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Grifols entra en pérdidas en el primer trimestre pero mejora previsiones para el año

El plan de ahorro, que eleva hasta 450 millones en el ejercicio, lastra los resultados

Alfonso Simón Ruiz
Imagen de unas instalaciones de Grifols.
Imagen de unas instalaciones de Grifols.

Grifols entró en pérdidas en el primer trimestre del año. El fabricante de derivados plasmáticos, uno de los mayores del mundo, perdió 108,3 millones de euros, frente a los 97,7 millones de beneficios comparados con el mismo periodo del año anterior, según anunció la empresa este martes a la CNMV. La compañía explica la entrada en números rojos fundamentalmente por el plan de ahorro que ha puesto en marcha y que conlleva el despido de 2.300 empleados en todo el mundo, principalmente en EE UU. Tampoco ayudan al negocio las pérdidas de Biotest, el rival alemán que acabó de comprar el pasado año, ni la reducción de sus propios márgenes.

En relación con su actividad, el laboratorio cotizado en el Ibex 35 elevó los ingresos hasta los 1.561 millones, lo que supone un 23,2% más, sumando el negocio de Biotest, el alza de precios de los derivados plasmáticos y la fuerte demanda de estos productos en todo el mundo.

A pesar de las pérdidas, Grifols eleva sus previsiones para 2023. Concretamente, indica que superará los 1.700 millones de euros previstos inicialmente como ebitda. Si excluye Biotest, la centenaria farmacéutica eleva su margen respecto al ebitda desde la horquilla del 21% al 23% al 22% y 24%.

La Bolsa reaccionó positivamente a los resultados y previsiones de Grifols, con una subida en el precio de las acciones del 6% al inicio de la sesión bursátil.

Además, Grifols asegura que tras la implementación de su plan de ajustes, el ahorro será de 450 millones y no de 400 millones como se informó anteriormente. Igualmente, avanza que ya ha ejecutado más del 80% de ese programa. Ese ahorro será de 130 millones en 2023 y de 320 millones en 2024.

Grifols se encuentra en una posición tensa, con una pérdida de valor bursátil de alrededor del 70% en Bolsa desde el inicio de la pandemia de Covid-19. Sus principales problemas, a ojos de los inversores, son la pérdida de rentabilidad por el incremento del coste de la obtención de plasma y que la compañía está ahogada por la deuda tras comprar a la alemana Biotest y por tener que apuntarse como deuda la inyección de capital del fondo soberano de Singapur GIC en una filial estadounidense.

La farmacéutica aseguró en su comunicado a la CNMV que las donaciones de plasma mantienen “su tendencia positiva” y aumentan un 11%, mientras que el coste por litro disminuye más de un 15% favorecido por la compensación a los donantes, que se reduce más de un 25%.

“Hemos registrado un primer trimestre sólido a pesar del difícil entorno macroeconómico”, aseguró en un comunicado Thomas Glanzmann, presidente y CEO de Grifols. “Nuestros resultados ponen de manifiesto la fortaleza de nuestro negocio. Resultan especialmente significativos los progresos que estamos logrando a medida que avanza 2023 para impulsar la eficiencia operativa de la compañía y mejorar nuestra base de costes de plasma”, agregó.

Hoja de ruta sobre la reducción del apalancamiento

Respecto a los compromisos financieros, crece un 1,7% la deuda financiera neta, hasta los 9.351 millones, aunque se reduce la ratio de endeudamiento se reduce muy levemente de 7,14 veces ebitda a 7 veces ebitda.

El compromiso del laboratorio es reducir esa ratio a 4 (de hecho tiene suspendido el dividendo hasta no alcanzar ese objetivo).

En la presentación a la CNMV, el laboratorio explicita una hoja de ruta de cómo conseguir esa reducción del apalancamiento. De la ratio de 7,1 actual, prevé recortar en 1,3 puntos por el plan de mejoras operativas. Otros 1,8 puntos llegarán por la mejora interna del ebitda (un 70% de esa cifra) y por posibles “transacciones de desapalancamiento” por el 30% restante, explicó en la presentación a inversores Javier Arroyo, director financiero. De momento, el mayor vencimiento de deuda lo tiene Grifols en 2025, cuando deberá desembolsar o refinanciar 2.000 millones.

El mercado espera algunas desinversiones, como podría ser su negocio en China de Shanghai RAAS, o la entrada de socios en algunas divisiones. Lo que los responsables de Grifols han descartado hasta ahora es una ampliación de capital, debido al bajo precio a día de hoy en Bolsa, que castigaría a los actuales accionistas.

Cúpula directiva

La presentación de resultados hasta marzo llega un día después de que el fabricante de hemoderivados anunciara que la familia Grífols deja por primera vez en manos de una persona externa a la saga, el directivo sueco Thomas Glanzmann, el puesto de presidente que ya venía ocupando además del de consejero delegado. Raimon Grífols, de la tercera generación familiar, y Víctor Grífols Deu, de la cuarta, abandonan de este modo el cargo que compartían de consejeros delegados solidarios.

Los dos ejecutivos de la familia Grífols seguirán siendo miembros del consejo de administración. Además, mantendrán otros roles ejecutivos en la alta dirección. Víctor Grífols Deu se convertirá en el director de operaciones, “centrándose en la gestión del día a día de la empresa”, según un comunicado del laboratorio. Y, por su parte, Raimon Grífols, quien también es vicepresidente de la compañía, asumirá el cargo de director general corporativo, “centrándose en optimizar el valor de las filiales y asociaciones corporativas de Grifols, así como en liderar las principales iniciativas corporativas”.

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Sobre la firma

Alfonso Simón Ruiz
Graduado en Economía y máster de Periodismo UAM / EL País. En Cinco Días desde 2007. Redactor especializado en información empresarial, especialmente sobre el mercado inmobiliario, operaciones urbanísticas y, también, sobre la industria farmacéutica y compañías sanitarias.

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