CAF cae un 39% en beneficios por la inflación y la crisis logística
La cartera de pedidos se sitúa en niveles máximos con 13.250 millones
CAF ganó 52 millones netos en 2022, un 39% menos por la inflación de los costes energéticos y de las materias primas, además de la crisis logística que ralentizó la actividad de sus fábricas por la falta de semiconductores. Para el último tramo del ejercicio anterior, el grupo de Beasain (Gipuzkoa) había logrado trasladar estos impactos a su rentabilidad a gran parte de los clientes. En concreto, para el cuarto trimestre había blindado contra esas oscilaciones a las dos terceras partes de su cartera de pedidos, que cerró 2022 en niveles récord, al alcanzar los 13.250 millones.
Esa presión en rentabilidad quedó reflejada en el volumen de facturación, que pese a crecer un 8%, hasta 3.165 millones, no logró contrarrestar los citados impactos negativos. Su efecto también se vio en el beneficio bruto de explotación (Ebitda), que cayó un 9%, al contabilizar 232 millones. La subida de los precios de las materias primas y la crisis de los chips castigó sobre todo a la actividad de la filial polaca Solaris, que concentra el negocio de autobuses del grupo. La deuda financiera consolidada llegó a los 278 millones, equivalente a 1,2 veces el Ebitda.
Durante 2022, CAF consiguió pedidos por un importe de 6.000 millones, tras renunciar a proyectos adjudicados por la falta de rentabilidad a cuenta de los lastres comentados. Por eso consolidó en el último trimestre la citada etapa de blindaje contra las oscilaciones de los factores exógenos. La mayor parte del negocio sigue correspondiendo a la construcción de vehículos ferroviarios (el 59% del total), mientras gana peso el área de soluciones integrales (otro 13%) y sobre todo la de servicios de mantenimiento (21%). Solaris aporta un 7%.
Para 2023, CAF espera “una recuperación progresiva” de la rentabilidad.