El 50% de las agencias de viajes prevé que superará las ventas precrisis en 2023
Auguran que la recuperación del turismo se consolidará gracias al viajero nacional
Las agencias de viajes mantienen un moderado optimismo para el año que viene respecto a la evolución de los viajes que realizarán los turistas españoles. Pese a las señales de desaceleración económica y a una elevada inflación que está mermando el poder adquisitivo de las familias, las 5.000 compañías consultadas para la realización del Observatorio de Turismo Emisor de España (Observatur) coinciden en que la recuperación del turismo iniciada en marzo de 2022 tras la última ola de ómicron se va a consolidar el año que viene.
Tras un verano récord y un otoño en el que se está prologando la temporada alta en destinos vacacionales y en el que el turismo de negocios y eventos ha emergido con fuerza, las agencias de viajes creen que esa tendencia positiva se alargará. “Los españoles desean desplazarse a la menor de cambio, dado que tienen una cultura de los viajes arraigada siempre que su situación personal se lo permite. Existen, por ejemplo, buenas impresiones a propósito de los viajes cortos (de hasta cuatro noches) y de fin de semana, se contemplan alzas en todo tipo de reservas (sobre todo las que incluyen transporte y alojamiento) y, con salvedades, las previsiones respecto al gasto en viajes son favorables”, destaca la encuesta.
Prevén que se volverá a crear empleo en 2023 tras muchos años destruyéndolo
Mayor optimismo
Una tendencia que ha desatado el optimismo entre las agencias de viajes, ya que el 50% de las compañías consultadas prevé lograr una facturación superior para el próximo ejercicio, si se toma como referencia el periodo de normalidad previo a la pandemia. “Por primera vez en mucho tiempo, hay estimaciones positivas en cuanto a la creación de empleo en este subsector”, destaca. Las agencias empleaban a 90.000 trabajadores en 2019.
Las dos principales amenazas que detectan las agencias de viajes en el corto plazo son la recesión económica (percibida como un riesgo por el 80% de los consultados) y el incremento de los precios de los viajes (señalada en un 70% de los casos).
El impacto directo de una situación de estanflación (estancamiento más un fuerte incremento de precios) puede conducir a una reducción del consumo. “Las expectativas son muy positivas respecto a los viajes de fin de semana y los viajes cortos hasta un máximo de cuatro noches. La recuperación de los desplazamientos de mayor duración, en cambio, no está tan clara; de hecho, el balance de la encuesta es negativo, ya que son más los que creen que disminuirán respecto al pasado invierno que los que creen que crecerán”, dice el informe.