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Las pérdidas de Boeing se disparan a 6.174 millones de dólares por el impacto de la huelga

El resultado de la compañía se ve lastrado también por los cargos relacionados con el abandono de algunos programas

Trabajadores de Boeing en una manifestación en Seattle (Washington), este mes.
Trabajadores de Boeing en una manifestación en Seattle (Washington), este mes.David Ryder (REUTERS)
Miguel Jiménez

Boeing no levanta cabeza. A la espera de que los trabajadores voten hoy si aceptan el principio de acuerdo alcanzado entre la empresa y los líderes sindicales, la huelga de sus principales centros de producción está lastrando a una compañía que ya pasaba por una grave crisis. La empresa ha sufrido pérdidas de 6.174 millones de dólares en el tercer trimestre, en línea con lo que había anticipado hace dos semanas.

El nuevo presidente y consejero delegado de Boeing, Kelly Ortberg, se ha dirigido a los analistas para trasladar un mensaje de confianza en el futuro: “Tenemos mucho trabajo por hacer, tenemos un plan y el cambio ya está en marcha. Este es un gran barco que tardará algún tiempo en virar, pero cuando lo haga, tendrá la capacidad de volver a ser grande”.

Ortberg ha decidido hacer borrón y cuenta nueva, por lo que los resultados se ven especialmente penalizados por cargos extraordinarios tanto en la división de Aviones Comerciales (unos 3.000 millones de dólares por los programas de sus aviones 777-9, 777-8 y 767) como en la de Defensa, Espacio y Seguridad (unos 2.000 millones de dólares en los programas T-7A, KC-46A, Commercial Crew y MQ-25).

Los ingresos han caído un 1% en el tercer trimestre, hasta 17.840 millones de dólares, y descienden un 8% en el acumulado de los nueve primeros meses, hasta 51.275 millones. Esa fuerte caída se debe en gran medida a los parones de producción derivados del accidente de principios de año en que un avión de Alaska Airlines perdió en pleno vuelo un panel que tapaba un hueco destinado a puerta de emergencia en otras configuraciones del modelo, un 737 Max.

En cuanto a las pérdidas, los números rojos del tercer trimestre casi cuadruplican los del año pasado. Con ello, la compañía pierde un total de 7.968 millones de dólares en los primeros nueve meses del año. La empresa lleva en pérdidas de 2019, desde los accidentes fatales de los aviones 737 Max, y en los últimos cinco años esos números rojos sumaron 23.868 millones de dólares. Con los acumulados en este ejercicio, la cuenta supera los 31.800 millones de dólares. La compañía se ha lanzado a buscar liquidez para sortear su crisis al tiempo que acomete medidas de ajuste, entre ellas el despido del 10% de su plantilla, unos 17.000 empleados.

“Llevará tiempo devolver a Boeing su antiguo esplendor, pero con el enfoque y la cultura adecuados, podemos volver a ser una empresa emblemática y un líder aeroespacial”, ha declarado Ortberg a través de un comunicado. “De cara al futuro, nos centraremos en cambiar fundamentalmente la cultura, estabilizar el negocio y mejorar la ejecución de los programas, al tiempo que sentamos las bases para el futuro de Boeing”.

Ortberg se ha dirigido también a los analistas, a los que ha indicado que Boeing se encuentra “en una encrucijada”. “La confianza en nuestra empresa se ha erosionado. Tenemos demasiadas deudas. Hemos tenido graves fallos de rendimiento en toda la empresa que han decepcionado a muchos de nuestros clientes”, ha admitido, antes de ver el vaso medio lleno.

“Tenemos grandes oportunidades por delante: nuestra cartera de pedidos es de aproximadamente medio billón de dólares. Tenemos una base de clientes que nos quieren y necesitan para triunfar. Tenemos empleados sedientos de volver a ser la empresa emblemática que conocen, marcando las pautas de los productos que ofrecemos”, ha indicado a continuación.

“Mi misión aquí es bastante sencilla. Encauzar este gran barco en la dirección correcta y devolver a Boeing a la posición de liderazgo que todos conocemos y deseamos”, ha añadido.

Ortberg ha centrado los cambios necesarios en cuatro áreas. Primero, un cambio cultural fundamental en la empresa. Segundo, debemos estabilizar el negocio. Tercero, mejorar nuestra disciplina de ejecución en los nuevos compromisos de toda la empresa. Y cuarto, “construir un nuevo futuro para Boeing”.

“Boeing es una empresa de aviones y en el momento adecuado del futuro tendremos que desarrollar un nuevo avión. Pero tenemos mucho trabajo que hacer antes de eso”, ha explicado el ejecutivo. “Esto incluye estabilizar nuestro negocio, mejorar la ejecución de los programas de desarrollo, racionalizar la cartera para hacer lo que hacemos bien y restaurar el balance para que tengamos un camino hacia el próximo avión comercial. Tenemos que reajustar las prioridades y crear una organización más ágil y centrada”, ha añadido.




Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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