Boston Consulting diseñó un plan para “reubicar” a 500.000 palestinos fuera de Gaza
La firma calculó una compensación de 9.000 dólares por persona para quien se fuera voluntariamente de la Franja


La firma Boston Consulting Group (BCG) diseñó un plan sobre cómo “reubicar” a 500.000 palestinos de la Franja de Gaza y firmó un contrato multimillonario con el fin de desarrollar un plan de ayuda para el destrozado enclave, según una investigación del diario británico Financial Times.
La consultora norteamericana —una de las más prestigiosas del mundo— ayudó a crear la Fundación Humanitaria de Gaza, respaldada por los Gobiernos de Israel y Estados Unidos, y apoyó a una empresa de seguridad relacionada con esta fundación. Tras hacerse públicas estas iniciativas, BCG renegó del proyecto, despidiendo a dos socios el mes pasado.
De acuerdo con las revelaciones del periódico británico, el papel de BCG fue más amplio de lo que ha descrito públicamente: se prolongó durante siete meses, abarcó más de cuatro millones de dólares (3,4 millones de euros) de trabajo contratado e, incluso, implicó debates internos en la cúpula de la firma.
Más de una docena de empleados de BCG trabajaron directamente en el proyecto, cuyo nombre en clave era “Aurora”, entre octubre y finales de mayo. Altos cargos de BCG debatieron la iniciativa, entre ellos el director de riesgos de la empresa y el director encargado del impacto social de las actividades de la compañía.
El equipo del BCG elaboró un modelo financiero para la reconstrucción de Gaza tras la guerra, que incluía estimaciones del coste que conllevaría reubicar a cientos de miles de palestinos de la franja y el impacto económico de tal desplazamiento masivo. Un escenario estimaba que más de 500.000 gazatíes abandonarían el enclave con “paquetes de reubicación” por valor de 9.000 dólares por persona, es decir, unos 5.000 millones de dólares en total.
Según BCG, los socios que dirigían el proyecto engañaron repetidamente a los directivos sobre el alcance del trabajo. Y por ese motivo les despidieron.
La consultora aseguró en un primer momento que los socios que habían colaborado en este proyecto lo habían hecho de forma desinteresada, pero diversas revelaciones periodísticas han demostrado que sí que se firmaron diversos contratos remunerados.
La Fundación Humanitaria para Gaza (GHF en inglés), para la que trabajaban los socios de BCG, distribuía ayuda humanitaria en la Franja. Tras conocerse su vinculación con la consultora, recibió un aluvión de críticas de grupos internacionales, lo que llevó a Boston Consulting a retirar al personal que operaba sobre el terreno, en Tel Aviv, y suspender a uno de los líderes del proyecto.
La retirada de BCG, a principios de junio, coincidió con las noticias de episodios de violencia en los centros de reparto de alimentos y las denuncias de grupos como Médicos Sin Fronteras, que acusa a GHF de usar la distribución de ayuda para desplazar a los gazatíes como parte de “una estrategia más amplia de limpieza étnica en la Franja de Gaza”.
Estados Unidos ha defendido la labor de la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), que distribuye ayuda en el enclave con respaldo de Washington. Un portavoz de la Casa Blanca aclaró que, aunque la Fundación “no recibe financiación directa” de Estados Unidos, sí que cuenta con el respaldo de la Administración del presidente, Donald Trump.
La Fundación GHF ha sido acusada de ser utilizada para maquillar acciones militares de Israel, ocultando así sus verdaderas intenciones tras una apariencia humanitaria. Por eso muchas organizaciones humanitarias se han negado a cooperar con ella. Desde el caótico lanzamiento de la GHF en mayo, las fuerzas israelíes han matado a más de 400 palestinos que intentaban llegar a lugares de distribución distantes, según funcionarios sanitarios de Gaza.