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Empresas Vintage

Apple I, el ordenador que nació en un garaje

Jobs, el “gran visionario” y Apple, la gran reinventora de conceptos Apple, posiblemente la marca más universal desde la milagrosa Coca-Cola

Hace unas semanas un coleccionista de productos de tecnología vintage pagó 303.339 euros por un ordenador en una subasta de la casa Christie’s. Se trataba de una máquina casi artesanal, mítica en la historia de la informática personal: un Apple I, el primer ordenador creado en 1976 por Steve Jobs y Steve Wozniak, cofundadores de Apple, en el garaje familiar del primero, en Palo Alto (California). Un garaje reconvertido en sede inicial del actual gigante tecnológico, cuya leyenda nació cuando Jobs vendió su Volkswagen Westfalia y Wozniak su calculadora HP-65 para financiar sus inicios.

Han pasado 37 años y aunque esa pieza subastada y que el propio Wozniak ensambló con sus manos está muy lejos de los dispositivos actuales, permite descubrir el origen de una empresa que ha sido capaz de reinventarse en varias ocasiones y revolucionar simultáneamente varias industrias. Lo hizo en los años setenta con la informática personal, hace una década con la música, en 2007 con la telefonía móvil y ya en 2010, con las tabletas.

Cronología

1976. En el garaje de los padres de Steve Jobs se gesta Apple, una de las empresas con mayor valor en Bolsa y uno de los referentes más icónicos en el mundo empresarial. Arrancaron con un ordenador muy rudimentario, el Apple I, pero que fue el germen del mítico Macintosh. Apple no estaba sola en el empeño de crear el primer ordenador personal. Otras empresas como Xerox, Atari, Commodore o IBM lanzaron sus ingenios.

1984. Apple presenta el primer Macintosh. El Mac 128. Una revolución para la época, pues Jobs, en su obsesión por hacer sencilla para el usuario la tecnología, fue uno de los primeros en explotar la interfaz gráfica (las ventanas y el ratón con los que ahora se manejan los ordenadores).

1985. Jobs deja Apple. Los enfrentamientos con John Sculley, que había tomado los mandos de la compañía en 1983, en plena rivalidad con IBM y otros fabricantes de PC, le obligan a ello.

1996. Una Apple en crisis compra NeXT, la empresa que creó Jobs al salir de su antigua compañía, y el cofundador de Apple vuelve a casa. En 1998 lanzan el iMac, el primer ordenador que integraba monitor y CPU, y los beneficios volvieron a la empresa.

2001. Apple presenta su reproductor de música iPod, un equipo donde cabía toda la discografía. En 2003 estrena su tienda iTunes. Una suma que le dio un éxito mundial.

2007. Sale al mercado el primer iPhone. En el primer fin de semana se vendieron medio millón de terminales. Apple logró, con una campaña de marketing espectacular, colarlo como el artefacto tecnológico con un arranque de ventas más fulgurante.

2010. Llega la última creación de Jobs, el iPad, una tableta multimedia. La última aparición del fundador de Apple en una presentación de su compañía fue en la del segundo modelo del iPad, en marzo de 2011.

2011. Apple pasa a manos de Tim Cook tras la muerte del cofundador. Muchos temen que la falta de Jobs limite la genialidad de la firma, pero hace falta más tiempo para saberlo.

Pero antes de llegar aquí, Apple, posiblemente la marca más universal desde la milagrosa Coca-Cola, estuvo años centrada en los ordenadores. Y tres de sus ingenios han marcado tanto la historia de la informática como las tres grandes etapas de la compañía de la manzana, hasta que entró en nuevos negocios.

El primero fue el Apple I, con el que nació la empresa y del que se calculan vendió 200 a razón de 500 euros la unidad. Han sobrevivido 46 y media docena estarían aún en condiciones de trabajar. Los cofundadores de Apple convencieron a Paul Terrell, propietario de la cadena Byte Shop, de que vendiera en sus tiendas el Apple I y este les pidió 50 ya ensamblados y no en kit de bricolaje, algo habitual en los primeros ordenadores personales. Habían puesto la semilla de los futuros Mac.

Pronto surgieron otros modelos, como el Apple II, en abril de 1977, que fue el ordenador más vendido de los setenta y llevó a Apple a convertirse en la compañía de más rápido crecimiento de EE UU. En 1983 facturaba 2.000 millones de dólares, muy lejos, eso sí, de los 156.508 millones de su último ejercicio.

Aunque aún faltaba un año para que el primer Macintosh saltara a escena, el impacto del Apple II, sumado al PC de IBM, lanzado en 1981, fue tal que la revista Time, en su portada del 3 de enero de 1983, nombró al ordenador personal “Persona del año” de 1982. Fue la primera vez que la revista otorgaba ese reconocimiento a un objeto inanimado.

El segundo hito de la marca fue el Mac 128, lanzado en 1984. Para muchos, el primer ordenador personal de verdad, el primero dirigido a las personas, porque era fácil de usar. Fue el primero en estrenar ventanas, iconos, menús desplegables, ratón... Se sacaba de la caja, se enchufaba y listo. Pero algo cambió el rumbo de la empresa. Jobs, presionado por IBM y sus clones (ayudados por Microsoft), entendió la necesidad de fichar un gestor y convenció a John Sculley, entonces presidente de Pepsi Cola, para que dirigiera la empresa. Pero los crecientes desencuentros entre ellos obligaron a Jobs a dejar la compañía en 1985. Desde su marcha, Apple cayó en picado, con numerosas pérdidas y despidos. Para colmo, IBM sustituyó su viejo sistema operativo DOS por Windows, con el look del Macintosh. Un duro golpe para Apple. Mientras esta se negaba a dar licencias de su producto y agonizaba, los clónicos de IBM, con Windows en su interior, se vendían en todo el mundo.

La compañía no se recuperó hasta que Jobs volvió de nuevo como alma máter de la marca. Regresó en 1997 e impulsó otra de sus etapas doradas, con el lanzamiento en 1998 del famoso iMac, el tercer ordenador clave para Apple. Este supuso la vuelta a beneficios de la firma. Era un ordenador ergonómico, con carcasa azul transparente, que dijo adiós a los clásicos floppy disc y a los puertos series en favor de la conectividad Ethernet y USB. Se vendieron millones.

A partir de ahí, Jobs –el carismático y controvertido fundador de esta compañía, una de las más valiosas de la industria tecnológica– comenzó a explorar otros sectores:se abría el camino al iPod, al iPhone y al iPad, tres de los productos más exitosos de la historia que, de la mano de otros dos inventos (sus tiendas iTunes y App Store), transformaron el negocio de la música, la telefonía móvil y la informática. El primer iPod llegó en 2001, el iPhone en 2007 y el primer iPad en 2010. Quedaba inaugurada una nueva era de gadgets con pantallas táctiles y un conjunto de servicios asociados que han revolucionado la forma en la que se consumen los contenidos. Jobs, ese que logró que sus clientes amaran los productos de Apple, ha pasado a la historia como el “gran visionario” y Apple, como la gran reinventora de conceptos.

Del rudimentario computador al ordenador profesional del futuro

Han pasado 37 años desde que se lanzara el mítico y rudimentario Apple I y la compañía de la manzana sigue buscando fórmulas que le permitan seguir revolucionando la industria de la informática personal y profesional. Es cierto que hoy Apple es m<eás que nunca una empresa de móviles y tabletas y que las ventas de Mac han caído en el último trimestre (se vendieron 3,8 millones de unidades), aunque menos que la media de PC, pero Apple sigue ideando nuevas máquinas. En su última presentación de productos el pasado junio, Tim Cook, al frente de la compañía desde que muriera Jobs, sorprendió con un ordenador de diseño redondeado. Su aspecto futurista esconde en su interior un potente procesador de Intel de 12 núcleos y gráficas de tercera generación.

Se llama Mac Pro y saldrá a final de año. Aún se desconocen los detalles, incluso si será tan relevante para la compañía como lo fueron en su día el Apple I, el Mac 128 o el iMac. De momento, se sabe que esta máquina, que recuerda en aspecto a una papelera, será capaz de manejar tres señales simultáneas de ultraalta definición para tres pantallas distintas.

Más allá de este ordenador, que parece sacado de una película de ciencia ficción, hay rumores constantes que apuntan a que Apple busca irrumpir en nuevos sectores. Concretamente, se dice que podría intentar reinventar los relojes de pulsera con un iWatch made in Apple, y también los televisores. La nueva Apple, presionada por nuevos rivales como Google, Samsung o Amazon, buscaría obtener un éxito de lanzamiento comparable a lo que fue en su día el iPod, el iPhone o el iPad, provocando de nuevo un verdadero cambio de concepto de un dispositivo. Apple, que lleva desde 2010 sin lanzar un producto rompedor (pese a seguir vendiendo iPhone e iPad como churros) necesita otro invento mágico.

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