas, fraudes, hackeos o lavado de dinero, todavía no está exento de riesgos y aún se considera opaco y complicado de entender. El informe Crypto Crime Report 2025 de Chainalysis destaca que las actividades ilícitas en el sector se han diversificado y profesionalizado, “con una gama más amplia de organizaciones y redes de actores ilícitos que utilizan criptomonedas, así como una mayor complejidad en sus operaciones”.

Algunas afectan directamente al inversor, como la sustracción de identidad a través del robo de claves privadas y de fondos, hackeos, estafas bien diseñadas que atraen a los usuarios para invertir en aparentes inversiones sólidas que se revelan inexistentes; otras en cambio, usan las criptomonedas para traficar droga, lavar dinero, comprar armas y documentos falsos. Entre los casos más famosos, el de Silk Road, empleado por narcotraficantes y delincuentes de todo el mundo donde se llegó a contratar asesinos a sueldo pagando con criptos.

El estudio pone datos al fenómeno. El valor total de las criptomonedas recibidas por direcciones ilícitas —billeteras digitales asociadas con actividades ilegales o no autorizadas y vinculadas a una gran variedad de delitos— en 2024 ha alcanzado los 40.900 millones de dólares, frente a los 46.100 millones de 2023. No obstante, aclaran que se trata de estimaciones conservadoras, basadas únicamente en los flujos de entrada a las direcciones ilícitas que se han identificado hasta ahora y es posible que se clasifiquen otras en los próximos meses. Por ello, y observando las tendencias históricas, prevén que la cifra aumentará hasta los 51.000 millones. “Desde 2020, nuestras estimaciones anuales de actividad ilícita han crecido en promedio un 25% entre los períodos de informe anual”.

El estudio destaca algunas tendencias en el ámbito de la criptocriminalidad. Hasta 2021, bitcoin era la criptomoneda preferida entre los ciberdelincuentes por su liquidez. Pero desde ese entonces, se ha asistido a una diversificación constante entre los activos utilizados, con los criminales virando especialmente hacia las stablecoins, que representan la mayoría del volumen de transacciones ilícitas (un 63%). El mayor uso de monedas estables en este tipo de actividades refleja la composición del mercado cripto, donde la capitalización de estos activos ya supera los 190.000 millones de dólares y donde su papel potencial como dinero digital se está haciendo evidente. Los delincuentes las usan por las mismas razones que los usuarios legítimos: son transfronterizas, líquidas y mantienen su valor. Un ejemplo es Tether, cuyo emisor en varias ocasiones ha bloqueado direcciones vinculadas a estafas, financiamiento del terrorismo y evasión de sanciones.

En cuanto al tipo de delitos, los fondos robados aumentaron un 21% a nivel interanual, hasta los 2.200 millones. “Aunque la mayor parte de los fondos robados provinieron de servicios de finanzas descentralizadas (DeFi), los servicios centralizados fueron los más atacados durante el segundo y tercer trimestre del año”. La mayor proporción (43,8%) de las criptomonedas robadas en 2024 procedió de vulneraciones de claves privadas. En este sentido, desde Chainalysis detallan que los hackers norcoreanos sustrajeron más fondos de plataformas cripto que nunca antes: 1.340 millones de dólares en 47 incidentes a lo largo del año, lo que equivale al 61% del total robado, en comparación con los 660,5 millones sustraídos en 20 incidentes en 2023.

Algunos de estos incidentes están relacionados con trabajadores de tecnología de la información de Corea del Norte, que se infiltran en empresas criptos y web3. Después de robar criptomonedas, estos hackers suelen lavar los fondos ilícitos canalizándolos a través de intercambios financieros descentralizados, servicios de minería o mezcladores de activos para ocultar su origen. Durante años, funcionarios estadounidenses han advertido de que estos ciberdelincuentes se han centrado en los ataques a criptomonedas para recaudar fondos frente a las sanciones internacionales.

Fraudes y estafas también fueron prolíficos en 2024, con las estafas de pig butchering entre las más exitosas. Su nombre alude a la práctica de engordar a un cerdo antes de sacrificarlo y es una metáfora del modus operandi de los ciberdelincuentes: en estos casos, atraen progresivamente a la víctima pidiendo contribuciones crecientes con criptos para una inversión que parece sólida. Pero siempre acaba de la misma manera: con el estafador desapareciendo. Asimismo, la inteligencia artificial (IA) es siempre más utilizada en la actividad delictiva, hasta el punto que han surgido servicios que aprovechan de esta herramienta para eludir los requisitos de conocimiento del cliente.

El ransomware, una técnica que impide a los usuarios acceder a su sistema o a sus archivos personales y exige el pago de un rescate para recuperar el acceso, ha continuado en 2024 generando ingresos en cientos de millones de dólares. No obstante, desde la firma aseguran que la intervención de las fuerzas del orden así como la menor disposición de las víctimas a pagar rescates, han debilitado en parte este ecosistema.

Las ventas en el mercado de la darknet, donde domina el bitcoin, también se mantuvieron estables, en unos 2.000 millones de dólares, frente a los 2.300 millones de 2023; en cambio, el volumen de actividad de tiendas online fraudulentas cayó a poco más de la mitad que 2023, hasta algo más de 220 millones de dólares, debido a una operación conjunta de EE UU y Países Bajos que desmanteló Universal Anonymous Payment System, un procesador de pagos con criptomonedas que facilitaba transacciones para cientos de estos negocios. Eric Jardine, responsable de investigación sobre delitos en Chainalysis, explica que tanto en los mercados de drogas en la darknet, las farmacias en línea y el tráfico de narcóticos, bitcoin sigue siendo ampliamente utilizado. “Los estafadores están dispuestos a operar con cualquier activo. Por ejemplo, suelen emplear las altcoins en un contexto de repuntes de precios de monedas meme”, concluye.



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