Sam Altman regresa como consejero delegado de OpenAI

La compañía renueva el consejo, que estará presidido por Bret Taylor, junto a Larry Summers y Adam D’Angelo

Sam Altman, CEO de OpenAICARLOS BARRIA (REUTERS)

Nueva vuelta de tuerca en el culebrón de OpenAI. La empresa de inteligencia artificial ha alcanzado un principio de acuerdo para la vuelta de Sam Altman como consejero delegado, cinco días después de su destitución. Con el regreso del cofundador de la compañía se pone fin a días de frenéticas negociaciones e intentos de varias partes de enderezar una situación caótica de gobernanza que ha llegado a cuestionar el futuro de la startup creadora de la aplicación de chatbot ChatGPT.

Además del regreso de Altman y del hasta el viernes presidente de la junta, Greg Brockman, la empresa acordó cambios en el consejo de administración que les había despedido y cesado en el cargo, respectivamente, después de que la anterior despertara la ira de los inversores de OpenAI (Microsoft, Sequoia, Tiger Global y Thrive Capital, entre otros). El ex co director de Salesforce, Bret Taylor, será presidente. El directivo fue co creador de Google Maps y ha trabajado en Facebook y Twitter. A el se le unirán Larry Summers, economista, profesor emérito de Harvard y ex secretario del Tesoro de EE UU, y el CEO de la red social Quora, Adam D’Angelo. Aún no está claro si el resto de consejeros que no tienen acciones en OpenAI seguirán en sus puestos, o si Microsoft, propietario del 49%, tendrá sus propios asientos. “Estamos trabajando para aclarar los detalles. Gracias por la paciencia”, ha escrito OpenAI en una publicación en X (anteriormente Twitter. “OpenAI no es nada sin su equipo”, ha añadido.

Este consejo de administración puede que no sea el definitivo, según fuentes conocedoras citadas por Bloomberg. Su principal prioridad será elegir hasta nueve nuevos consejeros, después de que la junta haya demostrado ser un importante punto de fricción a lo largo de las negociaciones, y las partes aún están determinando qué miembros permanecerán en el nuevo consejo. Altman acordó no formar parte del mismo de momento para poder cerrar el acuerdo, han añadido las mismas fuentes.

Tras conocerse la noticia, Altman aseguró que “con la nueva junta y el apoyo de Satya [Satya Nadella, consejero delegado de Microsoft], estoy deseando volver a OpenAI, y construir sobre nuestra sólida asociación con Microsoft”. “Me encanta OpenAI, y todo lo que he hecho en los últimos días ha sido para mantener unido a este equipo y su misión. Cuando decidí unirme a Microsoft el domingo por la tarde, estaba claro que era el mejor camino para mí y para el equipo”, declaró en la red social X.

El primer ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella, acogió con satisfacción los cambios. “Los cambios realizados nos parecen alentadores. Creemos que este es un primer paso esencial en el camino hacia una situación más estable, una gobernanza más estable, mejor informada y más eficaz”, afirmó.

Su vuelta culmina un fin de semana de sacudidas en el que Altman fue despedido el viernes, al considerar el consejo que había perdido su “confianza”. El domingo, Altman estaba de regreso en las oficinas de OpenAI esperando su nombramiento, cuando el consejo sorprendió nuevamente al nombrar al exjefe de Twitch, Emmett Shear, como director ejecutivo interino. Ese mismo día, Microsoft anunció el fichaje de Altman para dirigir allí un nuevo equipo de investigación.

Tras los bandazos y destituciones, la mayoría de los 770 trabajadores de OpenAI habían amenazado con dimitir y seguir a su ex consejero delegado, a menos que el consejo dimitiera y restituyera a Altman y Brockman. A lo largo del fin de semana, el director científico y cofundador de la startup, Ilya Sutskever, fue señalado como el culpable de convencer a los otros miembros del consejo de los riesgos que el rápido desarrollo de OpenAI podría suponer para la empresa, dejando a la vista una crisis profunda dentro de la compañía, que por un momento pareció amenazar su existencia.

El consejo de administración que despidió a Altman estaba formado por Sutskever, la empresaria tecnológica Tasha McCauley y Helen Toner, del Centro de Seguridad y Tecnología Emergente de la Universidad de Georgetown. De momento, y solo D’Angelo permanece en su puesto, según el comunicado de OpenAI.

Emmett Shear, cofundador de Twitch, que fue designado el pasado domingo como CEO interino, ha asegurado estar “profundamente satisfecho” con un resultado “que maximizó la seguridad además de hacer lo correcto por y para todas las partes interesadas involucradas”.

El fundador de Thrive Capital, Josh Kushner, se ha sumado como inversor a la opinión de Nadella: “Creemos que este es el mejor resultado para la empresa, sus empleados, aquellos que desarrollan sus tecnologías y el mundo en general”.

OpenAI, que supuestamente tiene planteada la venta de acciones de los empleados a inversores por una valoración de 86.000 millones de dólares, se ha convertido en la startups más popular del planeta tras el lanzamiento de ChatGPT a finales de 2022. La compañía ya suma 100 millones de usuarios activos semanales. Altman la ha liderado desde 2019. A diferencia de otras startups de Silicon Valley, OpenAI tiene una estructura atípica, pues forma parte de una organización sin ánimo de lucro que se creó en 2015. En su equipo fundador también estaban el cofundador de LinkedIn, Reid Hoffman, y el CEO de Tesla, Elon Musk.

El despido de Altman el pasado sábado fue comparado con el de Steve Jobs. El cofundador de Apple fue destituido como CEO por el consejo de administración de la compañía de la manzana en 1985. Algunos inversores de startups como Ron Conway aseguraron que lo sucedido en OpenAI el viernes era “impactante e irresponsable”. Jobs tardó 12 años en volver a Apple, y lo hizo por la puerta grande con el lanzamiento del iPhone y convirtiendo a la empresa en la más valiosa del mundo. Altman lo ha hecho en 5 días.

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