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En colaboración conLa Ley
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Alberto Cabello: “La abogacía joven no está suficientemente representada en los colegios”

El nuevo presidente de la Abogacía Joven, con un presupuesto de 96.000 euros anuales, dice que la formación y la promoción de la conciliación serán los ejes de su mandato

Alberto Cabello. Juan Lázaro
Alberto Cabello. Juan Lázaro

Desde su toma de posesión hace dos semanas escasas, Alberto Cabello (Madrid, 1986) es el nuevo presidente de la Confederación Española de la Abogacía Joven (CEAJ). El letrado, que estudió derecho porque “quien desconoce las normas está condenado a no entender la sociedad”, liderará durante los próximos dos años las reivindicaciones de los abogados menores de 40 años o con menos de cinco años de ejercicio. El también presidente de la Agrupación de Jóvenes Abogados de Madrid (AJA-Madrid) se adentró en la abogacía institucional hace diez años para denunciar las tasas judiciales implantadas por el exministro Gallardón. No obstante, su relación con la abogacía le viene de cuna, pues su madre también es abogada y su socia en el despacho AC&VM, mientras que las dotes de comunicación las heredó de su padre periodista. El nuevo presidente de la CEAJ concede su primera entrevista a CincoDías.

Pregunta. Los comicios se convocaron sin casi publicidad, por ejemplo, a través de la web de la CEAJ. De hecho, se celebraron sin concurrir ninguna otra candidatura. ¿Hubo opacidad?

Respuesta: Se publicaron como correspondía, entre las agrupaciones nacionales de abogados jóvenes, ya que los que concurren a las elecciones son los que forman parte de las agrupaciones y federaciones nacionales. Todos tenían la convocatoria, eran conscientes y lo sabían.

P. ¿Por qué es necesaria la existencia de las agrupaciones jóvenes de abogados en general, y de la CEAJ en particular, si ya existen los colegios de abogados?

R. El Estatuto General de la Abogacía recoge que los jóvenes tienen especial interés para las juntas de gobierno de los colegios y para el Consejo General de la Abogacía Española (CGAE). Es necesaria la existencia de la CEAJ para ayudar a los abogados en sus inicios profesionales, más allá de los que ya tienen cierto bagaje. Los abogados jóvenes no están suficientemente representados en las juntas de gobierno de los colegios. Existe una verdadera distancia entre personas veteranas y jóvenes.

P. ¿A cuánto asciende el presupuesto de la CEAJ?

R. La CEAJ se financia con recursos propios, con las cuotas de sus agrupaciones y federaciones y con una subvención del CGAE y patrocinios a través de acuerdos comerciales. El presupuesto es de unos 8.000 euros al mes.

P. ¿Los puestos de la junta están retribuidos?

R. No, son altruistas. Se pagan los gastos de desplazamiento.

P. ¿Cómo es la radiografía de los principales problemas de la abogacía joven?

R. Uno de los principales problemas es el acceso al mundo laboral. Por eso, hemos demandado la creación de un estatuto del becario para que no se produzcan abusos. Otro de los problemas es la formación. Queremos una formación continua y de calidad que abarque temas que no se ven en la carrera, como comunicación o marketing. Otra reivindicación es la promoción de la igualdad y de la conciliación.

P. ¿Qué bufetes someten a los abogados jóvenes a abusos?

R. Tenemos conocimiento de varios despachos que han cometido actuaciones sangrantes, hasta el punto de cobrar a los becarios por realizar las prácticas. Lo hemos denunciado en el Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM), pero siempre han hecho la vista gorda porque dicen que no es su responsabilidad. Necesitamos un pacto social.

P. ¿Qué despachos son?

R. No puedo decírselo. Puede preguntar en el ICAM.

P. ¿No se han planteado acudir también al CGAE, a la Inspección de Trabajo…?

R. A partir de ahora seguramente lo pongamos en conocimiento del CGAE y del ministerio. Además, animo a todos los abogados que sufran algún tipo de sometimiento a contactar con nosotros.

P. ¿Cuáles son los principales puntos de su programa?

R. Uno de los grandes problemas que tenemos en la abogacía es la salud mental, porque es una enfermedad que no se ve, pero que existe. Parece que ir a terapia es para locos, cuando realmente es el gimnasio de la mente. Durante nuestro mandato, la igualdad, la diversidad, la inclusión, la conciliación y, especialmente, la salud mental serán relevantes.

P. ¿Se va a reunir con los despachos para tratar estos asuntos?

R. Tenemos previsto reunirnos con todos los agentes de la Admi­nistración de Justicia, queremos reu­nirnos con los responsables de recursos humanos, especialmente de los grandes despachos. Pero el enemigo no son los grandes despachos, es la abogacía low cost.

P. ¿Quiénes son los bufetes low cost?

R. La abogacía low cost no es aquella que presta servicios a bajo coste, sino la que abusa del abogado. Son los despachos que pagan a sus abogados por debajo del salario mínimo, los que contratan a abogados como falsos autónomos, etcétera. Vamos a hacer un estudio y lo vamos a comunicar por nombre y apellidos.

P. Durante su toma de posesión, le lanzó críticas indirectas al decano del ICAM, Eugenio Ribón. ¿Por qué?

R. No hubo críticas hacia Ribón, hubo alabanzas hacia el exdecano José María Alonso, que ha sido audaz, tenaz, valiente y, sobre todo, ha escuchado. Ribón no nos ha recibido desde que tomó posesión. No sé qué es. Espero que en algún momento nos quieran recibir porque somos institución y colegio.

P. A pesar de que en las elecciones del ICAM del pasado diciembre AJA-Madrid no tomó partido por ningún candidato públicamente, ha sido acusado de instrumentalizar la asociación a favor de Juan Gonzalo Ospina, otro de los candidatos.

R. Es falso. Ospina ha sido presidente de la agrupación y tiene contacto con todo el mundo. Además, era diputado del colegio. He votado a Ospina, pero dentro de la agrupación ha habido personas que han votado a Ribón. Es incongruente la postura que han tomado porque en las elecciones en las que Alonso resultó elegido, integrándose Ribón y otros tres miembros de su junta actual en el equipo de Alonso, AJA-Madrid sí apoyó a Alonso y no pasó nada. A Ribón le tiendo la mano. Mi actitud es de conciliación.

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