El Gobierno reclama a la banca más celeridad con las ayudas a los hipotecados en apuros

El secretario de Estado de Economía dice no entender las quejas sobre el impuesto al sector: “Me extraña que sigamos en el debate”

Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno en funciones, el pasado viernes en Madrid.Rodrigo Jiménez (EFE)

El Ejecutivo en funciones ha aprovechado la celebración de un foro financiero, en plenas negociaciones para la formación de un nuevo Gobierno, para exigir a la banca un esfuerzo más en distintas vías. El encargado de enmendar al sector ha sido Gonzalo García Andrés, secretario de Estado de Economía, que ha reclamado a las entidades que “extremen la diligencia” y aceleren en la concesión de ayudas a las familias endeudadas a tipo variable en apuros mediante el Código de Buenas Prácticas. “Es fundamental que el código se aplique bien y que las familias que lo necesiten lo puedan tener”, ha dicho este miércoles García Andrés durante su intervención en un foro organizado por Deloitte y el diario ABC, en Madrid.

“Quiero aprovechar para pedir al sector bancario que extreme la diligencia en el tratamiento de estas operaciones”, ha incidido el secretario de Estado. Esta petición del ministerio que dirige la vicepresidenta Nadia Calviño llega solo una semana después de la presentación del último Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España, en el que se cifraba en 42.000 las solicitudes recibidas por el sector, de las que la mitad siguen pendientes de tramitar. Además, un 40% de las peticiones han sido rechazadas. Y solo un 10%, unas 4.200 solicitudes, han resultado beneficiadas.

En esta tesitura, el Gobierno sostiene que las familias están aguantando mejor de lo previsto gracias a la resistencia del empleo y de la economía. Pese a ello, Calviño aseguró este martes en el Senado que se reunirá lo antes posible con la banca para ampliar las medidas del Código de Buenas Prácticas acordadas hace ahora un año para poder socorrer a un mayor número de hogares. “En cuanto se forme el Gobierno, que espero que sea muy pronto, convocaremos una mesa con los bancos”, afirmó la vicepresidenta.

En la última reunión del Ejecutivo con el sector financiero antes de las elecciones generales ya se abordó la posibilidad de ampliar este escudo protector. Sin embargo, se retrasó la posibilidad para dar tiempo a desarrollarse el protocolo al completo, aunque el resultado va a quedar muy lejos de lo esperado por Economía. El Gobierno calculó al presentar el pacto que este escudo social beneficiaría a hasta un millón de familias endeudadas. Poco después, el Banco de España rebajó esta cifra: si se toman los datos históricos de adhesión a este tipo de protocolos del supervisor, llegaría de forma efectiva solo a cerca de 200.000 familias. Y por el momento incluso este número más conservador parece elevado.

Impuesto temporal o permanente

Por otro lado, el secretario de Estado ha afeado las quejas del sector sobre el impuesto: “Después del resultado de los bancos y energéticas, me extraña que sigamos en el debate”, ha dicho García Andrés en un auditorio repleto de representantes de las grandes entidades del país. Entre enero y septiembre, los seis grupos cotizados —Banco Santander, BBVA, CaixaBank, Banco Sabadell, Bankinter y Unicaja— han ganado casi 20.000 millones de euros. En concreto, la cifra asciende a 19.761,3 millones de euros, un 23,6% más, y una cantidad ya cercana al dato cosechado durante 2022 en su conjunto.

Estas ganancias milmillonarias avivan el debate sobre la idoneidad del impuesto extraordinario al sector y su posible alargue más allá de 2024, como ya ha pactado PSOE y Sumar. Aunque para ello el nuevo Gobierno deberá rehacerlo, ya que ahora es temporal y justificado por una situación extraordinaria. “El diseño del impuesto es muy mejorable”, ha asegurado Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, en su intervención en el foro. Y ha incidido en que hay una parte de la rentabilidad actual del sector que “no va a ser permanente”.

Sobre el gravamen extraordinario también se ha pronunciado José Manuel Campa, presidente de la Autoridad Bancaria Europea. En su caso, de forma escueta, ha asegurado que existe una diferencia clara entre la alta rentabilidad de la banca percibida por la sociedad y lo que consideran los inversores, que parecen opinar lo contrario. Como ejemplo, la banca española, excepto Bankinter, cotiza con descuento sobre su valor en libro.

La guerra por el pasivo que no llega

Otra de las cuestiones en las que ha abundado García Andrés ha sido la escasa remuneración del ahorro de las familias. Sobre este punto, el secretario de Estado tampoco entiende que el sector asegure que no existe presión para que se les remunere más cuando hay 20.000 millones que se han movido a letras del Tesoro. “Las familias queremos tener mejores remuneraciones, hemos visto movimientos, pero todavía no en el nivel de otros países”, reconoció García Andrés.

Si se compara la remuneración de la banca española con otros países de la zona euro, las entidades nacionales están claramente por debajo de la media: según las cifras del BCE, en España ofrecieron en septiembre un 2,33% de retribución en los depósitos a plazo de hasta un año de las familias, casi un 25% menos de la media de la Eurozona (3,09%). Y queda así todavía más lejos de otros países como Francia (3,66%), Italia (3,54%) o Alemania (3,22%).

Los principales ejecutivos del sector han reconocido hace solo unas semanas en la presentación de resultados del tercer trimestre que el encarecimiento de los depósitos está yendo más lento de lo esperado y que no esperan que eso cambie en el corto plazo. Pese a ello, en la primera jornada del foro ya hubo voces que anunciaban un cambio de tendencia. “Esto va a más y estoy segura de que dentro de unos meses dejaremos de hablar [de esto] porque estaremos remunerando ya”, aseguró este martes María Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter.

Estas palabras llegaron poco después de que Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, reclamase en el mismo foro que la política monetaria se traslade tanto a los préstamos como al ahorro. “Cuando subimos los tipos de interés, lo hacemos para que tenga un reflejo en el activo y el pasivo”, dijo Guindos.

Esta falta de retribución por el ahorro es otra de las cuestiones que preocupaba al Gobierno. Como ejemplo, en la reunión previa a las elecciones generales con el sector financiero ya anunció el encargo a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) de una investigación sobre “si hay factores que estén afectando a los incentivos de la banca para remunerar los depósitos”, con la colaboración del Banco de España. Un análisis del que todavía no se conocen datos. “Hemos encargado el estudio a Competencia y después, eventualmente, veremos si es necesario algún cambio legislativo”, dijo Calviño a finales de junio.

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