Bruselas exigirá a la banca favorecer las cámaras de compensación de la UE frente a Londres
La propuesta de reforma de mercado de capitales busca mantener en suelo comunitario el negocio de los derivados
La Comisión Europea propuso este miércoles que las empresas que negocian con derivados estén obligadas a liquidar parte de sus transacciones en cámaras de compensación de la Unión Europea con el fin de reducir su excesiva dependencia de otros países, en particular del Reino Unido, en una actividad esencial para la estabilidad financiera, tal y como ha puesto de manifiesto recientemente la crisis energética.
Las cámaras de compensación o casas de contrapartida central actúan como intermediarias de las operaciones con derivados entre entidades respondiendo en caso de impago de una de las partes, lo que hace de ellas un actor clave para la gestión de riesgos y la estabilidad del sector financiero.
La inmensa mayoría de la actividad de compensación de derivados en euros y otras monedas comunitarias se lleva a cabo en el Reino Unido. La UE no ha logrado su propósito de atraer buena parte de este negocio hacia las centrales de contrapartida comunitarias tras el Brexit.
El debate sobre la ubicación de las cámaras de compensación en la UE surgió incluso antes del Brexit, cuando el BCE ya advirtió de que gran parte de la operativa en derivados del euro se realizaba en terreno británico, ajeno a la divisa comunitaria. El mercado de derivados ha cobrado una importancia estratégica aún mayor este año, cuando las empresas han tenido que recurrir a esos instrumentos financieros para cubrir sus compras de energía, cuyo coste se ha disparado, o para proteger su actividad del avance de la inflación.
De hecho, Bruselas pretende resolver algunos de los problemas detectados en el mercado de derivados por la crisis energética, que provocó la quiebra de firmas como la distribuidora alemana de energía Uniper, incapaz de aportar las garantáis necesarias para liquidar el precio disparado de los derivados con los que cubría sus ventas. En concreto, la reforma busca ampliar los activos que pueden ser utilizados como colateral para incluir garantías públicas y bancarias o exigir más información sobre la exposición a derivados dentro de un grupo. La propuesta, que implicará enmendar cinco regulaciones comunitarias, tiene ahora que ser negociada entre los Estados miembros y la Eurocámara.
La UE plantea exigir a las firmas que estén obligadas a pasar por casas de compensación a liquidar "al menos una proporción de ciertos derivados sistémicos en cuentas activas en cámaras de compensación de la UE". Esto afectaría, en concreto, a los derivados de tipos de interés denominados en euro y zloty polacos, los seguros de impago de deuda (CDS, en inglés) y los derivados de tipos de interés a corto plazo denominados en euros.
La proporción que tendrá que pasar por las cámaras de compensación europeas será fijada por la Autoridad Europea de Mercados y Valores (ESMA, una vez que entre en vigor la legislación, para lo que tendrá en cuenta "los costes, riesgos y la carga de tal calibración supondrá para los bancos y empresas, el impacto sobre su competitividad y el riesgo de que los costes sean trasladados a otras firmas". Además, podrá fijar periodos transitorios para cumplir con este requisito, que conllevará un coste para las firmas, según reconoce la Comisión.
El Brexit y la desconexión aún pendiente en materia financiera de la City de Londres es el telón de fondo de la propuesta anunciada por Bruselas, aunque el Ejecutivo comunitario insiste en que no se trata de una medida diseñada para "castigar" al Reino Unido o motivada por una desconfianza en la regulación británica, ni específicamente para atraer este negocio a los Veintisiete, puesto que no prohíbe seguir utilizando cámaras de compensación de terceros países, sino para atajar la "vulnerabildiad" que supone depender tanto de terceros, explicaron fuentes comunitarias.
La propuesta lanzada por Bruselas es en todo caso un claro llamamiento a trasladar la actividad de las cámaras de compensación y liquidación desde Londres a la Europa continental antes de junio de 2025, cuando finaliza el período temporal por el que se permitió a los bancos de la UE liquidar operaciones en Reino Unido.
"Asegurará que la UE tiene un sistema de liquidación seguro, robusto y atractivo, que puede soportar choques económicos en caso de una crisis como la repentina pérdida de acceso a una cámara de contrapartida. Debemos poder tener una supervisión continúa e inmediata", dijo el presidente de la Comisión Valdis Domrovskis, quien reconoció que Bruselas quiere "incentivar más actividad de compensación en la UE hasta el punto necesario para salvaguardar la estabilidad del mercado".
A finales de 2019, el negocio de derivados OTC ascendía a 500 billones de euros a nivel mundial y un 30 % de los mismos (unos 150 billones de euros) está denominado en euros u otras monedas comunitarias.