Las acciones de Icahn Entreprises vuelven a desplomarse: la ‘sangre de tiburón’ chorrea por Wall Street
Las acciones de Icahn Enterprises, del inversor Carl Icahn, caen hoy con fuerza por los ataques de su enemigo Bill Ackman
“Si quieres un amigo, cómprate un perro”. Esta frase, atribuida en Wall Street al tiburón Carl Icahn adquiere hoy enorme trascendencia. Su firma de inversión en la que controla un 89% del capital, se ha quedado sola y se debate durante las últimas semanas contra las negativas opiniones de la empresa de análisis e inversiones Hindenburg Research, cuyas dudas públicas sobre la estabilidad y la solvencia de sus inversiones son responsable de haberle ocasionado una caída bursátil superior al 50% desde principios de año. Hoy a mitad de la sesión los títulos se desplomaban en torno a un 20% y al cierre de la jornada marcó un descenso del 13,83%.
La denuncia de Hindenburg desencadenó el pasado 3 de mayo una investigación por las autoridades federales de Estados Unidos que fue devastadora para la cotización de Icahn Enterprises. Hidenburg se dedica a buscar empresas con problemas, adopta posiciones bajistas y denuncia presuntas irregularidades. Si logra convencer a los inversores, las acciones caen y el fondo obtiene beneficios significativos. Hindenburg es una de las firmas bajistas más reconocidas y en el último año ha tenido éxito al atacar al multimillonario indio Gautam Adani y a Block, la actual empresa de Jack Dorsey, el fundador de Twitter.
Pero la razón de la caída de hoy jueves no es una nueva opinión de Hindenburg. Se debe a la opinión hecha pública por uno de sus enemigos acérrimos en Wall Street, Bill Ackman, otro gran tiburón del mercado estadounidense, fundador del hedge fund Pershing Square Capital, quien en un extenso texto publicado en su cuenta de Twitter ha “denunciado” la forma en que Icahn dirige su empresa y sugirió que las acciones tienen aún mucho margen para caer después de encontrarse ya en los niveles más bajos desde 2009. Ackman, quien ha tenido conflictos con Icahn en el pasado, dijo que su propia empresa no estaba ni en posición larga ni corta, simplemente “observando desde lejos”.
“Icahn Enterprises me recuerda en cierta medida a Archegos, donde las contrapartes se sentían reconfortadas al tener exposiciones relativamente más pequeñas a la situación”, dijo Ackman, refiriéndose a la oficina familiar de Bill Hwang, que estalló espectacularmente en 2021. “Basta con que un prestamista rompa filas y liquide acciones o intente cubrirse antes de que la casa se derrumbe”, dijo Ackman. “Aquí, el tonto es el último prestamista en liquidar”.
Icahn y Ackman tienen una larga historia. Los dos estuvieron en lados opuestos de una batalla de cinco años sobre Herbalife, con Icahn comprando acciones de la empresa en 2013, meses después de que Ackman tomara una posición corta en la compañía y la calificara como un esquema piramidal. Los dos se enfrentaron públicamente varias veces, con Icahn atacando a Ackman en conferencias, televisión, documentales y en línea. Icahn salió victorioso a medida que las acciones subieron y Ackman finalmente vendió su posición corta.
Los analistas de Hindenburg publicaron un informe a principios de este mes que argumentaba que las acciones de Icahn estaban significativamente sobrevaloradas en relación con sus activos subyacentes y que los altos dividendos de la empresa no eran sostenibles. A pesar de las denuncias Hindenburg no alegó irregularidades ni en la gestión ni en las cuentas.
“Tenemos plena confianza en la integridad de nuestros estados financieros presentados y nuestra información”, dijo David Willetts, director ejecutivo de Icahn Enterprises, durante una conferencia de analistas ceelebrada aproximadamente una semana después del informe. La empresa está “bien posicionada para el éxito futuro”, aseguró.
En una entrevista de 90 minutos con Bloomberg el pasado 21 de mayo, Icahn se negó a contradecir directamente a Hindenburg y su informe, que su empresa ha calificado de “autointeresado”. Dijo que estaba centrado en su último objetivo, Illumina., y que recientemente había discutido en el seno de su consejo la posibilidad de buscar rentabilidad en la inteligencia artificial. “La gente viene y me pregunta, ‘¿Cómo te sientes?’ Tal vez suene extraño, pero no me afecta mucho. Es mi naturaleza”, dijo Icahn
Sin embargo, el análisis de Ackman es demoledor “estoy fascinado por las opiniones de Hindenburg sobre Icahn Enterprises. Hay algunas lecciones interesantes. Por ejemplo, uno aprende de Icahn Enterprises que un accionista controlador de una empresa con un capital flotante pequeño, que paga un dividendo elevado puede hacer que su empresa se negocie a un gran sobreprecio respecto a su valor intrínseco. El sobreprecio respecto al valor neto de activos crea liquidez para el accionista controlador al permitirle acceder a préstamos con margen garantizados por acciones sobrevaloradas que pueden ser utilizados para financiar inversiones.
El sobreprecio de Icahn Enterprises se ha sostenido por un rendimiento de dividendo elevado que no está respaldado por flujos de efectivo operativos. El rendimiento se genera devolviendo capital a los accionistas externos, que a su vez se financia mediante la venta de acciones de la empresa a inversores.
“Este sistema ha funcionado durante un período considerable, pero depende en gran medida del mantenimiento del sobreprecio y la tranquilidad de los prestamistas. Las acciones de Icahn en su propia compañía no son un activo líquido, ya que representan aproximadamente el 85% o más de las acciones de la empresa en circulación. Las acciones también supuestamente representan el 85% o más de su patrimonio neto, por lo que aparentemente no tiene muchos recursos externos a los que recurrir”. Y continúa. “un sobreprecio sostenido requiere confianza en Icahn y su compañía. Si Icahn vendiera alguna acción, es probable que el precio de las acciones caiga precipitadamente, ya que la sobrecarga de ventas adicionales y la consiguiente pérdida de confianza incitarían a otros accionistas a salir antes del diluvio”.
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