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Fernando Samper, el heredero que cambió gorrinos por molinos

Forestalia cuenta con una cartera de proyectos fotovoltaicos y eólicos en desarrollo que supera los 8 GW

Fernando Samper Rivas, presidente y fundador de Forestalia.
Fernando Samper Rivas, presidente y fundador de Forestalia.

El crítico más feroz, ácido y reciente del presidente de la compañía de renovables Forestalia, Fernando Samper Rivas (Zaragoza, 1964), es el comunicador turolense Federico Jiménez Losantos. El locutor de Es Radio, molesto por los planes de Samper Rivas en la comarca de su pueblo, Orihuela del Tremedal (Teruel), describe al empresario aragonés como un “extra de película de vikingos”. Al margen de la mala intención, algo de eso hay en Samper. El presidente de la compañía de renovables Forestalia navega desde hace una década en un negocio, el renovable, que hasta hace poco eran aguas controladas por las grandes compañías energéticas. Lo ha hecho con osadía, con maniobras sorpresivas y con un cultivo minucioso de los apoyos políticos en Aragón, su base de operaciones. A lo guerrero nórdico.

Fernando es el mayor de cinco hermanos herederos del imperio cárnico Grupo Jorge, cuyo origen se remonta a los años 40 del siglo pasado, con el abuelo Tomás Samper Albala vendiendo lechones por localidades de Huesca. El hijo de Tomás, Fernando Samper Pinilla estiró el negocio a la producción de porcino en granjas y en 1984 creó el Grupo Jorge. Desde entonces, el mundo y los negocios han cambiado. Uno de los herederos, Sergio, resumió en 2011 -año clave en los planes de su hermano Fernando- hasta dónde había llegado el sueño de los Samper: “matamos un cerdo cada 3,6 segundos” explicaba entonces el director general de Grupo Jorge.

Para sacrificar 20 cerdos por minuto -lechón arriba, lechón abajo- hay que manejar muchos animales. En concreto, 7,3 millones en el año 2021, según las memorias del grupo. Paradojas. El gran problema de esa hecatombe sin fin eran -y son- los restos orgánicos contaminantes de los cerdos; curiosamente, esos purines fueron la raíz de los proyectos energéticos renovables, tanto del Grupo Jorge como de su entonces líder y consejero delegado Fernando Samper. En 2011, el hermano mayor se convirtió disidente, tomó su parte de herencia y emprendió su propia aventura empresarial. Las razones de la ruptura familiar nunca se hicieron públicas. “Mal rollo familiar” apuntan, sin detalles, fuentes próximas a Samper.

El tratamiento de los purines llevó al Grupo Jorge a descubrir las plantas de generación de electricidad con biogás, a cultivar las relaciones con la consejería regional de Industria, a una buena entente con la gran eléctrica Endesa -que facilitó las instalaciones- y al aprovechamiento de terrenos para producir energía con paneles solares. Grupo Jorge creó la división energética Jorge Energy y Fernando Samper, su propio proyecto en renovables: Forestalia.

Samper se distanció de sus hermanos en 2011 y apostó todo a un color. El verde. El mercado de las renovables entró en crisis, pero el mayor de los Samper Rivas adquirió derechos sobre plantas y proyectos renovables, convencido de que las energías verdes volverían. Acertó. Cinco años después de la ruptura familiar-empresarial, Forestalia apareció como una supernova en el mercado de las renovables que el ministro del PP Álvaro Nadal, trataba de encamisar mediante subastas.

En enero de 2016, el Gobierno acabó con cuatro años de parón y volvió a organizar una subasta de renovables. Y ahí apareció Forestalia, con una estrategia que pilló con el pie cambiado a las grandes compañías energéticas del país. Las Iberdrola, Gas Natural, o Endesa de turno, acostumbradas a recibir subvenciones estatales -primas- para la instalación de energía renovable, se vieron desbordadas. Forestalia tiró los precios con una oferta que no contemplaba primas. Por ganar, Fernando ganó a sus hermanos Sergio, Jorge, Carmina y Olga, que también pujaron por un hueco en el negocio. Forestalia dio la campanada. En dos años, 2016 y 2017, se adjudicó 1.924 MW (1.500 eólicos, 316 fotovoltaicos y 108 de biomasa). Fue el campeón de las pujas.

Con buena información, apoyo en la Administración regional y fichajes estratégicos -Forestalia contrató a la cúpula de medio ambiente en el Gobierno de Marcelino Iglesias con el PAR: consejero, viceconsejero y jefa de gabinete- Forestalia se convirtió en objeto de deseo de todos los grupos energéticos, desesperados por sumar MW verdes a sus parques de generación. En 2020, el nieto de Tomás, el vendedor de lechones, firmaba acuerdos estratégicos con CIP, Repsol, Lightsource BP y Bruc. En total, más de 2GW de instalaciones fotovoltaicas, eólicas y de generación a partir de biomasa. Y una cartera de proyectos en desarrollo que supera los 8 gigawatios (GW).

Es el triunfo del explorador; un hito de una carrera que remite a otras historias empresariales geográficamente cercanas, como la de los navarros Oliver Naharro del Grupo Enhol o la de Ángel Luengo, grupo Samca, uno de los más relevantes empresarios de Aragón de las últimas décadas. Fernando Samper, según fuentes próximas al empresario es obsesivo con el trabajo, afortunado dueño de una memoria envidiable -”tiene un excel en la cabeza”, dicen- e inmune a las críticas. Esos son sus cimientos.

La inmunidad ante las críticas es una ventaja porque a Samper le llueven palos cada día por sus planes para desarrollar parques eólicos. Tres años atrás, de la mano del presidente de Aragón Javier Lambán (PSOE) y del vicepresidente y consejero de Industria, Arturo Aliaga -presidente del Partido Aragonés Regionalista- Samper adelantó sus intenciones para convertir a la provincia de Teruel en un maná de las energías renovables con el desarrollo de 3.000 megavatios (MW) en 50 municipios de la provincia. En total, 66 parques eólicos y fotovoltaicos con una inversión estimada de 2.400 millones de euros. Y con los planes, llegó la polémica. Sobre Samper han caído rayos y truenos radiofónicos y acusaciones gruesas relacionadas con la especulación y la compra de voluntades.

Pese a la controversia, señalan en Forestalia, ningún proyecto se ha paralizado. Hay más de 1.500 MW de energía eólica construidos y en operación en comarcas como Campo de Belchite, Cinco Villas, Campo de Borja, Ribera Baja o Zaragoza.

La batalla de Samper, ahora mismo, está en la comarca de Matarraña, que comprende 18 municipios al Este de la provincia de Teruel. Son pueblos prácticamente vacíos, con vecinos de edad avanzada a los que las batallas empresariales no interesan demasiado. “Aquí nadie sabe quién es Fernando Samper” dice una vecina de Valdeltormo (Teruel). Probablemente nunca lo conozcan y mucho menos lo vean. Samper, dicen sus próximos, vive en el AVE y el AVE no pasa por la comarca.

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