Ir al contenido
_
_
_
_

TuTechô, el lugar de encuentro para lograr una solución sostenible al sinhogarismo

Inversores de impacto, empresas con propósito, Administraciones, entidades sociales y filántropos colaboran para luchar contra la exclusión residencial y social

Empleadas de TuTechô examinan el estado de un piso tras la remodelación para su alquiler a una ONG.
Rafael Durán

Todavía permanece el reflejo en la retina de las imágenes de cientos de personas tiradas en el suelo pasando la noche en el aeropuerto de Barajas. Y aunque la atención informativa sobre el asunto se ha desvanecido, el problema no ha desaparecido. Las imágenes del aeropuerto son solo una pequeña muestra de la cuestión del sinhogarismo en España, donde hay al menos 37.000 personas viviendo en la calle, según la ONG Hogar Sí. Es además un problema que va más allá de la falta de techo, pues tiene implicaciones sobre el empleo, la salud y el desarrollo pleno como ciudadanos en la sociedad.

Desde 2022, TuTechô se viene revelando como una solución sostenible al sinhogarismo y a la exclusión residencial y social. Bajo la forma jurídica de socimi, TuTechô compra viviendas, las reforma y las dota de equipamiento para alquilárselas a un precio por debajo de mercado a organizaciones sociales que combaten el sinhogarismo (colabora con 73 entidades). Desde 2023 cuenta además para completar su misión con el apoyo de la Fundación TuTechô.

“TuTechô es sostenible gracias a alianzas de un grupo de agentes involucrados”, reconoce Blanca Hernández, fundadora y presidenta de la compañía, “que hemos puesto en el centro a las personas que queremos ayudar, personas ya muy excluidas, que queremos que se recuperen y se vuelvan a integrar en la sociedad”.

Así, está el inversor de impacto, “que es el que pone el dinero para que podamos comprar las casas y es un inversor muy comprometido que está dispuesto a renunciar a cierta rentabilidad económica por la social. De hecho, ya hemos dado nuestro primer dividendo, y en torno al 40% de los inversores lo ha donado a la fundación, que es una maravilla”. Luego están las entidades sociales, “que son las que operan los pisos, las que deciden quién vive allí, que les acompañan hasta que se integren y que pagan el alquiler”. “También están los filántropos y las Administraciones, que sujetan un poco el tejido asociativo para que puedan acompañar bien y pagar el alquiler. Y después, un grupo de empresas que son las que prestan los servicios profesionales gratis y hacen esto más viable y más escalable”, detalla Blanca Hernández.

La compañía acaba de actualizar los datos de su gestión a mayo de 2025 en su Informe de impacto. Hasta esta fecha, TuTechô ha conseguido mejorar la calidad de vida de 3.537 beneficiarios: 2.458 personas que residen o han vivido en sus hogares y de 1.079 personas que se atienden en los centros de apoyo. La socimi ha adquirido 331 inmuebles y ha desembolsado ya 45 millones de euros.

Casa y acompañamiento

“Los beneficiarios son aquellas personas que viven en los pisos, que es nuestra función principal, proveer de vivienda a entidades sociales para que acojan a estas personas y les acompañen desde esa estabilidad de un hogar para que salgan adelante. Y también tenemos algunos locales de apoyo (siete en total): centro de día, guardería para que las mamás no pierdan la tutela de los hijos, o en Níjar, en la zona de asentamientos esa tan terrible, para proteger sus derechos, para que aprendan español…”, explica la fundadora de la socimi. Hernández destaca que unos 800 beneficiarios han dejado los pisos, algunos porque han cambiado de recursos “y 591, que es un número brutal, porque se han independizado, porque han estado el tiempo suficiente para recuperar todas las heridas que traen y ya están integrados, tienen trabajo y no dependen de nadie”, se congratula.

La casa tipo que compra TuTechô es una vivienda de 80 m2, con tres habitaciones; máximo un 2º sin ascensor; cocina renovada y equipada, con calderas en perfecto estado, y proximidad de un radio de en torno a medio kilómetro de acceso a transporte público, centro de salud, parques y zonas verdes y centros escolares. En cada piso viven, de media, 4,9 personas. “Compramos lo que les hace falta a las ONG, completamente ad hoc lo que ellas nos piden. En algunas ocasiones ya han encontrado lo que quieren, porque es algo muy peculiar; en otras la ONG ya está dentro de un piso y el dueño lo quiere vender, y lo compramos. Y tenemos ojeadores voluntarios que, a través de Idealista, uno de nuestros partners, nos facilita todo con su base de datos”, cuenta Hernández. “Hemos comprado muchos pisos a la Iglesia y a Sareb”, apunta.

Para comprar los pisos, la socimi ha desembolsado ya 40,1 millones de euros y ha comprometido otros 8 millones en una ampliación de capital que está a punto de cerrarse. La compañía tiene actualmente en torno a 200 inversores, “que los hay de todo tipo, porque cualquier persona puede invertir: la acción está a 1,05 euros (cotiza en BME Growth)”. Además, ha recurrido “por primera vez” al endeudamiento por otros 8,6 millones de euros. La entidad pública Cofides, gestora del Fondo de Impacto Social (FIS), de capital europeo, le ha otorgado un préstamo de 5 millones. “Con este dinero podemos seguir comprando”, subraya la presidenta.

La inmobiliaria social trabaja de la mano con la Fundación TuTechô. La fundación es la que paga el alquiler cuando la ONG no puede por falta de recursos –“no hay ninguna ONG que se quede fuera porque no tenga ayudas públicas”, remarca Hernández– y la que canaliza los apadrinamientos de los filántropos (que pueden ser tanto personas físicas como jurídicas, y que pagan a título personal los alquileres). Del mismo modo, la fundación cuenta con almacenes donde se recogen y reparten las donaciones de ropa, muebles o alimentos entre los beneficiarios, además de aportaciones dinerarias.

TuTechô Rural

Una de las últimas iniciativas de la inmobiliaria social ha sido TuTechô Rural, con la que se quiere atajar tanto la falta de vivienda como la despoblación de la España rural, lo que denominan “la España medio llena”. Tras una prueba piloto en la localidad palentina de Paredes de Nava junto a la Fundación Talento58 y su ayuntamiento, donde se adquirieron 10 viviendas para atraer nuevos residentes a la localidad, el proyecto se extenderá a otros municipios.

“En Paredes de Nava son nueve las familias que se han asentado en el pueblo, familias felices, superintegradas, alguna incluso ha emprendido un nuevo negocio”, destaca. “Ahora hemos abierto dos pueblos más, Torquemada, con cinco viviendas, y Baltanás (ambas en la comarca del Cerrato palentino). Y funciona el boca a boca, nos están llamando de pueblos de Soria y Burgos. Yo creo que sí que vamos a poder escalarlo muy bien”, resalta Hernández.

El objetivo común de todos los agentes implicados es contribuir a la erradicación del sinhogarismo puesto que, como resaltan desde la propia empresa social, disponer de un verdadero hogar es el primer paso en la construcción de una vida.

Sobre la firma

Rafael Durán
Lleva más de una década a cargo de los temas de sostenibilidad en la sección de Buen Gobierno, tarea que compagina con la edición de CincoDías. Aterrizó en el periódico en el año 2000 y pasó una temporada en la sección de Opinión. Antes, en El Siglo de Europa y El Nuevo Lunes. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Archivado En

_
_