El récord de beneficios no debe ofuscar a los banqueros
La temporada de resultados de la banca que terminó este viernes es la primera en la que las cuentas del sector recogen completamente el nuevo escenario de tipos: entre el 13 de septiembre y el 31 de diciembre los tipos subieron del 0% al 2,5%. 2022 ya se perfilaba como un buen año pero se ha revelado como el mejor de la historia para la gran banca española. De enhorabuena pueden estar tanto los gestores como, en particular, los inversores, que se embolsarán dividendos por 9.300 millones de euros.
Todas las grandes entidades han presentado subidas de doble dígito en su margen de intereses, que refleja el negocio tradicional de la banca: prestar dinero y pedirlo prestado. El sector se beneficia, en particular, del modelo de banca minorista en España: las hipotecas se contratan a tipo variable vinculado al mercado interbancario (que recoge las expectativas de tipos de inmediato) pero los depósitos tienen tipo fijo. Dado que los bancos tienen un grueso colchón de liquidez gracias a años de dinero barato, no tienen necesidad de pagar por el pasivo. Un interés cobrado que sube y uno pagado que se mantiene explican la subida de los márgenes, que las entidades aprovechan para congraciarse con sus accionistas.
Estos números llegan a pocos días de que se empiece a recaudar el nuevo impuesto a la banca, contra el que el sector ha peleado tanto desde los despachos de sus juristas como desde los micrófonos. Compatibilizar el rechazo al impuesto con beneficios récord es un planteamiento que quizá sea compatible en la planta noble de la sede social de cada entidad, o en la hoja de cálculo un analista. Fuera de esta torre de marfil, la mezcla produce citas esperpénticas, como que una cifra de miles de millones puede inducir a confusión.
La dinámica de los tipos refleja que los intereses de clientes bancarios (es decir, casi todos los ciudadanos) e inversores (muchos ciudadanos, pero no todos) están lejos de estar alineados. Intentar disociar el mensaje que llega a unos y otros puede ser contraproducente, en particular si hace una semana la EBA publicó que 221 banqueros ganan más de un millón al año o si hace 10 años España fue rescatada por el agujero bancario.
Bien haría el sector en huir de tentadores argumentos victimistas, por más extemporáneos que sean algunos mensajes que llegan desde el propio Gobierno. El ciudadano es adulto, sabe diferenciar el grano de la paja y, por lo general, es consciente de lo que paga por la hipoteca y de lo que cobra por del depósito.