Los inversores activistas se repliegan pero sin aflojar la presión sobre las cotizadas
El monto invertido en Europa se ha reducido un 30,6% en nueve meses La rotación de carteras y la apuesta por activos alternativos, claves
La fuerte corrección que sufrieron los mercados en 2022 ligada al acelerón dado por los bancos centrales en materia de subida de tipos y normalización de la política monetaria pasó factura a las carteras de los inversores activistas, que se han visto obligados a afrontar una rotación de posiciones y de a reequilibrar las carteras tras las fuertes caídas. A nivel global, estos fondos amasaban a cierre del tercer trimestre de 2022 participaciones en Bolsa cuantificadas en 155.400 millones de dólares, unos 145.000 millones de euros, según datos del asesor de voto (proxy solicitor en la jerga) Morrow Sodali. La cuantía es un 34,2% inferior a la registrada en diciembre de 2021.
Esta reducción de la inversión es ligeramente inferior en Europa, donde la caída se reduce al 30% pero alcanza el 43,2% entre las empresas de la región de Asia Pacífico.
Desde Morrow Sodali explican que “la existencia de una menor inversión no significa estrictamente que haya una menor presión sobre las empresas. Los inversores activistas también están sujetos a las fluctuaciones del mercado y de sus clientes, por lo que puede responder tanto a menores capacidades de inversión como a una redistribución de sus carteras” para optimizar sus inversiones”.
Juan Prieto, consejero delegado del proxy advisor español Corporance, comenta a su vez que la caída en la inversión en activos de renta variable por parte de los fondos activistas va aparejada a la rotación “hacia activos de renta fija o inversiones alternativas, como las mismas materias primas, que a lo largo de 2022 registraron un mejor comportamiento”.
De esta forma, la menor inversión de este tipo de fondos no ha venido aparejada a una menor presencia en las juntas de accionistas. En el caso de EE UU, un total de 538 iniciativas de los inversores llegaron a debatirse en las juntas realizadas, un 38% más que un año antes. Más allá, el número de campañas de inversores activistas aumentó un 36%, hasta las 136, destacando el repunte de aquellos fondos que por primera vez se muestran activos en sus reclamaciones.
A nivel global, Lazard cuantifica que la actividad de los inversores activistas a cierre del tercer trimestre de 2022 estaba cercana a niveles registrados en los dos años previos. El banco de inversión destaca además el crecimiento de las campañas centradas en demandas de operaciones corporativas en los últimos meses.
Desde Morrow Sodali reconocen que “la actividad de los proxy solicitor tal vez pueda verse disminuida en cuanto a la posible actividad de defensa ante una teórica menor amenaza”. Pero comentan que “hay que tener en cuenta que esto no elimina otras posibles amenazas, como las recomendaciones de voto en contra de los proxy advisors, bajadas de rating ESG, inversores pronunciándose contra las prácticas de la empresa, etc., que bien pueden tener las retribuciones como detonante, como cualquier otra práctica corporativa contraria a las mejores prácticas internacionales”.
En Corporance añaden que la mayor implicación registrada en los últimos años por parte de los inversores en las juntas de accionistas y la reacción de las empresas anticipándose en algunos asuntos ligados a criterios sostenibles (ESG) “están provocando que la línea entre los inversores más aguerridos y el resto de inversores sea más difusa”. Dentro del mercado español, desde Morrow Sodali destacan que a pesar de la exposición más moderada que en otros mercados, “es cuestión de tiempo y/o de una aplicación continua de malas prácticas que salgan a la luz”.
Bayer, en el foco de los ‘hedge funds’ más beligerantes
▶ Nuevos inversores. Los títulos de Bayer se anotaron ayer un alza del 3,6% en Bolsa tras conocerse que el fondo activista Inclusive Capital Partners ha adquirido una participación del 0,83% del capital de la compañía alemana. Con esta apuesta aspira a impulsar una revisión del gobierno corporativo de Bayer y una separación de los negocios farmacéuticos de los agroquímicos. Entre las empresas en las que ha participado de forma activa este fondo se encuentran GSK, Glencore y Vivendi.
▶Bluebell. Es otro de los fondos activistas que recientemente ha entrado en Bayer. El desembarco de ambos vehículos coincide con un momento en el que Bayer está buscando un relevo para su consejero delegado, Werner Baumann, quien autorizó la adquisición de Monsanto en 2018. Una operación que ha derivado en una cascada de reclamaciones judiciales al gigante alemán por el uso del glifosato en sus herbicidas.