Unicaja convoca al consejo para elegir a su nuevo consejero delegado

La entidad malagueña ganó 148 millones entre enero y junio, un 13% menos afectado por la tasa temporal

Exterior de una de las sedes de Unicaja.

Unicaja ganó en el primer semestre del año 148 millones de euros, un 12,9% menos que en el mismo periodo de 2022, según ha comunicado este jueves a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Un retroceso que se explica por el abono del impuesto extraordinario (la entidad pagó en el primer trimestre los 63,8 millones que le correspondían por el ejercicio pasado). Sin la tasa, el alza de las ganancias habría sido del 24,6%. De hecho, el negocio del grupo malagueño crece, al igual que el resto del sector financiero, al recuperar ingresos recurrentes bancarios por la nueva política monetaria. Los mercados han recibido estos números con una subida del 4,59% en la sesión de Bolsa.

Estos resultados llegan en un momento complicado con la crisis de gobernanza del banco, a la que Unicaja prevé dar carpetazo definitivo en los próximos días. De hecho, ya ha convocado al consejo para nombrar a su nuevo consejero delegado este viernes o, a lo sumo, el próximo lunes, según fuentes conocedoras del proceso. Otras fuentes internas, que han vivido múltiples vaivenes en los últimos años, no descartan que se pueda demorar, aunque el relevo parece inminente.

Así, se resolverá un asunto enquistado y Unicaja tendrá nuevo consejero delegado casi dos meses después del cese de Manuel Menéndez. Y se cerrará así un periodo de dos años de lucha de poder interna tras la fusión con Liberbank. Fuentes oficiales de la entidad, a preguntas de este diario, han preferido no hacer comentarios al estar el proceso todavía abierto. La última comunicación de Unicaja a la CNMV al respecto, de hace una semana, decía que la comisión de nombramientos y el consejo continúan con el proceso para esta designación. Entre las alternativas que están sobre la mesa hay al menos tres candidatos internos (Isidro Rubiales, adjunto al presidente, Manuel Azuaga, que deberá dejar sus funciones ejecutivas; Pablo González, director financiero, y Jesús Ruano, adjunto a Menéndez) y uno externo (José Sevilla, ex consejero delegado de Bankia), según fuentes conocedoras de los trabajos de búsqueda.

Con este nombramiento, que quedará a expensas del visto bueno del Banco Central Europeo (BCE), se allanará el camino de Unicaja. “Esperamos que cuando se resuelva todo, la dirección se centre solo en el negocio y seguro que mejoran los resultados”, explican fuentes internas. Sobre esta cuestión, un informe de la división de banca de inversión del Santander recoge precisamente que esa lucha de poder interna “ha afectado la rentabilidad del banco”. Al cierre de la crisis de gobernanza también ayuda la recomposición del consejo de administración tras la última junta: en las últimas semanas se nombró a Inés Guzmán, Nuria Aliño, Antonio Carrascosa y Rocío Fernández como consejeros independientes.

Margen para retribuir más al accionista

Pese a estas turbulencias internas, los números del banco en el semestre siguen al alza, como se corrobora en el segundo trimestre, en el que mejora el mismo periodo de 2022 (114 millones de beneficios, casi un 12% más). Este avance se explica por el cambio de rumbo de la política monetaria del BCE en su lucha contra la inflación, lo que ha permitido al sector financiero aumentar de forma notable su margen de intereses. En el caso de Unicaja, se situó a final de junio en los 616 millones, un 21% más que el año anterior. Las comisiones netas crecieron de forma más tímida, un 1,9%, hasta los 269 millones de euros. Estas son precisamente las dos partidas con las que el Gobierno calcula el importe que debe abonar cada banco por la tasa temporal.

Los costes de administración, por su parte, se redujeron un 1,7%, hasta los 383 millones, por los ajustes realizados tras la fusión con Liberbank que han compensado las presiones inflacionistas. En concreto, se registró “una caída de los gastos de personal del 5,2%, tras materializarse las sinergias derivadas del 100% de los cierres de centros previstos y el 91,5% de las salidas de personal contempladas en el ERE”, recoge el banco en un comunicado. El margen bruto se mantuvo estable en los 831 millones, un 0,2% menos, afectado por el impuesto temporal.

De esta forma, la entidad consigue mejorar su ratio de eficiencia, que se redujo hasta el 47,9% (los expertos consideran que un banco empieza a ser eficiente cuando este indicador está por debajo del 50%). Esta cifra, eso sí, se calcula sin tener en cuenta la tasa extraordinaria y el banco no ofrece el dato cosechado tras el pago. Con ello, el retorno sobre el capital tangible (ROTE) se situó en el 7%. Y la ratio de capital CET1 fully loaded escaló hasta el 13,8%.

En este contexto, Unicaja se ve con la fortaleza suficiente como para aumentar la retribución de los accionistas: “La generación de capital orgánico, así como la emisión de MREL que probablemente haremos, nos permitirá usar el capital excedente. Como dijimos, podemos aumentar la remuneración de los accionistas a través de recompra de acciones o mejorar nuestra rentabilidad”, ha asegurado Pablo González, director financiero de la entidad, en la conferencia con analistas.

El avance de los guarismos del grupo es gradual al repercutir en su cartera de préstamos el nuevo nivel del euríbor, que no para de crecer desde antes de verano de 2022. Por eso se sigue reflejando trimestre a trimestre, ya que todavía se está trasladando el salto del precio del dinero al crédito. Las entidades precisan de unos 12 meses para actualizar al nuevo precio del dinero el total de su cartera de préstamos —las hipotecas variables, por ejemplo, están referenciadas al euríbor a 12 meses y se actualizan habitualmente una vez al año—.

La morosidad, a raya

El contexto actual tiene una cara menos amable, que se puede presentar de varias formas: deterioro de la economía, freno de la demanda y aumento de la morosidad. Las dos primeras ya se vislumbran, aunque los temidos impagos siguen sin aflorar. La mora se mantiene en niveles históricamente bajos: cerró mayo en el 3,59%, muy lejos del 13,62% que alcanzó durante la Gran Recesión (diciembre de 2013). En el caso de Unicaja, la morosidad acabó en junio en el 3,6%, con una ratio de cobertura del 65,8%.

El sector financiero y los supervisores monitorizan esta métrica que sirve de alerta cuando vienen turbulencias económicas ante el temor de un repunte por la presión de la inflación y el repunte de los costes financieros para las familias. En previsión, la banca y el Gobierno incluso pactaron a final del año pasado la ampliación del Código de Buenas Prácticas para ayudar a los hogares endeudados vulnerables o en riesgo de serlo. El Ejecutivo calculó que este escudo social beneficiaría a hasta un millón de familias endeudadas, aunque las últimas cifras facilitadas por el Ministerio de Economía situaban las solicitudes en solo 33.000. El Banco de España calcula que esta red de auxilio, si se toman los datos históricos de adhesión a este tipo de protocolos, llegará de forma efectiva solo a cerca de 200.000 familias.

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