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Tecnología

Musk dice que dimitirá cuando encuentre “alguien tan loco” como para dirigir Twitter

El magnate asegura que solo se encargará de dirigir los equipos de 'software' y gestión de servidores

Elon Musk, en una imagen de archivo.
Elon Musk, en una imagen de archivo. AFP
CINCO DÍAS

El magnate Elon Musk, propietario único de Twitter, dijo hoy que dimitirá de su puesto como director ejecutivo cuando encuentre a quien lo sustituya, y tras ello solo se encargará de dirigir los equipos de "software" y de gestión de servidores. Fiel a su estilo, escribió en un tuit que dimitirá como jefe de Twitter "tan pronto como encuentre a alguien suficientemente loco como para tomar ese puesto", sin dar otros detalles.

El domingo, lanzó un sondeo en su misma cuenta en la que pidió a los usuarios votar sobre si debía seguir como director ejecutivo: en doce horas votaron 17 millones de usuarios y un 57% le pidió que abandonara el puesto. Aunque Musk aseguró (en un tuit) que era "interesante" la hipótesis de que la votación estuvo condicionada por "bots" o falsos perfiles, no hay ninguna constancia de ello. También apuntó que en futuras consultas solo votarían los usuarios de suscripción.

Ya ayer varios medios publicaron que Musk estaría buscando activamente un posible director ejecutivo, y el portal económico CNBC precisó que esa búsqueda no comenzó el domingo, sino hace muchas semanas, por lo visto sin mucho éxito. Se desconoce si la búsqueda se está realizando dentro o fuera de la compañía, que ha quedado muy descapitalizada de recursos humanos después de que Musk descabezara a la dirección anterior, despidiera a cerca de la mitad de los empleados y tras ello otros cientos más la abandonaran voluntariamente.

En junio, antes de formalizarse la compra de la red, Musk ya había filtrado que dirigiría la compañía durante "unos pocos meses", aunque esa promesa parecía difícil de cumplir dado el interés que Twitter provocó en él desde su llegada y su extrema implicación personal en su rumbo. Tan es así que los inversores y altos ejecutivos de Tesla -la otra gran empresa de Musk y origen de su gran fortuna- ya llevaban varias semanas pidiéndole más o menos abiertamente que nombrara a un director ejecutivo para Twitter, ya que le quitaba mucho tiempo para atender sus otros negocios.

No se trataba solo de tiempo: para enjugar las pérdidas de Twitter, Musk ha vendido dos grandes paquetes de acciones de Tesla entre noviembre y diciembre, por valor de 3.650 millones y 3.900 millones de dólares, respectivamente. Las pérdidas se deben sobre todo a la fuga de anunciantes, síntoma de su preocupación por los vaivenes de la empresa por los continuos cambios de parecer de Musk, y son tan graves que el millonario dijo ayer que la compañía "va directa a la bancarrota" si nadie lo remedia.

Así, cada bandazo en Twitter tiene un precio en Tesla. Las acciones de la automovilística sufrieron ayer un castigo de más del 8%. Hoy, en el mercado de futuros, se anticipa un alza del 2,55%. Desde que el magnate entrara por primera vez a través de las puertas de las oficinas centrales de Twitter el pasado 25 de octubre, las acciones de Tesla han sufrido mucho más que la de otras automovilísticas estadounidenses. En el caso de Ford, los títulos de la compañía caen cerca de un 7%, General Motors pierde un 1% y en cambio Tesla se ha dejado por el camino un 34% de su valor.

Esta pérdida de valor de Tesla tuvo un impacto directo en Musk: el pasado 13 de diciembre dejó de ser el hombre más rico del mundo para dejar el puesto a Bernard Arnault, el director ejecutivo del grupo francés LVMH.

Una gran parte de los anunciantes ha abandonado Twitter porque consideran que la red se ha llenado de perfiles extremistas y de discursos de odio, mientras que Musk, que se proclama un absolutista de la "libertad de expresión", ha ejercido la censura contra varios periodistas críticos con él a quienes canceló sus cuentas, aunque luego las volvió a aceptar tras lanzar otro "sondeo tuitero" sobre su retorno.

Este abandono de anunciantes amenaza peligrosamente a la salud de las cuentas de una compañía que ya adolecía problemas antes de que Musk tomara los mandos. Los últimos datos disponibles en la SEC, correspondientes al primer semestre de 2022, muestran unos ingresos de 2.377 millones de dólares frente a unos costes de 2.849 millones. Esta brecha se solventó mediante la venta de activos. En aquel entonces y para hacer una idea de la magnitud del daño que puede causar esta fuga, de los 2.377 millones que ingresó, 2.182 millones provenieron de anunciantes. 

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