Europa aún es vulnerable frente a cortes en el suministro de gas natural, advierte la AIE

Las reservas en España rozan el 100%, aunque los expertos resaltan que no se trata de una “solución mágica”

Un nuevo gasoducto inaugurado recientemente en Argentina, que permitirá la exportación a EuropaSTRINGER (REUTERS)

La crisis energética que comenzó con la invasión rusa a Ucrania aún no ha llegado a su fin. Pese a los bajos precios del gas natural, que cotizan en Europa a solo una décima parte del nivel que registraban un año atrás, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) alerta que las dificultades aún persisten. El organismo destaca que los países de la Unión Europea aún depende del suministro ruso que llega a través de Ucrania y Turquía, que es esencial en caso de un invierno de bajas temperaturas.

“Nuestras simulaciones muestran que un invierno frío, unido al corte total de los envíos de hidrocarburo ruso por gasoducto hacia la Unión Europea podrían fácilmente volver a inducir volatilidad en los precios”, ha declarado este lunes la organización.

La principal advertencia de la AIE es que los socios comunitarios no deberían fiarse solo de sus altos niveles de reserva, que el pasado domingo alcanzaron el nivel récord de 81%, ya que no se trata de “una solución mágica”. En particular, España resalta en el listado comunitario con el 98% de sus almacenes llenos, un dato histórico que deja al Gobierno confiado de poder hacer frente a cualquier episodio de volatilidad en los precios. Sin embargo, el nuevo estudio destaca que las tensiones de suministro podrían volver rápidamente.

El informe evita hacer mención a la dependencia europea del gas natural licuado que proviene de Rusia. España fue el segundo comprador de gas natural licuado (GNL) ruso en Europa durante 2022, con 3,72 millones de toneladas, un 51% más que el año anterior. Rusia fue el tercer exportador mundial, con 32,07 millones de toneladas y un ascenso próximo al 10%. Su cuota de mercado global con el GNL fue del 8,2%

Precios al alza

Las simulaciones realizadas por los expertos de la AIE resaltan que un nuevo invierno de temperaturas por encima del promedio y flujos de gas natural licuado como los de 2022 dejarían a los centros de almacenamiento con niveles superiores al 50%. Sin embargo, un cambio hacia un clima más gélido podría hacer caer este indicador hasta el 20%, un nivel que preocupa a Bruselas.

Una situación de este tipo obligaría a los Veintisiete a pagar un precio mucho más caro por el combustible. Un análisis del banco estadounidense Goldman Sachs resalta que el gas natural podría fácilmente cuadruplicar su precio y superar nuevamente los 100 euros el megavatio hora. En la actualidad, el precio no supera los 25 euros/MWh en el índice de referencia de Países Bajos.

La única buena noticia que resalta el análisis es que la demanda mundial de gas se desploma un 40% hacia 2024. Sin embargo, Faith Birol, director ejecutivo de la AIE, ha afirmado este martes que el gas natural continuará desempeñando un lugar de importancia en las próximas décadas más allá de los avances en el despliegue de las renovables y el desarrollo de nuevos vectores energéticos como el hidrógeno.

La recomendación de la organización internacional es controlar la demanda, a la vez que se diversifican los proveedores confiables que suministran gas natural. Además de Noruega, que tuvo un lugar clave para evitar un invierno lleno de problemas, la AIE llama a buscar nuevas alternativas en países más alejados como Argentina.

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