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España, destino empresarial para Latam: Claves para un 'soft landing' de éxito

La inversión de Latinoamérica en España asciende a más de 63.332 millones de euros. Contar con un socio puede ayudar a navegar a través de las complejidades del mercado

Getty Images
San Sebastián -

España se ha consolidado como el segundo destino mundial de inversión latinoamericana fuera de la región, solo por detrás de EEUU, confirmando su papel como la puerta de entrada del capital latinoamericano al mercado europeo.

Entre los principales motivos de la estrategia de expansión: la localización geográfica, el tamaño del mercado local y el acceso a otros mercados, según desvela la última edición del ‘Barómetro del clima de negocios en España desde la perspectiva del inversor extranjero’, que se ha publicado este 2023.

La inversión de las empresas latinoamericanas en España ha tenido siempre una tendencia creciente, desde un inicio más tímido en los años ochenta, con la presencia de las multilatinas, hasta un crecimiento extraordinario de un 92% en la última década.

Según los datos del IV Informe Global LATAM, la inversión de Latinoamérica en España asciende a más de 63.332 millones de euros, un 12,1% de la inversión directa extranjera, convirtiendo a la región en el cuarto mayor inversor, por detrás de Estados Unidos, Reino Unido y Francia.

Los inversores latinoamericanos se encuentran muy a gusto en España. México lleva la delantera con el 58,9% de la inversión latinoamericana en España, seguido de Argentina (15,5%) y Venezuela (8%).

Las razones que explican este fenómeno se podrían resumir en la búsqueda de nuevos mercados, la adquisición de activos estratégicos para el negocio o hacerse de I+D local.

En menor medida, la estrategia de expansión puede contemplar cuestiones de reorganización de grupo y aprovechamiento de ciertas ventajas fiscales en España que, progresivamente, presenta reformas regulatorias enfocadas a la atracción de inversión. El inversor percibe un bajo riesgo regulatorio y una estabilidad macroeconómica que quizá no tiene en su propia casa.

Además de la inversión directa, las inversiones latinoamericanas suelen canalizarse por alguno de estos vehículos: family-offices, fondos de capital privado y start-ups.

Las family-offices, principalmente de México y Venezuela, están concentradas en la gestión del patrimonio familiar. En España se ha visto el desembarco de varias en la última década, inicialmente invirtiendo en el sector inmobiliario residencial de lujo.

Los fondos de capital privado latinoamericanos se encuentran en busca de oportunidades en España y, en algunos casos, abriendo oficinas locales para la búsqueda e identificación de negocios.

Por su parte, las start-ups y empresas tecnológicas resultan del gran impulso de creatividad empresarial en la región. En Latinoamérica existen más de 40 unicornios, muy potentes en innovación y en capital humano. Despuntan Brasil, México, Argentina y Chile.

Uno de los desafíos para las empresas latinoamericanas es el entorno regulador. España cuenta con un sistema riguroso que puede ser complicado de entender para los inversores extranjeros. Además, las leyes fiscales y laborales españolas son diferentes a las de origen, foco de dificultades para los inversores.

Asimismo, los inversores latinoamericanos enfrentan dificultades en el acceso a la financiación. Aunque España cuenta con un mercado financiero desarrollado, los bancos e instituciones financieras pueden ser reacios a brindar financiación a los inversores extranjeros debido a preocupaciones sobre la solvencia y la capacidad de reembolso.

A nivel de impuestos y fiscalidad, debe tenerse en cuenta que la tributación de la renta en España es más alta que en muchos países de Latinoamérica. Además, España tiene un sistema de impuestos a la propiedad más riguroso.

Además de las diferencias regulatorias y fiscales, también es importante considerar las diferencias culturales a la hora de realizar inversiones. España se ubica por encima del promedio en equilibrio entre vida profesional y personal. Ganando protagonismo, desde la pandemia, el teletrabajo y la desconexión digital. El inversor tendrá que considerar que los españoles valoran esta separación y que el país ha aprobado leyes laborales en este sentido.

La mayoría de las empresas se gestionan de forma muy tradicional. Sin embargo, esta cultura está cambiando debido a un número creciente de jóvenes directivos formados en el extranjero y a los cambios en la propia sociedad española. En cambio, en muchos países de Latinoamérica, la cultura empresarial puede ser un tanto más relajada.

También es muy importante tener en cuenta que los costos legales derivados de posibles pleitos en España están muy por encima de los latinoamericanos. Además, pese a ser confiable, la justicia española es lenta y los litigios tardan años en resolverse. Es crítico evitar cualquier evento de este tipo, contando con el debido asesoramiento.

A diferencia de otros casos, en España no es un requisito inexcusable tener un socio local para invertir o hacer negocios. Sin embargo, contar con uno puede ayudar a navegar a través de las complejidades del mercado y a entender mejor las normas y expectativas culturales y empresariales locales.

Ni la mera huida desordenada a causa de razones políticas o macroeconómicas, ni cuestiones puramente románticas de la vida en España son buenas consejeras a la hora de iniciar un proceso de internacionalización y realizar una inversión en España. La decisión de inversión tiene que estar basada en un plan y un análisis muy pormenorizado de los pasos a seguir, y contar con el asesoramiento legal y estratégico local necesario para asegurar el éxito del proyecto.

Ramiro de Iturralde, socio fundador de Escritorio Iturralde.

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