El Supremo británico dirimirá en abril sobre la investigación al Santander y otros bancos por la financiación de automóviles

La entidad ha provisionado 350 millones de euros para afrontar una decisión contraria sobre las comisiones cobradas a los concesionarios

Una oficina del Santander en Reino Unido.TOLGA AKMEN (EFE)

El conflicto jurídico que afronta el Banco Santander en el Reino Unido alcanza su momento decisivo. Después de que el Tribunal de Apelación británico fallase en contra de los intereses de los bancos por la financiación de automóviles en el país, será el Tribunal Supremo de este país el que tomará la decisión final sobre esta cuestión, en una audiencia que ha fijado para primeros de abril, entre el 1 y el 3 de abril.

En concreto, la investigación se centra en presuntos acuerdos entre los concesionarios y los bancos para impulsar al alza el tipo de interés de los préstamos de compra de automóviles, con la fijación de un precio diferente para cada préstamo, lo que añadía incentivos a los vendedores de coches a poner un tipo alto y cobrar más comisiones. En 2021, la FCA decidió prohibir esta práctica, por lo que el Santander afronta una avalancha de demandas por los préstamos concedidos antes. El regulador británico está llevando a cabo una investigación sobre esta práctica, que se solapa con el proceso jurídico por este mismo asunto iniciado en los Tribunales contra Barclays. Y del que está pendiente todo el sector. También está en liza una reclamación ante el defensor del pueblo británico.

El Tribunal de Apelaciones falló en contra de los intereses de Barclays, lo que motivó al Santander y a otras entidades a realizar provisiones por este asunto. En el caso del banco español, la cantidad fue de 350 millones de euros (295 millones de libras). La provisión de 350 millones por este asunto le cuesta al banco cuatro puntos básicos en capital. El impacto es inferior al que esperaba el mercado. Los analistas de RBC calculaban un impacto muy superior, de más de 1.000 millones. En cuanto a sus competidores, la otra entidad que ha desgranado el efecto ha sido Lloyds, quien ha reconocido un menoscabo de 450 millones de euros.

Esta cantidad incluye estimaciones de costes operativos y legales, así como posibles indemnizaciones. El banco admite, en las cuentas de su filial británica, que aún existen incertidumbres sobre el alcance de la conducta sancionada, así como si el esquema de fijación de comisiones con brókeres es considerado abusivo, si la fijación de precios fue transparente o, fundamentalmente, desde cuándo la conducta es reprochable y si las futuras compensaciones afectarán a las financiaciones rubricadas desde 2021 o incluso antes.

Barclays ha recurrido ante el Tribunal Supremo británico, que ha fijado la cita para abril. La audiencia en el Supremo en abril será clave para dirimir estas cuestiones. Y para determinar si las dotaciones que han hecho las entidades son suficientes. “El impacto financiero final podría ser sustancialmente mayor o menor que el monto provisionado, y no es posible cuantificar la magnitud de cualquier posible pasivo contingente restante”, admite el Santander en las cuentas del cuarto trimestre.

Todo ello llega en un momento clave para la entidad en Reino Unido. Los rumores arrecian desde que el diario Financial Times publicase hace un mes que el banco exploraba diversas alternativas para su negocio británico. Desde entonces, el banco ha reiterado que el negocio británico sigue siendo estratégico. La propia presidenta, Ana Botín, ha mantenido este mensaje tanto en su intervención en la cumbre de Davos como en la presentación de los resultados anuales de la entidad.

En ella, fue tajante al afirmar que la filial en el país no está en venta, que es uno de sus mercados principales y que prevén que lo siga siendo en el futuro. Igualmente apostó a un incremento de la rentabilidad de la enseña en el país, debido a la instauración del plan de eficiencia que ha diseñado para el grupo, One Transformation, que pasa por organizar el banco en negocios globales y simplificar su oferta de productos.

Paralelamente, también se ha producido la dimisión del presidente del Santander UK, William Welker. El banco está inmerso en un proceso para elegir a su sucesor, tras haber nombrado como director financiero a Ángel Santodomingo como director financiero hace menos de un año.




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