Carolina Roca (Asprima): “La decepción no es Vox, sino todo el juego de la política”
Mañana, PP y Ciudadanos llevan la modificación de las normas urbanísticas al Pleno municipal en Madrid sin garantía de una aprobación. La presidenta de la patronal pide dejar de lado el momento electoral respecto al debate urbanístico
A finales de diciembre, Vox dio la sorpresa y votó en contra de la modificación de las normas urbanísticas en el Ayuntamiento de Madrid impulsadas por el equipo de Gobierno de PP y Ciudadanos, a pocos meses de las elecciones municipales del 28 de mayo. La formación de ultraderecha había apoyado anteriormente el avance de esas normas, que ha servido al sector promotor para preparar los nuevos proyectos y que ahora entran en un limbo. Mañana, el Pleno municipal previsiblemente tumbará la propuesta por el rechazo de la izquierda, el Grupo Mixto y Vox. Carolina Roca (Zaragoza, 1973), presidenta de Asprima, la patronal madrileña de los promotores, no se da por vencida tras cuatro años de trabajo con propuestas de la asociación empresarial a estos cambios urbanísticos.
- R. ¿Por qué apoya el cambio de las normas urbanísticas?
- R. Desde el Plan General de 1997, continuamente ha habido intentos de modificar el plan e ir adaptando las normas urbanísticas de la ciudad. En una legislatura es muy complejo acometer una modificación. Este Gobierno, cuando entró, fue muy listo. Hizo un planteamiento buscando la eficiencia, ya que se podían cambiar cosas muy importantes del plan tocando solo las normas urbanísticas.
- R. Esas reformas, ¿qué aportan para el sector promotor?
- R. Técnicamente, hay muchas cuestiones muy importantes para el sector promotor, por ejemplo, de cómputo de la edificabilidad. Se modifica favorablemente en las zonas de terrazas y en superficies bajo rasante. Fundamentalmente, afecta las zonas comunes para residencias de tercera edad, de estudiantes y el sénior living [edificios con servicios adaptados a mayores]. El cambio permite claramente su viabilidad. Además, da solución a suelos vacantes dotacionales para poder dar un uso de vivienda de integración social. Aunque eso se queda fuera del ámbito estricto del promotor.
- R. Ha contado con el rechazo de Vox, a pesar de que anteriormente había votado a favor.
- R. En la izquierda entiendo, aunque no comparto, que su posicionamiento sea más intervencionista. Lo que necesita el urbanismo es una flexibilización y tender al posibilismo. Vox, en su criterio y su idea sobre el urbanismo es muy similar al que planteamos desde Asprima. Es un planteamiento posibilista, de incrementar la oferta y la actividad económica. Creo que aquí, claramente, lo que sucede es el momento político en el que se produce esta aprobación. Desde Asprima, lo que pedimos es que dejen de lado el momento político para tomar la decisión sobre las normas urbanísticas y dejemos el urbanismo al margen de la política.
- R. ¿Vox ha explicado a la patronal por qué lo rechaza ahora?
- R. La verdad es que no hemos conseguido sentarnos con ellos, a pesar de que nuestra intención es explicar todas estas bondades técnicas.
- R. ¿Cree que Vox puede cambiar de parecer en un día?
- R. Pues no lo sé. No soy experta politóloga, simplemente confío en que lo hemos intentado. Les hemos mandado documentos y hemos intentado hacerles llegar el todas esas bondades. Llevamos cuatro años trabajando en las mejoras.
- R. El empresario promotor y, en general, el inmobiliario ha sido afín a Vox desde que surgió este partido. ¿Les ha decepcionado?
- R. ¿El empresario es muy proVox? No sé. El empresario, al fin y al cabo, lo que intenta es crear un ecosistema jurídico-económico que viabilice la actividad. Más que afín a Vox, el empresario lo que hace es reaccionar cuando ve que políticamente se toman medidas muy políticas y poco pensadas en las consecuencias económicas que puede tener. En ese sentido, sí que es cierto que los planteamientos económicos de Vox cuadran muchísimo con una gestión posibilista de la economía. Al final, es decepción de la política, más que del partido político, de ver cómo cuando se acerca un momento electoral, hasta las convicciones económicas más liberales se ven cercenadas. La decepción no es Vox, sino todo el juego de la política.
- R. ¿Qué supone para el sector que no se aprueben estas normas?
- R. No es la debacle absoluta. Pero supone un retraso. Supone un retraso de inversión que es importante.
- R. Lo lógico es que las empresas esperen a ver si hay cambios en la siguiente legislatura para pedir licencias de obra.
- R. No hay ninguna ventaja de pedir las licencias ahora. Todos son inconvenientes. Desde luego, hay un freno de proyectos.
- R. ¿Cómo ve el sector promotor?
- R. Como el sector sufrió una auténtica transformación con la crisis del 2008, la realidad es que llevamos 14 años infraproduciendo vivienda, con una producción muy por debajo de la necesaria y apalancándonos lo mínimo posible. Al final, nos hemos encontrado un desequilibrio gravísimo en el en el mercado, en el que hay una importante escasez de oferta y una importante bolsa de demanda desatendida. Por eso, no atisbamos una debacle para las empresas a pesar de la situación macro. Lo que debe hacer el sector es al revés, no replegar velas, sino intentar incrementar la producción para ir igualando esa necesidad de vivienda.
- R. ¿Y cuáles son sus demandas?
- R. Las demandas del sector se centran fundamentalmente en el urbanismo, en la necesidad de reducir el coste del suelo en toda la ecuación en los costes de una vivienda y eso solo se hace con una decisión valiente del legislador cambiando normativas. La segunda sería el seguir trabajando en acortar plazos de las tramitaciones de licencias urbanísticas. También tenemos un grave déficit de mano de obra.
- R. ¿Cuántas viviendas de obra nueva calcula para 2023 en España?
- R. 2022 se cierra, una vez más, apenas rozando las 100.000 unidades. Partimos de la base de que esa cifra está muy por debajo de lo que requeriría la sociedad. Para 2023, la previsión es que nos volvamos a quedar cerca de las 100.000 viviendas. No es buena noticia para el sector porque nuestra ambición debería acercarnos a 250.000, que sería lo lógico. Porque además, el problema es que la vivienda de obra nueva a precio asequible ha dejado de producirse y eso es lo que provoca que haya tanta tensión de precios en la vivienda de segunda mano.
- R. ¿La subida de tipos cómo está afectando al acceso a la vivienda?
- R. Para el promotor tradicional no debería afectar que los tipos suban a una situación sana y saludable. Lo que no era normal era lo anterior. Desde luego encarece el coste de la vivienda. De ahí la importancia de recuperar la producción de vivienda a precio asequible.