El misterio (resuelto) de los tres gigas ausentes
La exclusión de los autoconsumos no conectados a la red explica la enorme brecha entre los datos de potencia instalada de REE y los del propio sector
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) difundió este lunes un informe esclarecedor sobre los todavía muchos puntos de mejora para que el autoconsumo alcance su verdadero potencial en el panorama energético español. El documento, profuso —76 páginas— y con mucha tela que cortar, incluía un dato hasta ahora desconocido: el primer cálculo de potencia instalada de Red Eléctrica de España (REE).
Las cifras del operador del sistema, publicadas por este diario, apuntaban a algo menos de 3,88 gigavatios de capacidad repartidos en medio millón de tejados de casas y empresas. Era, atención, casi la mitad de lo que tenía registrado hasta primavera la patronal fotovoltaica UNEF nutriéndose de datos de las propias empresas instaladoras. La diferencia entre ambos cálculos era tan abismal que elevó inmediatamente los interrogantes en el propio sector: de pronto, los 19 gigas que el Gobierno proyecta en su Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para 2030 —pasado mañana, como quien dice— quedaban a años luz. El objetivo, aunque no vinculante, quedaba más en el terreno de la quimera que en el de lo factible.
Como casi todos los interrogantes sin aparente salida, este también tiene solución. Lo explica Javier Lázaro, director técnico y de regulación de APPA Renovables, la mayor asociación sectorial: “Hay muchas instalaciones de gran potencia, en su mayoría industriales, que no están conectadas a la red para evitar el trámite de pedir el acceso. Y todas estas no entran en la estadística de REE, pero sí en la nuestra”, responde. Es la misma explicación que aporta José Donoso, director general de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), en cuyos datos —los famosos siete gigas— sí están incorporadas todas estas grandes instalaciones sin excedentes.
En los datos de Red Eléctrica no están, por tanto, contempladas las instalaciones sin excedentes, en las que —según los cálculos de la propia APPA— se está perdiendo año tras año casi la quinta parte de la generación de los paneles en el tejado. Una cantidad que podría inyectarse al sistema y que se está volatilizando por la ausencia de conexión. “Ya sea por burocracia o por falta de capacidad en algunos puntos de la red, sus paneles únicamente le sirven para cubrir parcialmente su demanda, sin opción de vender excedentes”, aquilatan desde el sector.
La industria fotovoltaica española lleva años reclamando una solución para evitar que se desperdicie energía limpia y barata. Una situación que se agrava los fines de semana y los festivos, cuando muchas empresas industriales o de servicios que tienen instalados paneles en la cubierta dejan de operar (o lo hacen a medio gas) y la electricidad que siguen generando se pierde por no tener conexión a la red. Un daño doble: para ellas mismas, que podrían obtener un notable rédito económico para amortizar así antes la inversión; y también para el resto de consumidores, que podrían abaratar su factura gracias a ese extra de generación solar, de largo la tecnología más barata del sistema.
El autoconsumo es un fenómeno relativamente reciente —que viene frenándose, por cierto, en los últimos meses—, pero son ya muchos años en los que no se ha hecho prácticamente nada para tratar de tener una base de datos homogénea que permita ajustar mejor la producción al minuto. Sorprende, por ejemplo, que siga siendo imposible conocer el agregado de generación de todos estos paneles, aunque solo sea los conectados, en tiempo real. Una información que sí tiene el usuario, que está a la vista de todos en el resto de tecnologías (eólica, fotovoltaica en suelo, nuclear, ciclos combinados...: no hay más que mirar la página web de REE) y que ayudaría y mucho a la propia Red Eléctrica a la hora de calcular la electricidad que será necesaria —y la oferta que habrá disponible— en cada tramo horario.
En el sector sorprende, también, lo farragoso que siguen siendo muchos procesos. “Aunque parezca raro, en pleno siglo XXI las comunidades tienen que pasar un archivo Excel al ministerio con las instalaciones que se han realizado en el año, lo que induce a errores. Es de locos”, resume una persona con conocimiento de causa. Es tan inconcebible ya el sistema eléctrico español sin el aporte del autoconsumo como que no haya datos fiables y actualizados. Sin estadísticas precisas de generación, insisten, es difícil afrontar los retos de futuro.
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