Ir al contenido
_
_
_
_

Los fondos logran un balón de liquidez para Torraspapel y se ponen como objetivo cerrar su salvamento a finales de diciembre

Apollo, Cheyne y Tikehau obtienen hasta 40 millones de euros de efectivo para Lecta, dueña de Torraspapel, mientras aceleran las negociaciones para reducir su deuda de 500 millones

El grupo Lecta, uno de los principales fabricantes de papel de Europa y dueño de la histórica Torraspapel, avanza en su reestructuración, puesta en marcha debido a la caída de demanda de papel a nivel mundial. La firma, controlada por los fondos de private equity Apollo, Cheyne y Tikehau, tendrá acceso a liquidez por 20 millones de euros, a los que podrían sumarse una cuantía similar bajo determinadas condiciones, según ha informado la compañía a sus bonistas. El objetivo es cerrar su reestructuración a finales de diciembre.

Lecta avanza en su plan de viabilidad. En un comunicado enviado a la Bolsa de Luxemburgo, donde cotizan sus bonos, la empresa asegura estar avanzando “significativamente” en las negociaciones para una recapitalización integral de su balance. El objetivo del grupo es concluir un acuerdo definitivo entre sus accionistas y sus acreedores a finales de diciembre de 2025.

La recapitalización de Lecta tiene como fin principal lograr un desapalancamiento sustancial y asegurar capital adicional para garantizar la solidez comercial y financiera del grupo a largo plazo. Un ejército de asesores está trabajando para que así sea: FTI Consulting, PJT y Evercore.

Lecta ha completado una reorganización de sus negocios en cuatro unidades -papel fino, autoadhesivos, distribución y especialidades- y ha logrado el aplazamiento del pago de intereses por cinco millones que debían abonarse en septiembre, una línea de crédito de 10 millones de dinero nuevo para apoyar la actividad de la compañía.

Otra de las medidas que ha adoptado ha sido la solicitud de protección judicial para Condat SAS, propietaria de la fábrica de papel de Condat (Francia) el pasado octubre, después de que registrara un ebitda negativo de 15 millones de euros el año pasado. Lecta busca potenciales compradores para su negocio y salvaguardar los puestos de trabajo, mientras congela temporalmente sus deudas, al tiempo que encapsula el efecto negativo de esta filial en sus cuentas.

Durante este proceso, el grupo trabajará con el Tribunal para identificar soluciones que aseguren la continuidad del negocio y preserven el empleo en la fábrica de papel Condat. “En el futuro, las operaciones de Condat, que generaban grandes pérdidas y flujo de caja negativo (…) no tendrán más impacto negativo en la caja del resto del grupo, lo que le permitirá centrarse en sus unidades de negocio rentables", asegura.

La compañía, en todo caso, da muestras de fortaleza al asegurar que cuenta con una “sólida posición de tesorería, con aproximadamente 120 millones de euros en efectivo a 30 de septiembre”, a pesar de la continua debilidad en las condiciones del mercado y la sostenida presión sobre los precios.

Lecta lleva en el ojo del huracán desde su fallida salida a Bolsa en 2017. CVC, que en aquel entonces controlaba el capital, entregó las llaves de Lecta a los bonistas en 2019, que capitalizaron más del 60% de los cerca de 600 millones de euros que controlaban de la deuda cotizada. Tras esta operación, los fondos Apollo, Cheyne y Tikehau quedaron como principales accionistas, y refinanciaron la compañía en 2023.

El grupo Lecta, con sede en Luxemburgo, cuenta con siete fábricas localizadas en España, Francia e Italia. En Leitza, Motril y Almazán se ubican las españolas. En esta última se integra además una planta de fabricación de celulosa. Entre las siete acumulan una capacidad industrial cercana a los dos millones de toneladas.

Lecta está en el podio de los productores de papel estucado para Europa junto a la sudafricana Sappi y a la finlandesa UPM. Con la ampliación de capital planteada en 2017 años para salir a Bolsa, Lecta pretendía captar 315 millones de euros, a través de la emisión de 525 millones de acciones nuevas. Con ese dinero, la empresa quería amortizar el 100% de los bonos por 225 millones que lanzó en 2016 y también se proponía eliminar hasta el 35% de los 375 millones que emitió en la misma fecha. No pudo ser y los acreedores tomaron el control de la compañía. Tras la refinanciación de 2023, cuenta con un saldo vivo de unos 310 millones de euros en bonos que vencen en 2028.

CVC desembarcó en Torraspapel en 1999, propiedad hasta ese año del grupo kuwaiti KIO, para incluirlo en el conglomerado Lecta, en el que ya estaban por entonces la italiana Cartiere Garda y la francesa Smurfit Condat. Desembolsó por ella 312 millones de euros al grupo kuwatí KIO, y asumió deuda por otros 264 millones: 300 años de historia atesora Torraspapel. Es uno de los fabricantes líderes en la Península Ibérica en la fabricación y distribución de papel estucado y no estucado pasta química, así como una amplia gama de papeles especiales.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

_
_