Alarma en Siemens Gamesa por miles de empleos en peligro y ocho fábricas en el aire
La compañía afronta un mes clave para definir su futuro. La matriz, Siemens Energy, presenta resultados el día 15 y tiene una gran cita con los analistas el 21
Siemens Gamesa (SG) afronta un mes clave para su futuro. En primer lugar, su accionista al 100% Siemens Energy (SE) presentará el próximo día 15 y a primera hora de la mañana los resultados de 2023 (cierra el ejercicio al 30 de septiembre). El balance consolidado se verá afectado por las pérdidas de su filial eólica, por lo que SE pudiera contabilizar unos números rojos superiores a los 4.500 millones. Una cifra barajada por los analistas en varias ocasiones en los últimos días y que no ha sido desmentida desde el grupo alemán.
Tras la comunicación a Bolsa, Christian Bruch y Maria Ferraro, director general y directora financiera de SE, respectivamente, explicarán las cifras a los medios de comunicación en el centro Gaszählerwerksttatt de Múnich. En vez de optar por su sede corporativa en la ciudad alemana, el grupo participado al 25,1% por Siemens ha elegido un edificio ubicado al norte Múnich. Quiere mostrar que sus negocios van más allá del sector eólico. Porque el lugar de la cita fue un antiguo taller de contadores de gas. Los negocios relacionados con esta materia prima y con los bienes de equipo del sector eléctrico aportan la mayoría de los ingresos de SE y siguen en rentabilidad, insuficiente para contrarrestar las pérdidas del fabricante de aerogeneradores.
Los sindicatos aguardan con más expectación otro evento de este mes. El del día 21, cuando los responsables de SE tendrán un encuentro con los analistas. Aquí pudieran producirse novedades en relación con más destrucción de empleo y cierre de plantas.
El Plan Mistral que puso en marcha Jochen Eickholt, consejero delegado de SG, supuso una reconversión de la empresa eólica con 2.900 despidos, 352 de ellos en España, que parece que no ha sido suficiente.
El pasado viernes, representantes de las centrales CCOO, UGT, ELA y LAB expresaron que la crisis de SG puede poner en peligro miles de empleos en España, donde cuenta con 4.600 trabajadores y ha puesto a la venta hace más de un año sus ocho fábricas de componentes para turbinas terrestres. La oferta ha interesado a algunas corporaciones, entre ellas ABB, pero todavía no se ha cerrado operación alguna.
La de las turbinas terrestres es la división más deficitaria, aunque la eólica marina también arrastra dificultades por un fuerte recorte de márgenes en unos proyectos que exigen una inversión previa de miles de millones.
Los sindicatos esperan un nuevo y “duro plan de ajuste”, en medio de una “inmensa incertidumbre” y tras las 352 bajas del Plan Mistral, solucionadas por vías no traumáticas, como las bajas voluntarias y las prejubilaciones. Parte de este colectivo ha logrado recolocarse en otras áreas del grupo en el país.
En siete comunidades autónomas
En el ámbito industrial, la presencia de SG se extiende por siete comunidades autónomas. Desde Euskadi a Navarra, pasando por Madrid, Castilla y León, y hasta Galicia, Valencia y Cantabria.
Una red fabril que se gestiona desde Múnich, pero también en parte desde los centros de oficinas en Zamudio (Bizkaia), donde tiene su sede, Sarriguren (Navarra) y Madrid. La filial Gearbox de SG produce multiplicadores en cinco plantas repartidas por Euskadi, Burgos y Galicia. Otra participada, Gamesa Electric, también fabrica componentes para turbinas en tres centros en Madrid, Valencia y Cantabria. Por último, SG realiza el montaje de estos equipos en sus instalaciones de Agreda (Soria). Es el único centro de España que no ha puesto a la venta. Todo un aviso para los suministradores que pudieran hacerse cargo de las otras ocho plantas y así estrechar sus lazos con el grupo eólico.
Porque el protagonismo de Siemens Gamesa como cliente tampoco es baladí. En España realiza compras por importe de 1.400 millones al año a 3.000 proveedores nacionales.
La transición energética estaba llamada a impulsar la generación renovable, y en concreto la eólica, pero algo está fallando en la cadena industrial. La UE ha apoyado recientemente un plan de ayudas al sector de 1.400 millones. Bruselas y las empresas temen que a este paso China acapare la producción mundial de aerogeneradores, como pasó con las placas solares.
Además de los problemas que también hunden en las pérdidas a su competidor Vestas, SG tiene en contra el fiasco propio del lanzamiento de la turbina terrestre 5.X, que ha dado lugar a una batería de indemnizaciones a los clientes, a los que ha venido 200 unidades antes de interrumpir las entregas. Este fallido reducirá los ingresos en 1.000 millones como mínimo, a la espera de los datos al cierre de 2023.
Subastas
El sector clama por una nueva fórmula de subastas, no solo referida al precio, sino también al valor de la sostenibilidad. Las eléctricas que ganan estos concursos luego aprietan en precio a los proveedores como SG, que no consiguen trasladar a estos clientes la inflación de las materias primas y de las tarifas logísticas, entre otros costes al alza.
Las propias operadoras, como Iberdrola y Orsted, se están retirando de proyectos off shore porque no ven su rentabilidad a medio y largo plazo. Pero el mercado, en teoría, sigue demandando más generación eólica. En su vertiente terrestre, hasta una nueva producción de 250 GW en los próximos diez años. Y en off shore mucho más. Solo Iberdrola espera invertir 10.000 millones en este ámbito.
Recuperación en Bolsa
Siemens Energy está recuperando terreno tras la fuerte caída en Bolsa el pasado 26 de octubre, cuando se desplomó un 35,49% al admitir que había pedido ayuda al Gobierno alemán. Para que avalara gran parte de un plan de financiación de 16.000 millones. El presidente de SG, Joe Kaeser, enderezó la situación al aclarar que no necesitaba el dinero del Ejecutivo de Berlín pero sí su citado apoyo como avalista.
Durante toda la semana pasada, la cotización subió continuamente y el viernes registró un aumento del 8,70%, para situar la cotización en los 9,55 euros por título, lejos de la pérdida del soporte de 7 euros que sufrió en esa jornada del 26 de octubre. Pero lleva todo el año con caídas, por las malas noticias.
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