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Así es la empresa detrás de las placas solares flexibles que generan energía fotovoltaica incluso en el interior de un edificio

La compañía sueca Exeger se prepara para ampliar su producción tras la firma de nuevos acuerdos

Imagen en detalle de las células solares flexibles de Exeger. Imagen cedida por la empresa.
Imagen en detalle de las células solares flexibles de Exeger. Imagen cedida por la empresa.Exeger
Fernando Belinchón

La energía fotovoltaica atraviesa momentos paradójicos. De un lado, su crecimiento y éxito. Según los datos de la última instantánea de los mercados fotovoltaicos globales realizada por la Agencia Internacional de la Energía, España es el sexto país del mundo con más potencia solar instalada, con 37,6 Gigavatios. Esta potencia propició que el pasado mes de mayo, la fotovoltaica se convirtiera en la mayor fuente de energía de nuestro país al generar el 24% de la electricidad producida ese mes, así como el 27,6% de la consumida. De otro, la mala situación generalizada en España de las empresas dedicadas a ella. Un cúmulo de factores, entre los que destaca la forma variable en que se fijan, propició precios bajos de la luz que dieron un respiro a los consumidores y llevaron al límite a los inversores solares, si bien, el calor ha hecho que los precios vuelvan a repuntar. En este cambiante panorama de luces y sombras, hay una excepción si se mira al norte. La empresa sueca Exeger cuenta, al menos por ahora, con más de las primeras que de las segundas gracias a su especialización.

Dentro de las deslumbrantes cifras que ofrece la foto amplia de la energía solar, al poner el zoom, se aprecia cómo una serie de empresas están compitiendo por encontrar soluciones punteras. Además de los esfuerzos globales por hacer más eficientes las placas de silicio, diversas startups investigan las células fotovoltaicas basadas en perovskita, algo que sucede sobre todo en Japón. La perovskita es un material que permite la producción de células solares más eficientes que las tradicionales, pero tiene sus propios retos, como el que las células que lo usan contienen sustancias tóxicas o la dificultad para escalar la producción.

Luego, se encuentran las innovaciones de nicho. En Europa, principalmente dos compañías se afanan en el desarrollo de placas solares flexibles capaces de doblarse, una de estas soluciones pensadas para usos específicos. La alemana Heliatek y la sueca Exeger son las primeras espadas. La germana se dedica a instalarlas en exteriores, habiendo, por ejemplo, llevado sus tiras solares al puerto de Barcelona. La sueca tiene su negocio en integrarlas en pequeños dispositivos electrónicos como auriculares o cascos, dándoles la capacidad de funcionar sin preocuparse de recargar la batería al aprovechar que su producto es capaz de generar energía con la luz del interior de un edificio. En otras palabras. No hace falta enchufar el producto a la red para recargarlo.

En una demostración práctica en exclusiva a la que acudió este periódico en la fábrica de Exeger, situada a las afueras de Estocolmo, el consejero delegado y fundador de la compañía, Giovanni Fili, entró en detalles sobre su empresa y las células solares que han desarrollado. Fili explica que desde que se fundó en 2010, la compañía ha captado 200 millones de euros en financiación y que ha firmado acuerdos para llevar su tecnología a productos de firmas como Adidas o 3M. Usando la marca PowerFoyle para las células solares, el empresario asegura que el libro de pedidos pronto crecerá más al calor de pactos con más grandes empresas de las que se reserva el nombre. La fábrica, con maquinaria diseñada y fabricada por la propia Exeger, cuenta con un ala completamente lista para doblar el tamaño de la planta de producción ante los crecientes contratos y pedidos que han recibido. Las células solares salen de una especie de impresora. Posteriormente, son tratadas y recortadas a la medida de cada pedido por brazos robóticos. En el paso final, un departamento de calidad las pone a prueba y las deja listas para su entrega.

El fundador de Exeger, Giovanni Fili, sotiene los cascos 3M Peltor, el modelo que integra la célula solar de su empresa.
El fundador de Exeger, Giovanni Fili, sotiene los cascos 3M Peltor, el modelo que integra la célula solar de su empresa.Exeger

Tras la visita a la fábrica, en la mesa del despacho en el que tiene lugar el encuentro hay un casco de bicicleta, una maleta de cuero, dos auriculares -uno de ellos de Adidas- un casco protector auditivo con sistema de comunicación inalámbrico de 3M y un mando a distancia. Todos estos productos tienen integradas sus células solares flexibles. En la maleta de cuero, que cuenta con un usb para cargar otros dispositivos, no se aprecia que haya ninguna placa al estar camuflada en ella. “Parece cuero, pero es una placa solar. No necesitamos plata ni tampoco silicio. Nuestra célula solar tiene una conectividad 1.000 veces mayor que la de las células normales. Pueden estar en cualquier parte. Ni siquiera te das cuenta de que están ahí. Con esto eres mucho más independiente energéticamente”, arranca Fili.

Entre los usos, el directivo identifica tanto civiles como militares. “Trabajamos mucho con hogares inteligentes y sensórica para el internet de las cosas. Con dispositivos que usan nuestra energía pueden recogerse datos, procesarlos y enviarlos. Esto tiene mucho potencial a la hora de alimentar a una inteligencia artificial con datos, porque la IA necesita obtenerlos de forma ininterrumpida. No puedes estar cambiando la batería de millones de dispositivos cada dos por tres. Por eso nos hemos especializado en las áreas que hemos elegido”, revela.

Preguntado por qué no usan su tecnología para grandes plantas de generación, Fili admite que ni pueden ni pretenden competir con las placas de silicio de uso industrial. Para ilustrar el coste de su producto, pone el ejemplo del primer auricular que empezaron a vender. “Puede comprarse con la célula solar o sin ella. El precio aumenta 400 coronas al incluir la célula, unos 35 euros, y tienes un auricular inalámbrico que no tienes que recargar. Este producto se ha vendido mucho desde que lo lanzamos hace tres años”, añade.

Al describir cómo fue posible crear la empresa, el directivo habla de un viaje muy duro que solo ahora, casi 15 años después, empieza a dar frutos. “En los primeros años, no lográbamos obtener grandes pedidos”, reconoce. “Cuando explicábamos lo que hacíamos, no lo entendían. Si haces baterías de coche eléctrico puedes coger grandes cantidades de pedidos de antemano porque todos saben que una batería es una batería. En nuestro caso, teníamos que explicar que es una célula solar que funciona en interiores. ¿En interiores? ¿Qué quieres decir? Esa era la respuesta a menudo. Durante años fue muy complicado y de repente, funcionó. Y ahora estamos solos nosotros”, asevera.

Antes de llegar a este punto, Fili tuvo que lograr esos 200 millones que le permitieron hacer realidad la compañía. “Fue muy complicado. Una de las partes más complicadas”, rememora. Los inversores que pusieron dinero pasaron a ser copropietarios de Exeger. “Capital privado. Emprendedores. Familias muy grandes en Suecia. Familias con tradición industrial que han estado ayudándonos durante años. También el fondo de pensiones sueco invirtió. Pero en primer lugar fueron las familias”, detalla. En su opinión, el hecho de que entendieran las dificultades de montar una fábrica y que tuvieran la paciencia como para no esperar retornos hasta al menos 20 años después fue la ayuda clave que necesitaba. “Es una cuestión de confianza. Ellos creyeron en mí. El pasado otoño también obtuvimos apoyo del Banco Europeo de Inversiones. Una vez que llegaron los grandes contratos, nos lo brindaron en forma de préstamo. Ahora tenemos todo preparado para expandir nuestras instalaciones y aumentar la producción. Tenemos el dinero, tenemos la planta lista para ampliarse, tenemos los permisos necesarios. Ahora solo falta trabajar muy duro”, adelanta.

Según afirma Fili, esta empresa cimentada en su propia tecnología y que cuenta con alrededor de 300 patentes propias, ha tenido varios intentos de compra. “En múltiples ocasiones he recibido ofertas procedentes de todas partes del mundo. Del Este y del Oeste digamos. Algunos de ellos hicieron todo el camino culminándolo con una puja, otros se quedaron a medias y no llegaron a presentarla, pero ha habido un gran interés por parte de empresas industriales, de líderes en diferentes mercados, de inversiones privados e incluso de Gobiernos”, sostiene. De nuevo, evitando dar nombres concretos, el fundador describe como “ciertos Gobiernos” querían que trasladaran toda la empresa fuera de Suecia. “Nosotros estamos orgullosos de construir una nueva industria en Europa, y particularmente orgullosos de que sea en Suecia. Soy medio italiano, pero vivo aquí desde hace mucho. Aquí hay una gran tradición industrial con muchas grandes empresas que han dejado su huella en todo el mundo. Estamos orgullosos de tratar de seguir su camino”, concluye.

Por su parte, José Donoso, director general de la Unión Española Fotovoltaica, la principal asociación del sector de nuestro país, explica que, aunque la innovación sigue adelante a lo largo y ancho del sector, los precios bajos en la fotovoltaica tradicional han hecho que muchos esfuerzos hayan ido a otro tipo de soluciones como la de Exeger. “Aquí en España tenemos una empresa muy buena, Onyx Solar, que está en Ávila. Lo que hacen es fabricar paneles fotovoltaicos de colores o transparentes para edificios institucionales en los que importa la estética. Ahí lo importante no es el precio, si no, el resultado estético”, cuenta.

Sobre el destino de las placas solares flexibles, Donoso comenta que tienen sentido en el ámbito militar. “La flexibilidad en las células tiene aplicaciones de nicho. Yo tuve la ocasión de visitar el centro más importante de investigación fotovoltaica más importante de Estados Unidos en Denver, Colorado, y es un centro que prácticamente es de investigación militar. Hoy en día la electrónica es importantísima para los soldados. Drones, telecomunicaciones, un soldado no funciona si no está conectado a electricidad. La fotovoltaica flexible es muy interesante para eso. Tiendas de campaña con células solares, macutos, mochilas. Con estas células, te llevas la central eléctrica contigo. El coste no es tampoco lo más importante aquí, sino que lo fundamental es la aplicación”, argumenta.

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Sobre la firma

Fernando Belinchón
Madrid. 1994. Máster en periodismo económico por la Universidad Rey Juan Carlos. Redactor de la Mesa Web de CincoDías. En el periódico desde 2016.
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