Arabia Saudí recaudará 11.000 millones con una nueva venta de acciones de Aramco
El Reino del Desierto necesita los recursos para reducir el déficit público y financiar el ingente plan de diversificación de su economía
Riad sigue su plan. Las autoridades saudíes han oficializado a última hora de la tarde de este jueves que venderán un nuevo paquete accionarial en la mayor petrolera del mundo, la estatal Aramco, para financiar su megalómano plan de inversiones para diversificar su economía. No será un gran porcentaje, apenas el 0,64%, pero la operación le dará un ingreso extraordinario de hasta 12.000 millones de dólares (11.000 millones de euros). El Reino del Desierto necesita dinero rápido, y colocar en el mercado paquetes accionariales del gigante fósil es la alternativa más fácil.
Arabia Saudí venderá 1.545 millones de acciones de Aramco por entre 26,7 y 29 de riales (entre 6,6 y 7,1 euros), reservándose una opción de incluir un monto adicional de títulos en la operación (una práctica conocida como green shoe). El precio final, siempre dentro de esa horquilla, se anunciará el viernes que viene. La petrolera es la quinta cotizada más valiosa del planeta, solo por detrás de Microsoft, Apple, Nvidia y Alphabet (Google), y una pieza clave en el complicado engranaje financiero saudí. Sus acciones arrastran una caída del 12% desde el pasado 1 de enero.
Saudi Aramco cotiza en la Bolsa de Riad desde finales de 2019, justo antes de que la pandemia cambiase por completo el paradigma energético. Con aquella operación, que afectaba únicamente al 1,5% del capital de la petrolera, logró recaudar 29.400 millones de dólares (27.100 millones de euros).
Las previsiones saudíes pasan por un déficit fiscal de 21.000 millones de dólares este año, alrededor del 2% de su PIB. Para equilibrar sus cuentas, el Reino del Desierto necesita, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), que el barril de petróleo ronde los 100 dólares, lejos de los algo más de 80 a los que cotiza hoy. Arabia Saudí es el mayor exportador de crudo del planeta y el líder de facto del cartel de la OPEP, enfrascado desde hace años en un recorte continuo de su producción para elevar artificialmente el precio.
A principios de mayo, Aramco —arrastrado por el Estado saudí, como accionista prácticamente único— anunció un aumento del dividendo hasta dejarlo en algo más de 124.000 millones de dólares en 2024. Todo, pese a la estabilización —e incluso ligero decremento— de sus principales líneas de negocio—. El objetivo de este mayor dividendo es, de nuevo, tanto reducir el desequilibrio fiscal como financiar el ingente plan de diversificación Vision 2030, que va desde el coche eléctrico hasta las competiciones deportivas pasando por una nueva aerolínea de bandera o por convertir al país en un destino turístico. Exactamente lo mismo que hacen desde hace años sus vecinos emiratíes y cataríes.
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