Gotham vuelve a la carga contra Grifols: le acusa de desviar 266 millones a Scranton

El inversor bajista analiza en un nuevo informe los vínculos de la compañía de hemoderivados y su filial Biotest

FILE PHOTO: The logo of the Spanish pharmaceuticals company Grifols is pictured on theirs facilities in Parets del Valles, north of Barcelona, Spain, January 9, 2024. REUTERS/Albert Gea/File PhotoAlbert Gea (REUTERS)

Gotham City vuelve a la carga contra Grifols. El inversor bajista analiza en un nuevo informe los vínculos de la filial Biotest con la compañía española de hemoderivados y con su accionista Scranton. En concreto, alerta sobre el pago de un dividendo de Biotest a Scranton de 266 millones que, en su opinión, supone un desvío de fondos incorrecto a su accionista. Las acciones de Grifols caen un 2,5% en Bolsa tras conocerse la noticia.

Grifols compró Biotest, junto a la alemana Hamea, en 2028 y en ese mismo año transfirió por 245 millones esta sociedad a su accionista Scranton, un vehículo holandés vinculado a la familia fundadora y otros directivos del grupo y que tiene un 8,6% del grupo. Esta transacción ya estuvo bajo el foco de Gotham en su primer informe, dado que acusó a Grifols de consolidar en sus cuentas esta sociedad pese a no ser el dueño de sus acciones, en base a un derecho de compra que retiene. Esto, en opinión del inversor estadounidense, era parte de una estrategia de la compañía para maquillar sus cuentas, al inflar el ebitda y reducir la deuda artificialmente. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) realizó una investigación a Grifols que, aunque validó su contabilidad, afeó “deficiencias relevates” en las cuentas y pidió modificar el cálculo del ebitda y del endeudamiento. La SEC realiza su propia investigación.

En esta ocasión Gotham, pone los ojos en un dividendo de 266 millones que Biotest pagó a Scranton el año pasado, según desveló en su último informe anual. En lugar de pagar este dividendo, que supera el valor de la sociedad, en dinero en efectivo, el pago ha supuesto la cancelación de préstamos previos de Biotest a Scranton, que en opinión de Gotham nunca iban a ser pagados por la sociedad holandesa. El único cliente de Biotest y el que aporta todo su negocio es Grifols.

El informe también extiende la duda sobre que Grifols es la fuente que da el dinero a Biotest para que esta se lo preste a Scranton. Por lo que, al cancelar los préstamos con un dividendo de Biotest a Scranton, Grifols nunca recuperaría el dinero.

“Creemos que toda esta suma ha sido transferida de los accionistas de Grifols para beneficio de los accionistas de Scranton. En efecto, dando la apariencia de ser transferidos incorrectamente”, sostiene este nuevo informe. También apunta que la transacción supone un menoscabo para los miembros de la familia Grifols que no están presentes en Scranton y supone “un fallo total en Gobierno Corporativo”, dado que algunos accionistas de Scranton están presentes también en el consejo de administración de Grifols.

En concreto, el fondo estadounidense pone el foco en la figura de Tomás Dagá, consejero de Grifols, accionista de Scranton y socio de Osborne Clarke, bufete de abogados de referencia de Grifols. Gotham defiende que Dagá fue apartado de la comisión de auditoría de Grifols en abril por las presiones de Nasdaq, al incumplir sus estándares de Gobierno corporativo.

Este nuevo informe también se refiere a la posibilidad de que Grifols ejerza su derecho de compra tanto de Biotest como de Haema (la otra sociedad con la que ejecutó la misma operación) y adquiera de Scranton ambas sociedades, tal y como explicaron el presidente ejecutivo, Thomas Glanzman, y el nuevo consejero delegado, Nacho Abia, en una entrevista con La Vanguardia. En opinión de Gotham City esto provocaría “una destrucción de valor irreparable” para el accionista.

El informe apunta a la existencia de importes que Haema y Biotest deben a Grifols. Ejecutar esa opción de compra por Grifols le puede hacer perder esas cantidades, que el informe no cuantifica, y hace que Scranton se quede con ellas sin devolvérselas nunca. “Esto significa que el consejo de Grifols debe ser muy cuidadoso con cómo ejecutar esta transacción, por lo que deben preservar el valor de estas deudas de Scranton a Grifols y no deben dejarlas desaparecer cuando ejerciten la opción de compra”, avisa el documento.

El fondo apunta además a la volatilidad en los ingresos de Biotest, que cuestiona en un negocio con un único cliente a un coste fijo más un margen. Cuestiona también el alza en el beneficio de la compañía desde que la adquirió Grifols y este se la traspasó a Scranton, de 19 a 68 millones, con un margen que ha pasado del 8% al 27%. Pone el acento también en una reducción del balance de 2021 en 100 millones, reexpresado en las cuentas de 2022 de Grifols, que la compañía no justifica.

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