Carlos Torres prevé una nueva mejora del dividendo de BBVA
Espera elevar las cifras de negocio en todos los mercados geográficos en los que opera
El presidente de BBVA, Carlos Torres, espera un nuevo aumento del dividendo, en términos absolutos, para 2023. En una entrevista publicada en la web del banco, Torres avanza que en el ejercicio que acaba de arrancar los accionistas contarán con “una remuneración atractiva y creciente”, derivada del aumento de beneficios del banco.
El presidente de BBVA recuerda que, a cargo del ejercicio 2021 la entidad ya repartió el mayor dividendo en efectivo de la última década al abonar 31 céntimos por acción y que espera superar esa cifra en 2022 (aún no se disponen los resultados de cierre de año). BBVA mantiene una política de pay out (porcentaje del beneficio que se reparte entre los inversores) de entre el 40% y el 50%. Entre enero y junio del año pasado, el banco registró unas ganancias de 3.001 millones de euros de los cuales distribuyó 766 entre sus accionistas a través de un dividendo de 12 céntimos por acción.
En lo que respecta a la evolución del negocio, Torres anticipa un 2023 de menor crecimiento, debido a la incertidumbre macroeconómica generada por la guerra en Ucrania, el repunte de contagios en China por el Covid-19, la crisis de altos precios y las subidas de tipos de interés. No obstante, el banco prevé superar sus cifras en todos los mercados geográficos en los que opera. “Esperamos que haya crecimiento en 2023 en prácticamente todos los países donde tenemos presencia, si bien es verdad que será menor que el que hemos visto en 2022.
Jugamos un papel clave en la economía. A través de la concesión de crédito dinamizamos la actividad, sobre todo el crédito a empresas. En 2023, a pesar del entorno económico incierto, seguiremos creciendo y creando oportunidades para todos”, explica. Torres también destaca la necesidad de invertir en proyectos sostenibles, uno de los pilares de la estrategia de BBVA, y pide una regulación que permita desplegar las inversiones en esta materia. “Es un reto de gran magnitud que es posible lograr si conseguimos movilizar los recursos que canalicen las inversiones que permitan que el mundo funcione sin emisiones. Y para eso necesitamos mecanismos y regulación que incentiven esa inversión”, concluye.