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La conciencia medioambiental cala en la empresa

Un informe de la Cámara de España revela que 9 de cada 10 compañías desarrollan acciones en favor del medio natural. La industria, la construcción y la hostelería lideran la aplicación de medidas

Contenedores de reciclaje en las oficinas de una empresa.
Contenedores de reciclaje en las oficinas de una empresa.servet yigit (Getty Images)
Rafael Durán

La gestión eficiente de los recursos naturales en la actividad empresarial genera valor económico, ambiental y social con el que se contribuye al desarrollo y el bienestar de las comunidades donde estas organizaciones operan. Aplicar medidas de sostenibilidad ambiental conlleva ventajas competitivas en forma de valoración de mercado y fortalecimiento de marca, que atrae inversores, consumidores y talento.

Bien por propia iniciativa, bien por la creciente presión regulatoria, la mayoría de las empresas en España desarrollan actuaciones en materia medioambiental, como refleja el Observatorio de Competitividad Empresarial de la Cámara de Comercio de España, que dedica su último número a la sostenibilidad medioambiental y su gestión, planificación y medidas implantadas. Los datos del estudio se han obtenido a partir de una muestra de 400 empresas de al menos un asalariado en todo el territorio nacional y de todos los sectores de actividad.

Así, 9 de cada 10 las empresas (89,5%) desarrollan actuaciones en materia de sostenibilidad medioambiental. Iniciativas que se centran fundamentalmente en disminuir la generación de residuos o promover su reciclaje o reutilización (93,6%), mejorar la eficiencia energética (81,1%), reducir el consumo de agua y promover su uso eficiente (74,4%). En menor medida, algo más de la mitad (55,7%) aplican medidas para prevenir y controlar la contaminación atmosférica, del agua o del suelo. Además, un 40,1% ejecuta acciones para mitigar o reducir emisiones de gases de efecto invernadero y un 36,8% realiza una utilización sostenible de recursos hídricos y marinos.

Raúl Mínguez, director del servicio de estudios de la Cámara de España, destaca que “el trabajo pone de manifiesto que las empresas, de un modo u otro, ya sea por voluntad propia, porque la normativa se lo impone o por el negocio en sí mismo –porque son contratistas de grandes empresas o colaboradores con otras empresas–, llevan a cabo una aplicación de medidas en materia medioambiental considerable”.

El director del servicio de estudios de la Cámara de España destaca que son las empresas industriales, de construcción y de hostelería las que están liderando la aplicación de medidas de sostenibilidad medioambiental.

“Sobre todo las industriales, a nadie se le escapa que son las que están en la punta de lanza en cuanto a la aplicación de políticas medioambientales, debido a los impulsos regulatorios, porque por su propia naturaleza, de productores de bienes, hay una serie de inputs y de outputs de emisiones a las cuales tradicionalmente se les ha puesto coto”, comenta. Y apunta que “además la industria es uno de los sectores más expuestos a la competencia externa internacional. En el ámbito internacional, la aplicación de estos protocolos medioambientales es un activo, un elemento de competitividad”.

Sin embargo, este tipo de actuaciones solo responde a una política o estrategia definida en un 36,6% de los casos, frente a un 52,9% que las ejecuta sin una planificación formal, en tanto que una décima parte de las empresas no realiza ningún tipo de acción en este sentido (10,5%). El que se haga sin una política clara e identificada obedece, razona Mínguez, a que “hay todavía un desconocimiento sobre qué se entiende por estas políticas, qué hay detrás”.

Supervisión

Aunque el tamaño aquí es determinante. El estudio evidencia una relación positiva entre la existencia de una estrategia de sostenibilidad medioambiental y el tamaño de la empresa. La implementación de estas políticas es muy elevada entre las empresas de mayor dimensión (81,1%), se reduce en las medianas (64,6%) y entre las pequeñas (34,1%) y es considerablemente menor entre las microempresas (18,7%).

Por sectores, en las empresas de la construcción la planificación está menos presente (27,9%), y es más relevante entre las industriales (41,6%). El tamaño vuelve a ser decisivo a la hora de disponer de una persona o departamento específico responsable de supervisar la sostenibilidad medioambiental. Mientras solo un 3,6% de las microempresas dispone de ese perfil, el 64,9% de las grandes compañías cuenta con él.

“Carecer de supervisión te hace perder probablemente oportunidades, o que los recursos que se usen no se aprovechen al máximo como sí lo hacen las grandes empresas”, apunta Mínguez. “Aquí es donde hay un camino por recorrer, por la vía de la información, de la formación, del acompañamiento de algunas empresas de algunos sectores, para asesorarles, prestarles asistencia y que de este modo puedan converger con los grandes en estos términos”, señala.

Si importante es realizar actuaciones en materia de sostenibilidad, no lo es menos demostrar que el impacto que se busca es real midiendo sus resultados y utilizando estos para mejorar los procesos de la empresa. Sin embargo, dos tercios de las compañías afirman no contar con instrumentos de control (66%).

De las que sí lo utilizan, el 83,6% realiza algún tipo de análisis de las mediciones obtenidas: un 45,9% analiza y difunde los resultados alcanzados y un 37,7% los analiza, pero solo a nivel interno. En contraposición, un 16,4% no estudia las mediciones recogidas.

En el grupo de compañías que miden el impacto, la proporción de las que analizan los resultados (sean públicos o no) se incrementa según aumenta su tamaño, y es mayor entre las empresas de la construcción (100%) y las industriales (89,2%).

De las empresas que realizan actuaciones en materia de sostenibilidad medioambiental, una quinta parte (22,6%) dispone de algún certificado, y esta proporción se incrementa al 48,3% si solo se consideran las empresas que cuentan con una planificación formal de su sostenibilidad medioambiental. Por el contrario, cae al 4,7% entre las compañías que sí aplican medidas de sostenibilidad aunque no tienen una política definida en este sentido.

La presencia de empresas con certificado ambiental crece con el número de trabajadores, subiendo del 6% entre las microempresas hasta el 59,5% entre las de mayor dimensión.

Mínguez subraya que “está todo muy vinculado en sus distintas vertientes. Empezando por la planificación, la medición, la existencia de supervisor o a la existencia de certificaciones. Y todo está vinculado a los menores recursos que dificultan la sensibilización, conseguir información, conseguir formación. Y a partir de ahí, aplicar las medidas a una persona, a un responsable o directamente obtener una certificación”.


Sobre la firma

Rafael Durán
Lleva más de una década a cargo de los temas de sostenibilidad en la sección de Buen Gobierno, tarea que compagina con la edición de CincoDías. Aterrizó en el periódico en el año 2000 y pasó una temporada en la sección de Opinión. Antes, en El Siglo de Europa y El Nuevo Lunes. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid.
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