El francés BPCE le gana la partida a Caixabank y pone 6.400 millones por Novo Banco
La entidad gala cierra con Lone Star, propietaria del 75% de la entidad lusa, un principio de acuerdo sobre la firma portuguesa


El banco francés BPCE, el segundo mayor de Francia y el cuarto de Europa, ha firmado un preacuerdo (memorando de entendimiento) con el fondo estadounidense Lone Star para comprar el 75% del capital de la entidad portuguesa Novo Banco, han informado BPCE y Lone Star. El acuerdo cierra la puerta a la opción abierta por el español Caixabank, que también había mostrado su interés en crecer con la entidad portuguesa.
La operación, que valora el cien por cien de Novo Banco en unos 6.400 millones de euros, sería la mayor transfronteriza en el ámbito financiero en la zona del euro en más de diez años. Respecto al 25% restante, BPCE admite también “conversaciones” con el gobierno portugués y con el Fondo de Resolución Bancaria de Portugal con el objetivo de adquirir sus participaciones en el capital de Novo Banco (11,5% y 13,5%, respectivamente), “en condiciones idénticas”. La idea es cerrar la operación durante la primera mitad de 2026.
Nicolas Namias, director general de BPCE, asegura que Novobanco, como cuarta entidad de Portugal, cuenta con “excelentes bases, un fuerte potencial de crecimiento y un nivel de rentabilidad ya elevado”, puesto que suma el 9% de cuota en el segmento de clientes particulares del país y alrededor del 15% en el de clientes corporativos. El CEO agrega en un comunicado que, con la adquisición de la entidad lusa, BPCE se convertiría en un “actor de la banca minorista en Europa”, y que la operación reforzaría su papel como “socio importante para el desarrollo” de la economía portuguesa.
Novo Banco es la entidad que resultó de la liquidación del Banco Espírito Santo, arrastrado tras la quiebra del todopoderoso grupo empresarial portugués. A cambio de una inyección de 1.000 millones de euros, el 75% del Novo Banco fue adquirido por el fondo estadounidense Lone Star en octubre de 2017, tres años después de la liquidación del Banco Espírito Santo. El grupo estadounidense buscaba una salida a esa inversión con una horquilla entre los 5.500 y los 7.000 millones de euros, según el análisis realizado por la firma JB Capital el pasado marzo.
El grupo francés, fruto de la fusión entre Banque Populaire y Caisse d’Epargne en 2009, señala que esta adquisición representaría un “motor de crecimiento” para BPCE. En línea con su plan estratégico Visión 2030, el grupo busca “diversificarse geográficamente” mediante el acceso a una economía dinámica, y también “diversificar su balance”, incrementando la proporción de préstamos a tipo variable para mejorar su perfil de ingresos, al hacerlo más adaptable a la evolución de los tipos de interés.
En esta línea, la operación marca una “nueva etapa clave” en la trayectoria de expansión del grupo a escala europea, impulsada por inversiones estratégicas orientadas a generar valor tanto en Francia como en el ámbito internacional.
El otro 25% del capital está en manos del Fondo de Resolución portugués y el ejecutivo luso ya había manifestado su negativa a una adquisición por parte de CaixaBank. Las entidades españolas ya representan cerca de un tercio del mercado bancario luso. “Creo que ese valor no debería aumentar, por una cuestión de concentración y de dependencia”, señaló recientemente el ministro de Finanzas, Joaquim Miranda Sarmento. Ahora, la entidad portuguesa pasaría a formar parte del cuarto banco europeo, de origen francés.
CaixaBank adquirió el banco BPI en 2018 y también está presente desde 1998 en Portugal el Banco Santander, que se ha convertido en la principal entidad privada del país tras varias compras y fusiones. Abanca reforzó la presencia española en el mercado portugués en 2024 tras la compra de Eurobic a la empresaria angolana Isabel dos Santos. La Caixa Geral de Depósitos (CGD), de propiedad pública, es la principal entidad financiera del país.
Según explica la entidad francesa en un comunicado, la suma de las dos grandes entidades que dieron pie al gigante galo emplea actualmente a más de 3.000 personas en Portugal, “una cifra que da testimonio de su compromiso duradero con el país”.
BPCE explica que “tiene la intención de facilitar la financiación de proyectos tanto de empresas locales como de particulares, al tiempo que amplía la gama de servicios ofrecidos a los clientes portugueses. BPCE aprovechará toda su experiencia para fortalecer la creación de valor en estrecha colaboración con Novo Banco”.
Según los datos aportados por BPCE, Novobanco cuenta con 1,7 millones de clientes particulares y gestiona una cartera de préstamos corporativos de 17.000 millones de euros. Suma 4.200 empleados y opera en unas 290 sucursales.
En los últimos años, Novo Banco “se ha convertido en uno de los bancos más rentables de Europa”, con una ratio de eficiencia (coste-ingresos) inferior al 35% y una rentabilidad sobre fondos propios tangibles (RoTE) superior al 20%.
Aunque el tamaño de las entidades sigue siendo un factor estratégico en la banca, muchos grandes movimientos de consolidación en Europa han chocado con la resistencia de gobiernos, como ha sido el caso con el banco italiano Unicredit que lanzó primero una opa sobre BPM Italia y luego intentó sin éxito adquirir la alemana Commerzbank. En este contexto, los bancos medianos parecen ser objetivos más accesibles. La compra de Novo Banco, ya en manos de un fondo privado, no debería enfrentar obstáculos regulatorios significativos.
En efecto, el Gobierno portugués calificó la compra de Novo Banco por parte de BPCE como “una señal muy relevante de confianza” por parte de los inversores internacionales. Además, celebró que la operación contribuya a una mayor diversificación del sistema financiero, al evitar una concentración excesiva en manos de entidades de una misma nacionalidad, según informaciones recogidas por Efe