Pescanova cierra el tercer trimestre con unas pérdidas netas de 85.000 euros
La junta extraordinaria Nueva Pescanova acordó una ampliación de capital de la compañía
La empresa Pescanova S.A., también conocida como la “vieja” Pescanova, ha cerrado el tercer trimestre de su ejercicio fiscal (de junio a agosto de 2024) con una pérdida neta de 85.000 euros, frente a los ‘números rojos’ de 551.000 euros registrados en el mismo período del ejercicio anterior.
Así se desprende del informe de resultados del grupo -una sociedad de cartera sin actividad productiva cuyo principal activo es una participación del 0,21% en su “hermana” Nueva Pescanova-, enviado este miércoles a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La Junta General Extraordinaria de Socios de Nueva Pescanova, celebrada el 26 de septiembre de este, acordó una ampliación de capital de la compañía por importe de hasta 72.624.254,24 euros mediante aportación dineraria. Como resultado de ello, Pescanova sigue manteniendo la titularidad de 2.437.894 participaciones, las cuales han pasado a representar un 0,21% del capital social de Nueva Pescanova, cuando hasta ese momento era del 0,34 %.
Los resultados individuales -no aporta cifras consolidadas- reflejan que la firma no ha facturado en el periodo analizado. Los ingresos del tercer trimestre del ejercicio social 2024 han sido de 232.000 euros correspondientes principalmente a parte del apoyo anual que la sociedad debe recibir de Nueva Pescanova, en virtud de los acuerdos de segregación aprobados por la junta general de la “vieja” Pescanova en 2015.
En comparación, entre los meses de junio y agosto de 2023 la compañía ingresó 225.000 euros. Los gastos del tercer trimestre del ejercicio 2024 corresponden principalmente a gastos generales, de asesores externos (87.000 euros), de remuneración del Consejo (49.000 euros), provisiones y financieros (109.000 euros). La sociedad presenta al cierre del tercer trimestre de su ejercicio 2023 un patrimonio neto negativo de casi 5,8 millones de euros.
La empresa nació tras la reestructuración del grupo gallego en 2015 -dos años después de pedir el concurso de acreedores-, cuando se dividió el grupo: la parte productiva quedó en manos de la banca acreedora bajo el nombre de Nueva Pescanova y la “vieja” quedó como una sociedad de cartera controlada por los accionistas minoritarios.