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Santiago Solanas: El hombre de KKR, Oakley y Silverlake para digitalizar las pymes

El consejero delegado de Cegid Iberia está considerado un ejecutivo de podio en el negocio tecnológico

Santiago Solanas, consejero delegado de Cegid Iberia.
Santiago Solanas, consejero delegado de Cegid Iberia.José Manuel Esteban

Santiago Solanas (Madrid, 1968) iba para piloto de caza pero se lo impidió la vista. A pesar de todo, ha volado alto. En el negocio tecnológico empresarial, Solanas está considerado uno de los ejecutivos de podio. Es el consejero delegado (CEO) de la compañía francesa Cegid para la península Ibérica, América Latina y los países africanos de habla portuguesa. Un “digitalizador” de empresas con amplia experiencia que ocupó puestos destacados en el gigante Cisco (vicepresidencia para Sur de Europa entre 2017 y 2020) y en Sage tras velar armas en Oracle, IBM y Microsoft.

La experiencia es un grado y la suerte, caprichosa. Solanas había formado parte del consejo asesor de la cotizada Azkoyen entre 2018 y 2019 -un buen lugar para establecer relaciones- y el fondo de inversión británico Oakley Capital se cruzó en su camino. Lo hizo con una oferta imposible de rechazar. “Fue una oportunidad, una suerte” admite Solanas.

Y un paso aparentemente irracional porque suponía pasar de más -un gigante empresarial y 2.000 millones de euros de gestión- a menos. “Lo importante no era la facturación, sino la oportunidad de hacer algo nuevo participando en la estrategia” explica el ejecutivo.

Los británicos buscaban un líder para crear un grupo potente en el sector del desarrollo de software empresarial en España y Solanas daba el perfil. Pasó de Cisco al Grupo Primavera, un conglomerado societario formado a base de compras, entre ellas la portuguesa ERP Primavera. Apenas constituido el grupo -14 marcas-, otros dos fondos, KKR y Silverlake, echaron mano a la cartera para comprarlo e integrarlo en su participada Cegid, una compañía especializada en soluciones de gestión en la nube. La idea: crear un gigante europeo del software empresarial para gestionar finanzas, recursos humanos y contabilidad con una valoración de casi 7.000 millones de euros.

El piloto frustrado e ingeniero de comunicaciones por inercia -”elegí la carrera como reto, porque entonces era la más difícil y tenía la nota” explica- se ha convertido en el hombre de KKR, Oakley y Silverlake para digitalizar las pymes españolas. Un terreno con posibilidades porque el negocio de software empresarial (cifrado actualmente en 825 millones) crecerá en España y Portugal en torno al 33% hasta 2026 con el apoyo de los fondos europeos (Kit Digital).

La brecha a cubrir todavía es grande. Según Solanas “España está entre 10 y 20 puntos por detrás de Europa en penetración de tecnología cloud en gestión de empresas”.

En suma, un puesto destacado para el hijo de un militar con destinos en el extranjero, acostumbrado a cambiar de país periódicamente, formado en colegios americanos y políglota -habla cinco idiomas- que siempre tuvo inquietudes empresariales. Porque Solanas cursó ingeniería en la Universidad Politécnica de Madrid, pero durante la carrera se dedicó a explorar temas relacionados con la empresa y la tecnología aplicada a ese mundo.

Su currículo se ha forjado en empresas pequeñas de la era punto.com y en gigantes internacionales como IBM, Cisco o Microsoft. Siempre en formación. Como ejecutivo de Sage cursó el Advance Manager Program de Harvard, un mini MBA condensado en dos meses, y después el curso de consejeros de Esade.

Con discurso

Solanas, coinciden quienes le conocen y tratan “tiene discurso”. “Tengo una visión personal” asegura “que es tratar de ser un agente activo que ayude a las personas a alcanzar su máximo potencial. Considero lo que hacemos no solo como un negocio, sino como una especie de impulso social, intentar que las compañías gestionen mejor, sean más competitivas, porque eso crea riqueza y empleo y al final tenemos una sociedad y un país mejores”.

Un discurso y una visión amplia ya que el ejecutivo y tecnólogo busca vías de escape como el arte. Solanas puede hablar horas de la obra de artistas actuales en pintura, escultura o fotografía como el santanderino Juan Uslé, Yago Ortal, Jacobo Castellano, Anna Malagrida o Peter Halley. Colecciona. No como inversión, sino como auténtica pasión.

En cierta manera, Solanas es un renacentista, interdisciplinar en sus gustos e intereses, capaz de relacionar arte e historia a través del humanismo y de encontrar en un grupo étnico de la Amazonia peruana -los shipibo-conibo- un eslabón estimulante entre arte, tradición, historia y educación.

El arte shipibo se basa en diseños geométricos -pintados, tallados o bordados- que incluyen códigos musicales transmisibles como conocimiento en el seno de la tribu. En cierto modo, una partitura de la vida.

Además del arte, a Solanas le interesa todo lo relacionado con el mar y la navegación. Su sueño por cumplir es atravesar el Océano Atlántico a vela. Al fin, navegar es también un arte, como el vino, otra de sus pasiones. El CEO de Cegid Iberia cree que el vino, como la vela, “te conecta con la historia” y con el pasado. Quizá para vivir mejor el presente.

Solanas vive su tiempo. Su familia es un ejemplo. “Es una familia collage” asegura: cinco hijas y un hijo, con edades que van de 28 años a 12 años, fruto de dos matrimonios. Para Solanas, un pilar existencial y un acicate para perseverar desde la empresa en objetivos como la igualdad de la mujer o su ascenso a cargos directivos. “Toda la gente que tenemos puestos de responsabilidad y oportunidad tiene una obligación casi moral: intentar devolver cada uno, de la manera que pueda, algo a la sociedad”. Es del Atleti.


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